Nerea Beatove./ Regalos bajo el árbol, una pequeña o gran familia, una mesa repleta de comida y ese algo que no puede faltar en cada casa el día 6 de enero, el roscón de Reyes. Existen cientos de recetas y tantos sabores como reposteros se atrevan a elaborarlo, pero lo que los más golosos buscan es en la mayoría de los casos la receta tradicional.
Pocos conocen la verdadera historia de estos bollos en forma ovalada y es que este dulce no tiene relación alguna con Sus Majestades los Reyes. Algunos creen que quizás podría tener relación con las coronas reales pero la realidad es que para remontarnos a los inicios de esta tradición debemos situarnos en la época romana, concretamente en las conocidas como fiestas ‘Saturnales’, dedicadas a honrar a Saturno, dios de la Agricultura.
Era en estas fechas cuando los jornaleros finalizaban sus duros trabajos en el campo, y para festejarlo, y en forma de recompensa se repartían tortas hechas de miel, higos y dátiles, con un haba seca en su interior, símbolo de suerte y prosperidad. Sin embargo, la razón de que comamos roscón el día 6 de enero se debe a nuestros vecinos franceses, que incluyeron este dulce en su fiesta infantil ‘Le Roi de Fave’, traída a España por la dinastía de los Borbones.
De nata, crema, chocolate, trufa o sin relleno. Diferentes variedades de roscones que cada vez sorprenden con recetas de lo más innovadoras. En Zaragoza, las pastelerías llevan produciendo roscones de forma ininterrumpida desde nochebuena ya que cada año son más los que se animan a adelantarse con este antes de Reyes.
Fernando Rojas, gerente de las modernas pastelerías Dolce Vita en la capital aragonesa cuenta que “llevamos días elaborando roscones de la mano de nuestro obrador artesano para que esté todo listo para el día 6. Normalmente tenemos roscones en tienda pero la mayoría prefieren asegurar y vienen con anterioridad para encargarlo”, comenta.
Dolce Vita ofrece roscones para todos los gustos, si bien cuenta con la tradicional receta a base de nata, también elaboran roscones para aquellos que prefieren un roscón especial. “Existe la posibilidad de comprar el roscón sin relleno para poder mojarlo en chocolate o leche caliente, para los que no les gusta la nata o tienen intolerancia tenemos el de crema, y para los que quieren combinado, también hacemos roscones por mitades, medio roscón de nata y medio roscón de crema, o incluso hay quien lo quiere con las dos cosas, crema y encima, nata. Tenemos además de merengue y trufa con chocolate”, explica.
Fernando y su mujer, Lorena del Rio, ambos emprendedores zaragozanos, llevan realizando roscones desde su apertura en 2009 y aseguran que cada año han ido incrementando la venta de los mismos. Su distinción: la calidad del producto y sobre todo, su especial toque de azúcar boleado y almendra laminada. “El año pasado vendimos aproximadamente 2.000 roscones y este año esperamos que sean muchos más. Se trata de un dulce que prueban muchas personas en la familia y si les gusta, suelen repetir”, afirma.
Este año, después del éxito que tuvo la iniciativa en 2013, Dolce Vita ofrece la posibilidad de dar una sorpresa dulce a familiares y amigos llevando el roscón de reyes donde tú quieras. Bajo la campaña Desayuna como un Rey, y durante la mañana del 6 de enero, repartirán roscones a domicilio acompañados además de chocolate con churros a cortesía de la casa para aquellos que prefieran guardarse el roscón para el postre.
Sin embargo, y a pesar de la gran variedad de opciones de roscón y formas de consumirlo, “el 90% de venta de roscón el día de Reyes es el tradicional de nata”, asegura Rojas.
De ello bien son conocedores en la famosa pastelería Fantoba, que lleva realizando roscones desde 1856. Un roscón tradicional elaborado “de forma tradicional, con agua de azahar, esencia de naranja y con mucho cariño” explica Olga, dependienta del antiguo establecimiento.
Aquí el principal protagonista es el roscón de siempre, el de toda la vida, del que se pueden llegar a vender unos 2.500 roscones con motivo del 6 de enero. “Realmente no es un roscón especial para reyes, elaboramos el mismo que hacemos para otras festividades como San Antón o San Valero, de nata, de crema, mixto…el que más se vende es el grande porque es cuando se reúne toda la familia”, afirma.
Lo que todos ellos tienen común son sin duda sus sorpresas, que tradicionalmente se han incluido en su interior y que ahora sirven para la alegría de muchos pequeños y fastidio de mayores, ya que tal y como marca la regla no escrita, deben pagar el roscón si se topan con el regalo. En cualquier caso, a nadie le amarga un dulce de vez en cuando y más si es en compañía de nuestros seres queridos.