Alejandro Novella. / Sé que hay mucha gente como yo, gente que anda un poco perdida y que le cuesta dar el primer paso. Es una condición humana que está arraigada en nosotros y de la que es necesario aprender a avanzar. Piensa dónde vas a poner el pie. Da el paso de la manera que prefieras, con mesura o con energía. Gírate y fíjate en la huella que has silueteado. Pero ante todo, disfruta del momento y la sensación que provoca en ti el poder dejar plantado tu pie en el suelo.
Arranca con paso firme y seguro. La obsesión por planificar todo no merece la pena, aburre y cansa. Si se te presentan nuevas experiencias no las esquives y da un paso al frente, no dudes en enfrentarte a aquello desconocido. Todos estos momentos son los que suman y los que acabas coleccionando en un álbum fotográfico para el recuerdo. Paso a paso sácale partido a lo que estés dispuesto a hacer, no claudiques ni dejes que te adelanten, salvo que sea uno que vaya pasado de vueltas. Haz gala de tus habilidades y competencias, y no te dediques a soltar un puntapié al primero que se cruce en tu camino. Esto te puede hacer retroceder alguna que otra posición. No te obceques ni centres tu mirada únicamente en los que te rodean, que tus decisiones no estén coartadas por otros. Tú eres el dueño de lo que te apetezca y quieras dedicarte. Tú te representas, no lo que los demás digan de ti. Pon un pie en el acelerador y no permitas que te pisen el freno una vez hayas encarrilado tu meta.
Tampoco pasa nada si un día tu estado de euforia decae, si te sientes desanimado. Todos tenemos un mal día o nos levantamos con el pie izquierdo. En estas situaciones es donde más debemos hacernos valer. Empezar con mal pie no es algo que escojamos, pero somos nosotros los que otorgamos importancia a las cosas que realmente deben ser valoradas, por tanto hay que saber elegir qué nos conviene más. ¿Qué es lo primero en tu lista de prioridades?
Aprende a disfrutar y a analizar qué es lo que más te puede hacer feliz, sin coacciones externas. Deja entrar un poco de relajación en lo que te vaya ocurriendo, sea inesperado o no. No es necesario ir siempre con pies de plomo aunque tu vida haya sido una sucesión de pasos en falso. Las meteduras de pata están para saber apreciarlas y olvidarlas a su debido tiempo. Ya nos encargaremos de que el siguiente pie no vuelva a tropezar con la misma piedra.
Los aficionados a adelantarse tienen sus días contados, no por saltarte un paso vas a llegar antes que los demás, en el 99,9% de las ocasiones no ocurre así. El presente es algo que solo pasa una vez en la vida y hay que estar preparado y saber cómo reaccionar. Llegados a este punto me gustaría poder nombrar, para los que estén dispuestos a investigar, una filosofía de la rama de de la psicología que puede servir de ayuda. Se trata del entrenamiento mindfulness. Una variante de la meditación que consiste en ejercitar la concentración en tus objetivos obviando tanto malos pensamientos como distracciones inútiles. Un estilo de vida basado en ser plenamente conscientes de lo que ocurre aquí y ahora. Una buena manera de seguir tus pasos sabiendo dónde colocar cada pie y disfrutando del momento.
Ya es hora de que no te avasallen los demás mientras te explican todo lo que han vivido. Ahora es tu turno, vístete de la cabeza a los pies, ponte un buen calzado y salta de experiencia en experiencia comprobando si todo lo que te dijeron un día es cierto. Y abre las puertas a lo desconocido y lo nuevo. Además… no creas en todo lo que te dicen a pies juntillas.