Cristina Pérez. Comenzó su carrera como humorista en los ‘Monólogos por la Beneficiencia’, una iniciativa que empezó en el año 2000 agrupando a distintos cómicos que se recorren distintos bares dentro, normalmente, de la geografía aragonesa. A partir de ahí, Diego Peña decidió preparar también sus propios shows e ir formando un humor con personalidad propia que a día de hoy le define.
Con su participación en el programa de televisión ‘Central de Cómicos’ de Paramount Channel consiguió obtener una mayor difusión y dar el salto a otras ciudades fuera la región aragonesa, logrando desde hace aproximadamente tres años poder dedicarse en exclusiva a esta profesión con la que tanto asegura disfrutar. Ahora, haciendo balance de 2014, Diego Peña asegura que ha sido uno de los años que más actividad ha tenido y tiene ya muchos proyectos para ofrecer a sus seguidores en 2015.
Zaragoza Buenas Noticias ha querido entrevistarle para conocer más sobre su trayectoria, sus espectáculos y saber cuáles son las novedades que Diego Peña va a mostrarnos en el próximo año.
-Te has convertido en uno de los cómicos más conocidos de Zaragoza, ¿cómo es abrirse camino en el mundo del humor?
-Es complicado, pero cuando encuentras una profesión que te gusta y en la que disfrutas, todo es más fácil porque dejas de considerar el trabajo como una obligación. Además este mundo tiene la peculiaridad de que la decisión final no depende al 100% de ti. Puedes responsabilizarte de seguir trabajando, hacer actuaciones e intentar que tengan una cierta calidad pero en última instancia son los espectadores quienes deciden.
-¿Has conseguido vivir de esto?
-Sí, llevo 3 ó 4 años en los que ya puedo decir que soy humorista, que me dedico a esto y vivo de ello.
-¿Cómo defines al público zaragozano?
-Algunos cómicos de otras ciudades me dicen que Zaragoza es una ciudad con un público difícil y exigente pero como yo lo he vivido desde siempre, no me parece así. Quizás sea un público algo exigente pero a la par es muy agradecido. Una vez que te da su cariño, es incondicional. He vivido públicos mucho más duros…
-Llevas ya un año representando ‘Big Bang Doble’ y, desde hace poco, podemos verte también con otro trabajo, ‘Sombredosis’, ¿cómo describes estos dos espectáculos?
-‘Big Bang Doble’ es un show que habla de la creación, que tiene sketches diferentes y se sale un poco de los monólogos que estamos acostumbrados a ver. Aprovecho la grandeza del teatro y los diferentes espacios que este escenario me permite crear para que también haya momentos de humor físico, canciones y mimo que en otros espacios no se pueden hacer. Es una versión más ‘completa’ de mis actuaciones, al fin y al cabo, es como decirle al espectador que si le gusta Diego Peña en un bar, aquí lo va a ver más a lo grande. ‘Sombredosis’ es un espectáculo enfocado a los bares, de escenario pequeño, de tener contacto con la gente. Pero al mismo tiempo mucho más gamberro porque al poder hacerlo en pequeñas salas o bares estás al tanto de todo lo que pasa. Este tipo de escenarios te piden más Rock & Roll, más marchita y más caña.
En definitiva, la diferencia entre ambos no radica tanto en el tipo de humor sino en la infraestructura. La gente ha respondido muy bien a los dos.
-Hemos podido verte también en el programa ‘Central de Cómicos’ de Paramount Comedy ¿Cómo ha sido la experiencia?
-Ha sido muy bonito y lo único que puedo es estar agradecido porque me ha abierto muchas puertas y me ha ayudado a dar el salto de Aragón a España. El trato con la gente de allí es genial, de hecho, estoy a punto de grabar otro monólogo con ellos y haré todos los que me dejen porque la experiencia es de lo más positiva.
-Muchas de las personas que han pasado por ‘Central de Cómicos’ se han convertido en cómicos de referencia a nivel nacional ¿Te ves dando el salto a programas como ‘El Club de la Comedia’?
-Por verme, me veo llenando La Romareda dos días seguidos como Héroes del Silencio (risas). Son sueños que uno tiene pero que yo, particularmente, los veo con cierta distancia. De hecho, ha habido algunos que he podido ir cumpliendo poco a poco y es extraño verte en un escenario o un festival que hasta el momento habías vivido desde el punto de vista del fan y en el que ahora tienes la oportunidad de participar de forma activa. Es una doble sensación, la de intruso y la de satisfacción al haber cumplido uno de tus sueños. Para poder alcanzar las grandes oportunidades se tienen que juntar demasiadas cosas: que un director te conozca, que te conozca y le gustes y, que además de verte y de que le gustes, tenga un hueco que ofrecerte. Es una carrera de larga distancia, aunque normalmente la propia carrera es lo que te da la felicidad, por lo que si no llegas hasta el objetivo final, no pasa nada porque has disfrutado el camino, que es lo más bonito. Voy a intentar estirar esta sensación de felicidad durante el tiempo que pueda, tratar de que el público no se canse de mí y trabajar para poder seguir disfrutando de esto.
-Con qué te quedas, ¿con la intimidad de un pequeño local, con un teatro o con un gran programa de televisión?
-Es diferente y depende mucho del día que tengas, pero si tuviera que inclinarme por alguno sería por los pequeños locales. Es de ahí de donde ha nacido mi humor. Yo no sería nadie si no hubiera entrado en ‘Monólogos por la Beneficiencia’ y me hubiera recorrido todos los bares. Lo que pasa que de vez en cuando pisas teatros tan bonitos y de repente va la gente, los llena, está todo el mundo en silencio y tienes más opciones de iluminación y sonido, que claro, en ese momento, se te olvidan todos los bares que has pisado (risas). Pero aun así, me inclino por las pequeñas salas. A la televisión le estoy muy agradecido y pienso que, en cualquier caso, los programas televisivos de humor tienen que ser con público. Hacer un programa intentando hacer reír a una cámara es una sensación muy fría porque haces los chistes y no ves las reacciones.
-¿Tienes algún cómico de referencia?
-Muchos. Un amigo mío decía que todo el mundo copia, la diferencia es que hay que saber a quién copiar, hay que hacerlo a los buenos. En este caso quizás no podemos hablar de copia como tal, pero sí que es cierto que la inspiración siempre te viene de alguien y yo, al ser muy fan de la comedia, tengo muchos referentes. Me encantan Faemino y Cansado, Tricicle y Pepe Rubianes y creo que podría considerarlos mis mayores referentes. Pero luego hay un montón más que me encantan y me aportan matices, como Eugenio, Chiquito, los hermanos Marx, los Monty Python… O monologuistas como Vaquero, Leo Harlem, Dani Mateo, Dani Rovira, Goyo Jiménez… Hay muchos y muy buenos.
-¿Alguno con el que te gustaría compartir escenario que no lo hayas hecho aún?
-He tenido la suerte de compartir con casi todos los que admiro, aunque quizás me quedarían pendientes algunos como Berto y Goyo. Me encantan, Berto me parece un animal, increíble, rápido y con un sentido del humor sano, y Goyo es alucinante, el tío cada año estrena un show de dos horas. Los admiro mucho porque llevan muchos años trabajando, nadie les ha regalado nada y ahora están en la tele, lo están petando y la verdad es que se lo merecen. Igual que Dani Rovira, que tengo la suerte de conocerlo y también se lo ha ganado.
-¿Tienes la sensación de que en este contexto socioeconómico es más difícil hacer reír a la gente, o todo lo contrario, que la gente está más predispuesta a pasar un buen rato y desconectar?
-Quizás nuestra profesión sea de las pocas en la que no se ha notado excesivamente la crisis ni en cuanto a salas que programan, ni en cuanto a público, a pesar de que los cachés sí que han bajado. El público dejó de ir a los bares y muchos de ellos decidieron ofrecer comedia a sus usuarios como reclamo para volver a reactivar la clientela. A algunos les salió bien y a otros mal. Pero ha servido para que haya habido una nueva remesa de salas y bares que eligieron hacer monólogos a ver si funcionaba. Por otro lado, a pesar de que los cachés han bajado y el 21% de IVA no ayuda, el volumen de público no ha disminuido, quizás porque los espectadores buscan más la comedia para pasar un rato divertido, por delante de otros géneros más dramáticos.
-¿Cómo es ese momento en el que haces un chiste y la gente no se ríe?
-Yo siempre pienso: ‘Vosotros os lo perdéis, ¡es buenísimo!’ (risas) Hay que seguir, tenerlo asumido y pensar que si no les gusta ése, les puede gustar el siguiente; hay que probar, darle una vuelta y estar constantemente renovándote.
-¿Qué balance o aprendizajes te llevas de 2014?
-He aprendido a dejar que el show se marque su propia vida. Hubo un momento en el que decidí que yo iba a hacer como Woody Allen, una obra al año. Pero luego me di cuenta que si intentaba hacer eso no iba a llegar ni a la sexta y que a los seis meses de estrenar un espectáculo ya estaba preparando el siguiente, y no disfrutaba al máximo del que estaba haciendo. Así que con ‘Big Bang Doble’ he sido más flexible y, después de un año, todavía tengo fechas para representarlo hasta dentro de seis meses. De esta forma, no me siento que soy yo quien mata al espectáculo, sino que es el público quien marca la vida de los mismos.
-¿Cuáles son tus planes para 2015?
-2015 va a ser una sucesión de novedades. Voy a sacar un disco de música y comedia con la ‘Teloneros Band’ a principios de año. También he escrito el guión de un cómic que saldrá en 2015, con dibujos del humorista gráfico Bernal. Estoy preparando un espectáculo nuevo de improvisación con el Teatro Indigesto, tenemos un humor muy parecido y tengo muchas ganas de trabajar con ellos. Y después de un disco, un cómic y un espectáculo conjunto, tengo en mente preparar mi próximo espectáculo en solitario, que seguramente llegará a finales de 2015. Además, sigo con las improvisaciones con el Club Desastre y grabaré los programas de Comedy Central que salgan.
-Para finalizar, nos gustaría que compartieras una buena noticia con nuestros lectores.
-Una buena noticia para los que me siguen (para los que no, no tanto): ¡Que llevo idea de no retirarme nunca! (risas)