Marta Plano. / Hace cuatro años y algo más de cuatro meses Carmen García, zaragozana, decidió dar un giro a su vida y trasladarse a Londres. Carmen es maestra y trabaja en el programa Agrupaciones de Lengua y Cultura Española, dependiente del Ministerio de Educación, ofreciendo clases de español a 150 niños y jóvenes de entre 7 y 17 años de dos localidades. Estos alumnos, que acuden por la mañana a sus escuelas inglesas, y por las tardes reciben las clases de lengua y cultura española, tienen origen español, es decir, o ellos o sus padres tienen que tener pasaporte español.
En su trabajo se encuentra situaciones muy diversas, puesto que estos niños estudian en centros ingleses pero mantienen el contacto con su origen español a través de las clases de Carmen. Algunos son bilingües, otros saben hablar, aunque no mucho, y otros ni hablan ni entienden el castellano.
En esta entrevista Carmen nos cuenta su experiencia en Londres, cómo es la educación en Inglaterra y las claves de su trabajo.
– ¿Fue fácil adaptarse a la vida en Londres?
Cuando llegué pensaba que la vida aquí iba a ser diferente de la de España, pero luego la realidad me ha demostrado que no lo es tanto. Antes de llegar me preocupaba el clima, que iba a ser frío y gris, pero una vez aquí me di cuenta de que no era tan malo como pensaba. Llueve y hay muchos más días nublados que en nuestro país, pero cuando sale el Sol compensa porque todo está muy bonito. Hay mucha más vegetación y además está muy lustrosa. Eso sí, si un día sale el Sol hay que salir a la calle y disfrutarlo porque puede que luego esté varios días sin aparecer.
Otra cosa que me tenía inquieta antes de venir era si había vida en la calle hasta tarde. Yo aquí trabajo por las tardes. Termino a las 20 horas y luego tengo que viajar para volver a casa. No sabía qué me iba a encontrar. Mi sorpresa fue ver que los supermercados estaban abiertos hasta las 22 horas, lo que quería decir que hasta esa hora había gente comprando. Aunque luego te das cuenta de que eso no se traduce en mucha gente por la calle. Como aquí se vive en casas, las población está muy dispersa y eso hace que aunque el tren de vuelta a casa vaya lleno, cuando caminas por la calle enseguida vas sola. Solo oyes tus propios pasos. Cuesta un poco pero te acostumbras y te sientes segura en esa soledad oscura, pues la iluminación de las calles españolas aquí no existe. En general todo está bastante en penumbra, incluso el centro de Londres.
Por lo demás no noté grandes diferencias. Los horarios de los comercios distintos, la comida no tan sabrosa como la nuestra y poco más. No me costó mucho adaptarme.
– Tus alumnos tienen origen español aunque viven en Inglaterra. ¿Qué recuerdan o conocen de España?
Muchos de ellos siguen teniendo fuertes lazos con España. Van de vacaciones y tienen familia allí. Generalmente no conocen nuestra geografía y sólo saben algo de la cultura del lugar al que van. Sin embargo hay otros niños que no suelen ir a España y que cuando lo hacen son como turistas ya que sus padres son la segunda o tercera generación en el Reino Unido y no les quedan lazos afectivos con nuestro país. En general tienen un gran desconocimiento de nuestras costumbres y forma de vida. Solo conocen los tópicos.
– Por tanto son clases culturalmente muy ricas…
El alumnado es muy variado. Los padres suelen ser parejas mixtas. Inglés-española es la más común pero hay muchas combinaciones. En España, gracias a la inmigración, ya había convivido con una gran diversidad de alumnos pero aquí la situación es mucho más amplia. Hijos de hindú-española, español-malaya, nigeriano-española, turco-española, español-irlandesa, argelino-española, japonés-española…Eso hace que el intercambio cultural sea muy rico. Gracias a que todos van a la escuela inglesa hay una cierta uniformidad y a la hora de enseñar la multiculturalidad no genera problemas.
– ¿Aprenden rápido el castellano? ¿Les gusta estudiarlo?
Los alumnos que son bilingües orales aprenden pronto aunque siempre tienen déficit de vocabulario y les cuesta mucho leer. También tienen dificultad con la gramática ya que la lengua inglesa se estudia aquí de una manera sintética a través de textos literarios y no pueden hacer muchas veces la comparación de su gramática con la nuestra, sin olvidar tampoco que la gramática inglesa es mucho más sencilla.
Respecto a si les gusta estudiar español, los que hablan bien suelen estar a gusto con el estudio de la lengua aunque siempre hay que “conquistarlos” un poco con actividades lúdicas, pero los que no lo hablan a veces vienen sin interés ya que notan que su progreso no es igual que el de los otros compañeros.
– ¿Es muy diferente enseñar a niños ingleses y a españoles? ¿Cuáles son las principales diferencias?
Mucha diferencia no hay. Yo diría que aquí los niños son más educados y suelen respetar más las normas. Tienen mucha costumbre de esperar su turno, hacer filas y seguir reglas. Por lo demás no hay diferencias. Una cosa que me choca es que cuando acaban la clase y se van muchos de ellos te dicen gracias. Nunca me había pasado eso en España.
– ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
El contacto con gente de tan diverso background. Es muy rico. También me gusta el reto de tener que enseñar a grupos mixtos de edades y niveles diferentes. No es tarea fácil el llegar a que se encuentren a gusto y aprendan, pero me motiva ese reto. Tienes que poner mucha carne en el asador y sacar a la luz todos tus recursos.
– ¿Te gustaría quedarte en Londres indefinidamente o crees que regresarás a España?
Me gusta mucho este país. He aprendido mucho. Es muy bonito y la gente es muy amable y gentil, pero no me pienso quedar. Por un lado porque mi trabajo aquí tiene una duración concreta. Nosotros venimos destinados para un máximo de seis años. Después tenemos que volver a trabajar a España, si queremos conservar nuestra plaza como funcionarios del Ministerio. Por otro lado, aunque está muy bien la experiencia, renunciar al propio país es una decisión fuerte y yo no estoy por la labor.
– ¿Nos puedes dar una buena noticia que haya ocurrido en Londres últimamente?
Os puedo dar muchas pequeñas buenas noticias. Aquí es muy común que la gente haga cosas desinteresadamente. Por ejemplo, en las escuelas los niños se plantean un reto, por ejemplo leer 4 libros durante dos semanas. Después buscan entre gente de su familia y amigos a personas que los patrocinen y les den un cierto dinero si consiguen su objetivo. Si logran su reto todo el dinero que logran va a una ONG concreta. Hay multitud de actividades de ese tipo también para adultos. En Navidad hay gente que se pone a las puertas de un establecimiento, canta canciones navideñas y recoge dinero para darlo a la asociación correspondiente, o carreras, hay carreras de muchos tipos con el mismo objetivo. Tú pagas por participar y el dinero va a la organización que toca.