Redacción./ El Museo de Zaragoza exhibe hasta el 31 enero la exposición ‘La fascinación por el arte del Sol Naciente. El encuentro del Japón y Occidente en la Era Meiji’. Con motivo de la finalización de la muestra, los comisarios Elena Bandrés y David Almazán, ofrecerán una conferencia el 27 de enero, a las 18:30 horas, en el salón de actos del museo.
Esta exposición formada por 200 piezas, todas ellas inéditas, de la colección de Arte Oriental Federico Torrralba que guarda el museo en sus fondos y que fueron restauradas para la ocasión se podrá seguir viendo a través de la página web del Museo de Zaragoza mediante una visita virtual.
El próximo proyecto expositivo con obra también de la colección de Arte Oriental Federico Torrralba estará abierto al público a finales de febrero. La nueva muestra se dedicará al artista japonés de género ukiyo-e Ando Hiroshige (1797-1858), maestro del paisaje, y al periodo Edo (1603-1858), época histórica en la que vivió.
Esta exposición, organizada desde el departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte en colaboración con la Universidad de Zaragoza y la Embajada de Japón, enseña una de las épocas más importantes de la historia de Japón como es la Era Meiji.
Para ello, se ha utilizado una treintena de estampas de grabado Ukiyo-e de los artistas Kunichika, Yoshitoshi, Kyôsai, Kunisada III, Kiyochika, Chikanobu, Gekko, Toshikata, Shuntei y Shoûn, más de una decena de lacas ricamente decoradas, una selección de cerámicas y porcelanas con vivos colores y dorados, así como la riqueza iconográfica de las elegantes tallas de marfil, en ocasiones de tamaño muy reducido que sedujeron a los occidentales, representada en carnets de baile, cajas y colgantes o un conjunto de tallas figuradas (personas y animales) de bulto redondo (siglo XIX).
El descubrimiento del archipiélago nipón
Durante la Era Meiji, de 1866 a 1912, el país nipón vivió varios acontecimientos como del fin del shogunado Tokugawa y la reinstauración del poder imperial en la figura de Mutsu Hito (el emperador Meiji). A lo largo de este periodo y bajo el signo de Occidente, Japón se abrió al exterior, renovó sus instituciones políticas y legislativas, su estructura social, sus sistemas educativos, sus artes, letras y ciencias, su infraestructura de comunicaciones y transportes, sus sistemas de producción y sus relaciones comerciales, e incluso su armada y su ejército. Esta rápida transformación tuvo un importante impacto en Occidente. El archipiélago nipón, que hasta entonces se había mantenido lejano, inaccesible, y desconocido, saltó repentinamente a la luz y comenzó a suscitar interés en las naciones europeas y americanas.