Marta Plano./ Conocer el número exacto de metros de paredes que han decorado o las carcajadas que han arrancado a los niños sería complicado, pero sin duda no serían pocos. Beatriz Lucea y María Luisa Grau son dos historiadoras de arte que en junio de 2013 decidieron crear Believe in Art, una asociación sin ánimo de lucro zaragozana cuyo objetivo es hacer más agradable a los niños hospitalizados a través del arte y favorecer una recuperación más rápida mejorando su estado de ánimo.
Los voluntarios de Believe in Art invierten su tiempo en el Hospital Infantil, donde médicos, enfermeras y padres han trasladado a los artistas los beneficios que el arte tiene para los niños. “El arte no cura, ojalá, pero sí que te ayuda a tener un mejor estado de ánimo. No es lo mismo estar en un entorno blanco o verde que en un entorno con intervenciones artísticas, que vaya gente de un museo a hacer un taller… esto te hace estar más animado, lo que puede ayudar a tener una mejoría más rápida y por supuesto hacer más agradable la estancia. Los propios médicos nos dicen que el estado de ánimo ayuda a que tu curación sea más rápida”, señalan las fundadoras de la asociación.
Las primeras acciones de Believe in Art se realizaron de la mano de ASPANOA, y se centraron principalmente en la realización de talleres creativos, pero rápidamente el personal del hospital se dio cuenta de las posibilidades de mejora que ofrecía el arte para sus ingresados, permitiendo la creación de intervenciones artísticas.
Estas intervenciones se desarrollan por proyectos y consisten en la decoración artística de los espacios del hospital. Beatriz y María Luisa son las encargadas de seleccionar al artista más adecuado para cada espacio y supervisar que se cumple el estándar de calidad que buscan, permitiendo al artista que desarrolle su propio estilo y libere su creatividad. “Cada habitación tiene su propia personalidad y es única. A los niños les encanta porque sobre todo cuando son casos en los que tienen que ingresar cada poco tiempo, les sirve de estímulo. Se les puede ver en grupo haciendo rutas turísticas para contemplar cada espacio, y cuando se produce un primer ingreso las enfermeras les relajan explicándoles lo bonita que va a ser su habitación. Les sirve para entretenerse, desarrollar su imaginación y evadirse del lugar en el que están”, explican desde Believe in Art.
Por ahora el grupo de voluntarios ha decorado 11 habitaciones de cirugía, todos los pasillos de oncopediatría, la sala de estar de adolescentes, la sala de juegos de niños, el hospital de día, y se encuentran en proceso de intervenir otras 9 habitaciones.
En la medida de lo posible se hace a los niños partícipes del proyecto. Por ejemplo, en una ocasión una artista dejó una libreta en cada habitación para que los niños escribieran las cosas que les hacían felices, y después fotografió aquello que transmitían en sus palabras para después decorar la habitación con esas imágenes.
La segunda vía de acción en el Hospital Infantil por parte de Believe in Art son los talleres creativos. Todas las semanas acude un grupo de voluntarios profesionales que colaboran estrechamente con los museos para ofrecer un rato lúdico y entretenido a los pequeños. En ellos les enseñan a crear a través de la pintura, el dibujo o la escritura entre otras disciplinas artísticas.
Beatriz y María Luisa señalan que “los niños se lo pasan genial durante los talleres, pero que son una actividad que también repercute en los padres. Hay muchos niños que por la edad que tienen no son conscientes de su situación, y sus padres llevan un peso horroroso encima. Les gusta quedarse a los talleres porque se entretienen, y además participan. Para ellos es un momento de desconexión mucho mayor que irse a tomar un café o fumar un cigarro”.
Desde el hospital propusieron a Believe in Art ampliar el número de talleres e incorporarlos en las áreas de adultos, una proposición que los voluntarios aceptaron sin pensarlo dos veces. Ahora desarrollan unos talleres multidisciplinares en la planta de hematología en los que se habla de casi todo, excepto de las enfermedades, desde un punto de vista artístico.
La financiación de Believe in Art procede de una subvención y de la cuota de los socios, que es de tan solo 10 euros al año. “Pusimos una cuota muy baja, de menos de un euro al mes, para que fuera accesible a todo el mundo. Con ese poco dinero podemos hacer mucho, porque no tenemos gasto ni de oficina, ni personal…. Cada euro que entra se destina a comprar material para las intervenciones y los talleres”, aclaran María Luisa y Beatriz.
Ambas fundadoras establecieron un estándar de calidad muy alto para garantizar que los resultados fueran positivos. Para alcanzarlo la asociación solicita a cada nuevo artista que quiere participar un portfolio para conocer su trabajo. Pero los voluntarios de Believe in Art no pertenecen solo al mundo del arte, en ella colaboran personas de ámbitos muy diversos que aportan su granito de arena en aquello en lo que pueden, ya sea en el gabinete de prensa, en gestión de redes sociales, etc., ya que como señalan desde la asociación, “para que funcione correctamente debemos tomárnoslo como si fuera una empresa, la única diferencia es que no cobramos por ello”.
Tanto Beatriz como María Luisa agradecen la labor del hospital y de su equipo de profesionales por su colaboración, especialmente a Marisa Vela, Jesús Gracia, Mar Bruna y Pachica García, y a los profesores del colegio de día, Beatriz, Jesús y Eduardo.
“Si uno quiere cambiar una situación hay que tener ganas y encontrar a la gente para hacerlo. La gente que vivimos de la cultura no vivimos en el limbo, somos profesionales que tenemos mucho que aportar a la sociedad, y esta es una manera de demostrarlo”, señalan María Luisa y Beatriz, fundadoras de Believe in Art.