Nerea Beatove./ Comunicarnos con nuestro bebé no es tarea fácil. Acostumbrados a su lugar de confort, los pequeños recién llegados se enfrentan a la vida exterior valiéndose de su llanto, risa, gestos y miradas.
A falta de palabras, la piel es el primer lenguaje para ellos, y el tacto, un gran método para crear un vínculo especial entre padres e hijos. La Asociación Española de Masaje Infantil promueve desde 1994 los beneficios corporales y emocionales que aporta el masaje infantil en el desarrollo de los niños.
A través de distintos cursos individuales y colectivos, los educadores de masaje infantil enseñan a los padres cómo realizar técnicas de masaje a sus bebés cuyo objetivo “no solamente es aprender los movimientos, sino que aprendan otra forma de manifestarles cariño y respeto para que se sientan valorados”, comenta Eva Sevilla, representante de AEMI en Aragón.
El masaje infantil tiene múltiples beneficios tanto para los padres, como para los bebés, “por un lado les ayuda a aliviar el malestar producido por cólicos, gases, y estreñimiento, por otro, les relaja para que puedan dormir profundamente y ayuda a que los niños vayan aprendiendo los ritmos y los horarios”, explica la educadora.
Estos masajes, que ayudan también a estimular el aparato digestivo, respiratorio e inmunológico, permiten a los bebés liberar tensión emocional, “pueden pensar, pero, ¿qué tensión puede tener un bebé si solo come y duerme?, pero realmente ellos sufren su propio estrés. Han pasado de la barriga, donde están felices y tranquilos, a la vida exterior, donde tienen que llorar para pedir la comida, cuando se hacen pis, soportar los sonidos, las luces… para los bebés es mucha información y los masajes les ayudan a relajarse”.
Leticia Lima, educadora de masaje infantil en Zaragoza, explica que el masaje infantil tiene grandes beneficios corporales pero también emocionales para los más pequeños, “diversos estudios han demostrado científicamente que el vínculo que se crea en los primeros meses de vida es esencial para el desarrollo psicológico, cognitivo y motriz de los bebés y que tienen que ver con lo seguros que se mostrarán en la vida”.
Esa conexión, que, naturalmente existe entre madre e hijo, lleva a muchos padres a tomar la iniciativa de realizar las técnicas del masaje infantil. Lima comenta que “hay veces que quieren que sea el padre para que no se quede en un segundo plano y estimular ese vínculo para que se haga más fuerte”.
La educadora añade además que los ejercicios están enfocados sobre todo a que los padres aprendan las técnicas y puedan repetirlas en casa cuando lo necesiten, “son técnicas muy sencillas, todos los padres lo pueden aprender, lo bueno es que son ellos mismos los que practican sobre sus bebés, nosotras realizamos las clases con un muñeco de apoyo y ellos imitan los movimientos».
La representante de AEMI, Eva Sevilla explica que aunque se trata de una actividad enfocada a bebés de 0 a 12 meses, se puede continuar a lo largo de la infancia, “realmente intentamos explicar cómo adaptar el masaje según los niños crecen. Viene muy bien cuando tienen un nuevo hermanito porque les dedicas un momento de atención plena. Al final son ellos los que te lo piden, te dicen, ‘mama, me duele la tripita, dame un masaje’, cuando lo que significa es, mamá ven a pasar un rato conmigo”.
Tras realizar las clases, las educadoras comentan siempre con los padres a través de una pequeña encuesta cuáles han sido los aspectos que más les han gustado. “Lo que más les sorprende es que aun siendo tan pequeños, de dos o tres meses, se entienden mucho mejor una vez hecho el curso porque aprenden a interpretar las señales y se dan cuenta de que realizar el masaje es relajante también para ellos”, explica Sevilla.
Pero sin duda, lo que más atrae a los padres al principio es aprender los masajes para el abdomen “las técnicas para cólicos y gases, y el de la carita, les gusta mucho porque que les alivia los mocos y les evita utilizar los succionadores que son más molestos para los niños», explica Leticia.
Ambas educadoras coinciden en que es importante no dejar de practicar en el tiempo este bonito momento de complicidad con el bebé. Una muestra de amor y cariño en un ambiente relajado que favorece sobre todo a compensar la estimulación a la que estamos sometidos en la rapidez de nuestros días.
Así, Eva Sevilla insiste en que realizando las técnicas del masaje infantil, «estamos ayudando a nuestros pequeños a que tengan experiencias calmadas desde bebés y es lo que les va a permitir regular tanto la actividad como el descanso» ya que asegura «hay adultos que no saben relajarse».
Así, desde la Asociación Española de Masaje Infantil (AEMI), que recientemente ha celebrado su V Edición de la Semana del Masaje Infantil, con distintas actividades y charlas en todo el país, organizan habitualmente cursos formativos dirigidos a los padres que quieren encontrar una nueva manera de entender a sus pequeños.
El calendario de próximos cursos puede consultarse periódicamente a través de la página web pinchando aquí, o si lo que quieres es una clase individual puedes ponerte en contacto a través del correo electrónico masajesbebes@gmail.com.