Marta Plano. /‘Ángel Rielo es El Feliciólogo’. Este es el título de su show, pero verdaderamente, Ángel Rielo es el feliciólogo. Creador de la feliciología, ciencia encargada de encontrar y conservar la felicidad, Ángel recorre las ciudades españolas, los platós de televisión y los estudios de radio haciendo reír a su público y enseñándoles a vivir cada momento de manera positiva, incluso en la adversidad.
El pasado domingo 22 de marzo Ángel Rielo presentó su último espectáculo en el Teatro de las Esquinas de Zaragoza, donde 500 personas disfrutaron a carcajada limpia de ‘El Feliciólogo’. Un monólogo completo en el que quedó repasada la actualidad, los casos de corrupción, los medios catastrofistas y la excepción de Zaragoza Buenas Noticias, e incluso situaciones cotidianas como la vida en pareja. Todo bajo el paraguas del humor y con la interacción continúa de un público que se resistía a dejar de aplaudir al final del espectáculo.
Hoy conocemos de la mano de este profesional del humor y de la felicidad qué es la felicidad, cómo podemos alcanzarla, y su punto de vista.
– La felicidad es un término bastante abstracto. ¿Qué es para ti la felicidad?
– Yo creo que la felicidad es una actitud. Álex Rovira por ejemplo dice que es “el perfume de las cosas bien hechas’. Yo creo que para cada uno hay una definición de felicidad. Es sentirse bien, es el logro de las pequeñas cosas que nos proponemos… pero para cada uno es una cosa distinta. Por ejemplo para algunos humanos la felicidad es tener dinero o éxito, para otros es la consecución de las metas por parte de sus hijos… cada uno se pone la felicidad en un punto distinto. Y para las moscas por ejemplo la felicidad sería una mierda grandísima (risas).
Yo en concreto soy feliz viendo a los demás felices. Desde que era pequeño quería ser payaso, por eso me dedico a esto. De hecho cuando decía que quería ser payaso todo el mundo se reía y yo pensaba, ‘bueno, si se ríen ya de entrada vamos bien’. Pero al final para mí la felicidad es una sensación de estar bien contigo mismo. El único que no te va a fallar eres tú. Por eso siempre trabajo con una dinámica que dice ‘primero yo, luego yo, después yo, y si sobra algo para mí’.
– ¿Cómo fueron tus orígenes en la feliciología?
– Yo me inicié en el mundo del humor desde muy pequeño porque me gustaba, lo que pasa es que claro, no fomentaron en mí esa faceta, pero siempre me ha gustado. Empecé haciendo teatro infantil y juvenil, luego seguí en la radio a los 18 años. Después pasé a la televisión, pero nunca pensé que acabaría siendo cómico. Fue en el primer certamen del Club de la Comedia cuando me animé a hacer monólogos y paralelamente en Canal Sur Televisión hacía imitaciones de personajes y demás.
También he estado cinco años en cruceros actuando. Yo vivía a bordo del barco y tenía mucho tiempo para interactuar con los espectadores. Para entonces comenzaba la crisis y la gente me comentaba que le había gustado mucho y que necesitaba reírse. Entonces me di cuenta de que a lo mejor además de entretenimiento esto era terapia. Empecé a hablar sobre la forma en que yo he vivido la vida, porque aunque me dedique al humor mi vida no ha sido un camino de rosas. Empecé a hacer el taller de ‘Rieloterapia’ para contar a la gente lo que me había pasado, cómo lo había vivido, y lo que había aprendido. Por eso a veces la gente me llama maestro, porque el maestro es el que enseña lo que sabe. El profesor enseña lo que ha aprendido. Maestros de la vida somos muchos, desde el momento en que compartimos nuestra experiencia de la vida. A la gente le gustó esto porque lo hacía desde el humor. Ahí nació ‘Rieloterapia’ y escribí un libro.
Terminé siendo feliciólogo porque la feliciología la creamos entre una amiga mejicana y yo. En realidad, para ser honestos, ella me dijo que en su casa, como es muy positiva, siempre la llamaban ‘la felicióloga’. Me pareció un término muy bonito y le pedí permiso para usarlo. Me volqué en crear la feliciología, que es la ciencia que se encarga de encontrar y conservar la felicidad, y en crear el personaje del feliciólogo, que es un personaje divertido, transgresor, muy irónico y que busca generar conciencias.
– ¿Crees que ser feliz muchas veces es más fácil de lo que solemos pensar?
– Claro, depende del umbral de felicidad de cada uno. Hay gente que no tiene prácticamente nada y son felices. Cada vez necesitamos más cosas y cuanto más necesitas más problemas tienes, porque si enfocas tu felicidad hacia el exterior es muy difícil. Si lo enfocas hacia las relaciones, el trabajo, la salud… es muy complicado ser feliz porque son cosas que no dependen tanto de ti. Para sentirnos en un estado de bienestar creo que simplemente tenemos que bajar ese umbral.
– ¿Existen unas claves para ser felices?
– Cada uno tiene sus claves, pero si se tiene la conciencia tranquila, la autoestima bien alta, y el cuerpo sano, es fácil estar bien. Es decir, tener un pensamiento positivo no le quita importancia a las cosas malas o no significa que no seas realista, sino que te das cuenta de que pase lo que pase tú sigues activo. Hay un secreto que es no olvidarse de que hay algo que nadie te puede quitar, y es que la decisión final de cómo vives las cosas es tuya. La manera en que vivimos las cosas y nos enfrentamos a ellas depende de cada uno, y esta es una clave importante.
Esto tiene que ver también con los pensamientos positivos. Hay que estar bien ante la adversidad, porque estar bien cuando todo va bien es muy fácil. Un ejemplo es que en los campos de concentración de los nazis, esos sitios tan horrendos, había personas que ante la misma situación se abandonaban y estaban deseando morir, y hubo otras personas que estando en el mismo lugar se encargaron de ayudar a otros y de ‘positivizar’. Esto demuestra que una misma situación se puede vivir de dos maneras muy diferentes. De hecho el inventor del pilates estuvo en un campo de concentración, o fíjate en la película La Vida es Bella.
– ¿Qué beneficios de la risa destacarías?
– La risa es medicina para el alma. En cualquier situación, por dramática que sea, en el momento en que surge una posibilidad de reír, todo se relaja. A veces pasa en un funeral recordando anécdotas, o en una discusión que de repente a uno se le cae un moco o se tropieza y se cae. Además la risa y la tristeza no se pueden solapar, si te ríes, al menos en este instante no estás triste y no lloras. Por eso la risa es muy importante, y tiene unos beneficios importantes en salud, a nivel físico…
– Además en tu página web tienes un espacio dedicado a la solidaridad. ¿En qué pones tu granito de arena?
– Yo siempre he pensado que el altruismo es una de las mejores maneras de sentirse bien. Ayudar a los demás es maravilloso. colaboro con la Fundación SOS, de ayuda a la infancia, presentando sus galas y estando en sus eventos, estoy también con Proyecto Hombre, que les ayudo muchísimo porque me toca muy de cerca las situaciones de las personas que lo integran. También colaboro con Aldeas Infantiles, Médicos del Mundo y con Amnistía Internacional dándoles mis donaciones. Intento colaborar con todo el mundo, el viernes pasado por ejemplo que fue el Día de la Felicidad estuve con la Fundación Teodora, que lleva los ‘Doctores Donrisas a los hospitales, con la actuación de ‘El Feliciólogo’ en una fiesta para recaudar fondos. Ayudo a todo el que me lo pide.
– Dentro de la actualidad, ¿qué es lo que más risa te produce ahora mismo?
– Los cómicos nos reímos un poco de todo, pero procuro no estar muy pendiente de lo que me cuentan los informativos porque son muy catastrofistas. Lo que me hace mucha gracia en definitiva es lo cotidiano, cuando la gente se ríe de sí mismos.
– Y por último, ¿qué buena noticia destacarías?
– Una buena noticia sin lugar a dudas es que la gente está empezando a despertar y gracias a que han pasado momentos malos se dan cuenta de que tienen que valorar más las cosas. Como decía Einstein “las crisis no son malas ni para los países ni para las personas, porque es la mejor oportunidad que tienen de reinventarse y de entender mejor las cosas”. Entonces la mejor noticia que he percibido y que yo siento es que ahora mismo las cosas están cambiando.
Y además añadir que me ha encantado saber que hay un periódico de buenas noticias.