Redacción. El incremento de las temperaturas y la escasez casi absoluta de precipitaciones durante el verano caracteriza el clima mediterráneo. Esto dificulta la supervivencia de la encina (Quercus ilex L), una especie forestal que además se ha visto afectada por la intervención humana al degradarse su suelo. Sin embargo, un estudio ha concluido con un nuevo mecanismo de respuesta a la sequía.
Este estudio nuevo mecanismo habilita a las hojas de la encina a captar el agua directamente por su superficie sin necesidad de esperar a que el recurso impregne el suelo. En concreto la investigación, llevada a cabo por un grupo multidisciplinar, ha permitido constatar que la cara superior de las hojas de esta especie canaliza el agua recibida por precipitación o por condensación a su interior, lo que implica que otras fuentes de agua hasta ahora no computadas (precipitaciones de poca intensidad o rocío) podrían contribuir a suavizar las condiciones de vida de la encina en los momentos más severos del año.
El CITA (Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón) realizó en esta investigación la fisiología de la absorción del agua por la hoja. Para ello se midió el potencial hídrico de las hojas antes y después de ser mojadas. Se observó que las hojas disminuían su potencial, es decir, se hidrataban, únicamente cuando se mojaban las caras superiores (haz de la hoja).
El otro coordinador, la UPM (Universidad Politécnica de Madrid) junto con otros centros, incluido el CITA realizó el estudio de la estructura física y química de la superficie foliar analizando parámetros como la composición de los tricomas o el ángulo de contacto del agua con la superficie foliar.
La importancia de los bosques como canalizadores de la humedad atmosférica había sido hasta la fecha asociada a los ambientes más húmedos de ciertos territorios (laurisilva de Canarias), actuando así de verdaderos sumideros de agua a partir de sus ramas. El trabajo ahora presentado sugiere un paso más en esta capacidad de captura del agua por parte de la copa, ya que se ha demostrado que no sólo puede ser canalizada hasta el suelo sino que también puede ser captada directamente a través del follaje. Además, esta investigación también apunta hacia la posibilidad de las copas de encina de actuar como sumidero neto de agua en un clima como el mayoritario en la Península Ibérica, muy diferente de aquéllos en los que la captación de agua por lo bosques había sido reflejado. De este modo, la economía del agua en el bosque mediterráneo no solo se centra en el ahorro máximo del recurso hídrico sino también a través de la capacidad de capturar el agua sin recurrir a la reserva del suelo.
Los resultados de esta investigación han sido recientemente publicados en el número de Septiembre de 2014 de la revista Plant Physiology, perteneciente a la American Society of Plant Biologists (ASPB).