Redacción. / No todo el mundo vive las situaciones de estrés de la misma manera. Lo que para una persona puede ser muy estresante para otra puede no serlo. Es una respuesta del organismo a una situación de amenaza, pero es necesario recuperarse de él al terminar dicha situación yesto no sucede cuando el estrés se sufre de manera contínua, hasta el punto que la Organización Mundial de la Salud lo ha calificado de ‘epidemia mundial’. El estrés forma parte de la vida y es importante, pero ¿hasta dónde es bueno y dónde empieza a ser un problema para la salud?
En la Universidad de Zaragoza, el grupo BSiCoS del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) forma parte del proyecto ‘Hacia una red de área corporal para medir niveles de estrés’, liderado por la Universidad Autónoma de Barcelona y en el que participan el Hospital San Juan de Dios, el Hospital Clínic de Bracelona, el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, el Hospital del Mar, la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad politécnica de Madrid. Un equipo de trabajo multidisciplinar para estudiar el estrés emocional, el físico-traumático y el crónico.
La labor de los investigadores del I3A se va a centrar en comprobar si las señales fisiológicas son diferentes en las personas cuando están en condiciones normales y cuando están estresadas. Para ello, contarán con la participación de 40 estudiantes universitarios a los que realizarán diferentes pruebas para ver su respuesta a cada una de ellas.
Está demostrado que el estrés puede llevar aparejado pequeñas alteraciones, que si se acumulan, a largo plazo, pueden aumentar la probabilidad de desarrollar hipertensión, enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares. La acumulación de los síntomas y los problemas posteriores en el comportamiento social, como el síndrome de estrés postraumático, los trastornos debidos a la ansiedad o la depresión, así como la adicción a las drogas o las situaciones de atrofia cerebral. Para hacer frente a estos problemas médicos y sociales relacionados con el estrés, que siguen creciendo y que afectan gravemente no sólo a un número significativo de adultos, sino también a jóvenes y niños, es necesario disponer de herramientas potentes que permitan el seguimiento adecuado de los pacientes y la comunicación precisa entre los profesionales.
Por eso, el objetivo de este estudio es desarrollar un método de cálculo que permita la valoración objetiva del nivel de estrés, mediante el tratamiento en tiempo real de unas variables fisiológicas medidas de forma continua y no invasiva. Y en ello trabaja un equipo multidisciplinar, con, psiquiatras, psicólogos, médicos clínicos,, expertos en análisis bioquímicο, en micro-nano-bio sistemas y en registro e interpretación de señales biomédicas.
La hipótesis a demostrar en este proyecto es que el nivel de estrés puede estimarse con un cierto nivel de confianza, procesando y relacionando adecuadamente los valores de un grupo de variables fisiológicas y su evolución y que éstas pueden ser medidas con una red de área corporal diseñada específicamente para producir la mínima interferencia en la vida normal de una persona.
El proyecto se desarrolla en tres grandes áreas, la primera planificar y llevar a cabo los experimentos necesarios para obtener referencias adecuadas del nivel de estrés alcanzado, la segunda será determinar las correlaciones existentes entre los diferentes parámetros fisiológicos y el nivel de estrés, y, la tercera, desarrollar y adaptar los instrumentos electrónicos necesarios para medir los parámetros fisiológicos de manera continua y no invasiva.