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La lotería de Navidad, una fecha con tradición y significado

Administración de Lotería Isaac Peral 9. / Foto: Nerea Beatove.
Administración de Lotería Isaac Peral 9. / Foto: ZBN.

Nerea Beatove. Ilusión, tradición, significado y esperanza. Si mezclásemos todo ello en el gran bombo, probablemente obtendríamos una pequeña pelota con la esencia del sorteo más esperado. La lotería de Navidad, una cita que se remonta al año 1812. Han pasado dos siglos y ni si quiera la Guerra Civil impidió su celebración. Millones de personas y millones de euros protagonizan el 22 de diciembre. Un día en el que muchos persiguen la suerte y algunos pocos la encuentran.

Desde 2010, el tradicional décimo de Navidad tiene un hermano gemelo. Es menos atractivo, pero cuenta con las mismas posibilidades de ser premiado. Se trata del ticket o lotería por terminal, un décimo que se extiende a través de máquinas de lotería del Estado y que puede ser comprado en cualquier punto de venta autorizado, en el que también se incluyen por ejemplo, despachos mixtos tales como bares, quioscos o estancos.

Dos opciones diferentes para los compradores de Lotería de Navidad, que adquieren los días antes del sorteo una importancia clave. Muchos prefieren la tradición del décimo de papel y otros, por el contrario, buscan y rebuscan hasta dar con su número especial aunque sea en formato ticket. Es especialmente en Navidad cuando el apostante busca algo más en su cifra.

Lo más habitual es, sin duda, buscar números relacionados con fechas importantes, como cumpleaños, aniversarios, el nacimiento de un hijo o una fecha de boda. Una tradición que Columna Rafales, gerente de la Administración de Loterías y Apuestas del Estado de la calle Isaac Peral, conoce a la perfección.

Columna Rafales, ha sido Presidenta de la Asociación de Administraciones de Lotería en Zaragoza durante 20 años, y lleva más de 30 dirigiendo su despacho. Un negocio que ha pasado por tres generaciones y en el que la lotera ha pasado la mayor parte de su vida.

Columna Rafales. / Foto: Nerea Beatove.
Columna Rafales. / Foto: ZBN.

Empezó con 15 años ayudando a su abuela y, literalmente, se ha criado entre décimos. “Salía del colegio y me venía con mi abuela a hacer los deberes y le ayudaba a clasificarlos. Recuerdo especialmente que ella tenía una mesa camilla con unas faldas y un brasero donde hacía ganchillo y entre puntada y puntada se levantaba y atendía”.

Rafales confiesa que, como buena lotera, juega a la Lotería de Navidad y lo hace con el mismo número que lo hacía su abuela. Este año puede que sea el número premiado, o puede que no, pero lo que nunca se pierde es la ilusión, porque según explica “el que no tiene ilusión, directamente no juega. La persona que compra lotería es positiva porque cree que le puede tocar, pero por más que intentes buscar la suerte, es ella la que te encuentra a ti”.

Son tantas las historias diferentes que pasan cada día por su administración, que a Columna ya poco le sorprende. Sin embargo, guarda una curiosa historia en su memoria. Es la de un hombre que, después de comprobar su número un sábado cualquiera en la lista de premios, recibió una sorpresa inesperada. “Tenía controlados los primeros premios y me faltaban dos. El señor llegó pensando que tenía las tres últimas y me pidió que le diera otro décimo y el resto en metálico. Le dije, pero, ¿lo ha comprobado bien? ¿Sabe usted que tiene el primer premio? Se quedó sin palabras”, cuenta.

Pero éste no es único que ha repartido. Un presentimiento le pasó una buena jugada en 1997, año en el que repartió el segundo premio en la Lotería de Navidad, y espera que el nuevo presentimiento se cumpla de nuevo en esta ocasión. “Estaba en la cama cuando me avisaron, salte corriendo y vine para aquí. Había un montón de gente, la prensa, la radio, la televisión… Y justo en la acera de enfrente estaba un hombre al que le había tocado. Yo le sonreí porque lo sabía. Era un señor que llevaba el mismo número todo el año”, explica.

Colección de décimos antiguos en la Administración Isaac Peral. / Foto: Nerea Beatove.
Colección de décimos antiguos en la Administración Isaac Peral. / Foto: ZBN.

Rafales también tiene una pequeña manía en relación al juego y es que nunca compra sus propios números. Son en todo caso sus clientes, muchos ya convertidos en verdaderos amigos, los que en agradecimiento le regalan participaciones de los mismos.

Para ella, casi todos sus clientes son especiales. “Tengo una clientela abonada desde hace muchos años que es estupenda. Llega a haber clientes que ya no son clientes es una relación de amistad. Aquí me han visto joven, embarazada, con mis niños pequeños, las primeras canas, las primeras arrugas. Son 30 años de mi vida”, cuenta.

Columna está convencida de que con ella acaban las generaciones de loteros en su familia. “Mis hijos tenían otras aspiraciones profesionales y este es un trabajo que te tiene que gustar ”. A pesar de ello, la ilusión, la suerte y la esperanza seguirán acompañándoles en cada décimo de lotería, especialmente con el número 9, el que tantos años ha estado presidiendo la entrada de esta administración con historia.

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