Maria.– Hace unos días nuestra querida Lety también cruzaba el arco-iris.
Lety ha sido una perra muy especial, llegó llena de miedos. Nuestra compañera Mari Luz aceptó el reto, ella y su familia se lanzaron al vacío y con ayuda de Silvia de Cinopolis empezaron el proceso de rehabilitación. Gracias a ellos hemos sido testigos de la mejoría. Cada pequeño pasito ha sido una satisfacción y una de las mayores alegrías que el mundo del rescate animal te puede dar.
No pretendo que estas líneas sean sólo un recuerdo de lo que fue sino de lo que será, hay miles de Letys que sólo conocen la peor cara del ser humano, vagando por pueblos buscando donde comer. Es nuestro deber seguir rescatándolas, darles un hogar y hacerles ver que no todos los seres humanos son iguales. No podemos dejar que una mala experiencia nuble nuestras ganas de seguir luchando por ellos.
La semana anterior nuestras compañeras de Galgoleku rescataron a Miri pero llegaron tarde, nada pudieron hacer por él mas que darle una despedida digna.
Es difícil no sucumbir a la sensación impotencia de saber que la persona que lo maltrato y abandono, duerme tranquilamente en su casa mientras un puñado de personas que apenas lo conocían han llorado por él como si fuera parte de su familia. El mundo no será nunca el lugar que nos gustaría que fuera, no vamos a solucionar el problema del maltrato animal pero vamos a seguir luchando, vamos a cambiar aunque solo sea un poquito lo que nos rodea, vamos a salvar muchas vidas y a través de nuestra experiencia concienciar a la gente de que cualquiera puede hacer más.
Nunca olvidaremos a Lety, ni a Princesa, Nico, Puri, Victoria…Cada uno forma parte de la historia de Zarpa, son nuestro recuerdo de que las cosas no siempre salen bien, que debemos aprender tanto de lo bueno como de lo malo.
Gracias Mari Luz, eres un ejemplo a seguir para muchas personas.