Cristina Pérez. Inquieta, soñadora y creativa son algunos de los adjetivos que definen a Blanca Muñoz, una joven zaragozana de 25 años que vive desde hace dos en Bristol (Inglaterra). Natural de la capital aragonesa, Blanca tenía claro que quería ser periodista. Estudió la licenciatura de Periodismo en la Universidad San Jorge (2007-2011) y su carácter abierto y crítico le acompañó durante sus cuatro años de universidad.
El último curso de la carrera lo estudió en Salamanca, donde pudo disfrutar de un año diferente conociendo nuevas amistades, muchas de las cuales todavía conserva a día de hoy. Allí vivió nuevas experiencias que le llevaron a tomar la decisión de marcharse al extranjero una vez finalizara la universidad para descubrir nuevas culturas y seguir acumulando vivencias. Un amigo le habló de Bristol como una ciudad que encajaba mucho con su personalidad: ambiente alternativo, cultura musical y mucho arte contemporáneo.
Casi antes de marcharse ya estaba enamorada de la que sería su futura ciudad de residencia y, a pesar de lo complicado que es comenzar una nueva vida en un lugar sin nadie conocido, la ciudad inglesa no le decepcionó en ningún momento. Comenzó trabajando de camarera pero en menos de dos años ha conseguido un puesto de directora en PAPER Arts, un centro artístico donde, además de vender productos de artistas locales, fomentan el empleo y el emprendimiento de lo más jóvenes a través de cursillos, charlas y exposiciones.
-¿Por qué decidiste irte a vivir al extranjero?
-Porque me daba mucho miedo enfrentarme a ese ‘después de la universidad’ tan temido. Mucha gente me dice que fui muy valiente por coger la maleta e irme sola con 22 años a un país y ciudad donde no conocía a nadie. Sin embargo, pienso que fue cobardía lo que, en realidad, me empujó a perseguir esta aventura. Tras estudiar ‘Periodismo’, me sentía tan confundida que decidí perderme en el extranjero para, de hecho, intentar encontrarme.
-¿Te sientes una de las jóvenes españolas sobrecualificadas que se ha visto obligada a emigrar en busca de mejores oportunidades que las que ofrece el mercado español?
-En cierta manera no, porque como ya he dicho, me vine a Bristol sin ni siquiera intentarlo en España, entonces, no me puedo quejar de unas oportunidades que ni siquiera intenté perseguir. Sin embargo, creo que en mi caso no me sentí obligada a marchar, pero sí me siento obligada a no volver y quedarme aquí, porque no hay nada por lo que merezca la pena volver, en cuanto a lo laboral se refiere. No quiero dejar un trabajo de directora en Inglaterra por unas prácticas de 400 euros. Y me dan igual las tapas, el calorcito rico…¡con sol no puedes pagar el alquiler ni alimentarte!
-¿Por qué elegiste Bristol como destino?
-Un amigo me comentó que quería mudarse a Bristol porque es una ciudad muy alternativa, con mucha música en directo, electrónica y una gran oferta cultural y artística. Todo el mundo se iba a London, Brighton u Oxford y Bristol me pareció una ciudad tan callejera y poco tradicionalmente inglesa que me encantó. La gente compara Bristol con una mini Berlín a lo británico.
-¿Cómo fue tu proceso de adaptación y de integración en Bristol?
-Bristol es una ciudad con edificios muy grises, pero el carácter de su gente esta lleno de color, luz y energía. Es una ciudad muy de paso, de artistas que vienen a buscarse la vida y adultos jóvenes que eligen Bristol para emprender, y eso hace que sea una ciudad muy abierta porque nadie es de aquí. De hecho, conozco a muy poca gente que sea originariamente de Bristol. Siento que un cachito de Bristol me pertenece, y que una parte de mí pertenece a la ciudad. De todas formas, pienso que si eres una persona miserable lo serás allá donde vayas, y si eres una persona alegre y positiva, disfrutarás de cada lugar en el que vivas.
-Tu evolución en Inglaterra ha sido siempre progresiva y en positivo. Comenzaste como camarera y has conseguido abrirte -camino en el sector del arte en Bristol ¿a qué te dedicas actualmente?
-Soy directora y jefa de proyectos en PAPER Arts, un centro creativo en el que inspiramos y entrenamos a jóvenes artistas y diseñadores a hacer dinero por medio de su creatividad. También tenemos una imprenta, una tienda donde vendemos el trabajo de más de 100 artistas locales, una galería de arte, un espacio comercial pop-up (la gente puede montar una tienda durante una semana, dos, tres o alquilarlo durante unos meses, es una estructura que esta muy de moda en Inglaterra y es muy interesante para probar nuevas ideas de negocio) 17 artistas en residencia y también llevamos nuestros propios cursos de formación. ¡Tenemos un chiringuito en condiciones! Es gracioso porque soy yo precisamente, una española, la que intenta ayudar a jóvenes desempleados de larga duración ingleses a encontrar trabajo.
-¿Cómo es emprender en el extranjero?
-Pues en Inglaterra es la leche, así de claro. No hay que pagar tasa de autónomos, no tienes que poner IVA a tus productos hasta que no alcanzas una cantidad mínima de ingresos facturados al año, el Gobierno y diferentes organizaciones dan unas ayudas bestiales por emprender… Es absolutamente alucinante ver la cantidad de gente joven que emprende en Bristol. Y cuando digo emprender me refiero a desarrollar proyectos verdaderamente innovadores, buscando nuevas ideas para el problema de siempre: ofrecer un servicio o bien por el que los demás estén dispuestos a pagar. Si a aquéllos que estamos dispuestos a tomar el riesgo de montarnos un negocio en España nos ofrecieran las mismas ventajas fiscales y garantías laborales que aquí se encuentran, España estaría llena de gente innovadora creando riqueza en cada esquina. Pero en España parece que la única oportunidad disponible es trabajar para alguien y esclavizarse por una miseria al mes. Aquí se incentiva el emprender de una manera envidiable.
-¿Cuál es la imagen que se tiene de España en Inglaterra?
-¡Dicen que el acento español es muy sexy! También me preguntan muchas veces que por qué me he mudado a Inglaterra si España es un país tan maravilloso. Creo que nos tienen envidia en muchos aspectos, por el sol y nuestra naturalidad, pero en otras ocasiones me he sentido tratada con condescendencia. ‘Pobre de ti emigrando al extranjero porque es España sois pobres’. ¡Eso me lo he oído más de una vez!
-En el terreno personal, ¿cuáles han sido los cambios más importantes que has experimentado desde que te fuiste a vivir al extranjero?
-Tantos… Ahora estoy muy contenta, pero he tenido muchos momentos de frustración, sobre todo al principio cuando no comprendes la lengua muy bien y te sientes tan pequeña y tonta. Vivir en el extranjero ha sido una gran lección de humildad: en España nos han hecho creer que por tener un título somos algo, sin embargo, aquí me he dado cuenta de lo mucho que tienes que luchar las cosas para conseguirlas. Les da igual los títulos que tengas si no eres capaz de entender, y eso hace que tengas que demostrar lo que vales por medio del trabajo duro, y no tanto por los Máster que incluyas en tu currículum.
-¿Y en el ámbito profesional?
-He crecido muchísimo, soy una trabajadora mucho más independiente y mi confianza ha crecido brutalmente. El mero hecho de volver a España y tener una entrevista en español va a ser tan fácil… ¡En español! Si he conseguido ser directora de una empresa en el extranjero con 24 años, tengo la confianza y esperanza de que encontraré un buen trabajo cuando vuelva.
-¿Qué es lo que más extrañas de tu vida en Zaragoza?
-Mi familia y amigos por descontado, el carácter zaragozano también: me encanta lo cabezones que somos y con la pasión con la que discutimos cualquier tontería…El Tubo, la calle Heroísmo con el Museo de la Tortilla, el ternasquico con patatas… ¡Ah! Y llamar maño a cualquiera, aunque esa persona sea de un pueblo de Cádiz!
-¿Tienes planes de volver a tu ciudad nativa?
-De momento no, siempre pienso que Zaragoza no se va a mover y estará ahí para cuando yo decida volver y disfrutarla de nuevo. Quiero volver cuando haya visto más mundo y ganado más experiencia en otras culturas, países y ciudades. Zaragoza es una ciudad brillante, pero siento que ahora mismo se me queda pequeña.
-Y, por último ¿compartes con nuestros lectores alguna ‘buena noticia’ de los últimos días?
-Creo que la mejor noticia que he oído últimamente ha sido la creación de vuestro periódico. Espero y deseo que los zaragozanos sepan valorar, apoyar y disfrutar una iniciativa tan independiente y positiva como la vuestra. Proyectos como el vuestro son los que me devuelven, poco a poco, la fe en el periodismo.