Cristina Pérez. / Más de veinte años dedicada a las artes escénicas han convertido a Laura Gómez-Lacueva en una de las actrices zaragozanas de referencia en nuestro país. Popularmente conocida por su participación en el programa Oregón TV, Laura comenzó su carrera profesional en un curso de teatro del Centro Cívico de Torrero y de ahí ha pasado a participar en numerosos cortos, largos y obras teatrales.
En Aragón TV descubrió el universo televisivo, el cual le ha abierto muchas puertas por la gran difusión y visibilidad que genera. Sin duda, Oregón TV ha sido su plataforma estrella, un formato al que tiene muchísimo cariño y en el que sigue trabajando tras nueve temporadas. Este último fin de semana de marzo estrena en Madrid ‘Crímenes de andar por casa’, unas funciones que se representarán en el Pequeño Gran Vía y en las que los espectadores podrán presenciar, cada sábado, un crimen distinto de una forma muy ‘casera’ y divertida.
Zaragoza Buenas Noticias ha entrevistado a esta actriz, quien nos cuenta sus próximos proyectos profesionales y con la que hablamos también del secreto del éxito de Oregón Televisión.
-¿Recuerdas tus orígenes en el mundo de las artes?
-Sí, empecé cuando iba al instituto. Me apunté a teatro en el Centro Cívico de Torrero con una profesora, Carmen Marín, con la que estuve un año. Se quedó embarazada y entró un profesor que se llamaba Fernando Soriano. Ellos fueron mis primeros profesores de teatro. Ahí me entró el gusanillo y, un año después, me metí en la escuela de teatro.
-¿Cómo es ser actriz en una ciudad como Zaragoza?
-Realmente es lo mismo en cualquier ciudad del mundo. Al final, el origen del sentimiento de un deseo te da igual que sea en una ciudad grande, pequeña, en un pueblecito… te da igual, porque es el mismo deseo. Lo único que luego, a la hora de crecer, una ciudad grande te dará más posibilidades que una ciudad pequeña, pero el inicio es exactamente igual.
-¿Cómo definirías la situación actual de las artes y la cultura en nuestra ciudad?
-En general en España afectó mucho la crisis y el 21 % de IVA, que ahora se ha escuchado que lo querían rectificar, aunque ya veremos cuánto dura y si lo hacen. Estos dos aspectos afectaron mucho y, de hecho, ha habido un cambio. Antes había muchísimas compañías de teatro y ahora hay menos. Yo estaba en dos, en una era socia y en la otra casi socia y las dos desaparecieron. También es verdad que ahora mucha gente joven está iniciando salas de teatro, compañías… y eso está muy bien. Veo poco apoyo en la base de lo que es el tejido teatral pero muchas ganas por parte de los artistas.
-¿Cómo fue la experiencia de tener tu propia compañía de teatro?
-La experiencia fue fantástica porque no hay nada como desear hacer una cosa y hacerla a tu manera. Mi socia y yo deseábamos contar cosas en teatro a nuestra manera y pudimos hacerlo con esta compañía: contratábamos un director pero los textos partían tanto del director como de las actrices. Durante ocho años fuimos dos, Ana García y yo, que éramos socias y directoras de la compañía. Nosotras nos distribuíamos, nos producíamos, contratábamos, íbamos a hablar con el gestor, pedíamos las subvenciones, no nos las daban o sí nos las daban, nos íbamos de gira, conducíamos… En ese tiempo pasaron cosas muy bonitas pero llega un momento en el que te agotas, todo se agota. Es verdad que yo sí que me siento profeta en mi tierra pero a nivel teatral siempre ha sido una especie de lucha constante, como si siempre estuvieras en una tormenta, pensando en que salimos, no salimos… Y siempre con la sensación de que con cada espectáculo tenías que demostrar si valías. Éramos dos mujeres muy jóvenes en un mundo como el teatro, que es muy complicado, y al final nos agotamos. Realmente despareció por agotamiento.
-Descubriste el mundo de la tele a raíz de entrar en Aragón TV ¿Qué ventanas se te abrieron?
-La televisión es muy parecida al teatro a nivel emocional y de creación de personajes pero también es muy diferente en muchos aspectos. Lo que se me abrió fue, primeramente, que yo a pesar de llevar trabajando 10-12 años en teatro, mucha gente no me conocía y, al salir en la tele, me conoció muchísima más gente. Mientras en un teatro, por poner un ejemplo, te pueden ver en una función unas mil personas, en Oregón, en un solo capítulo, pueden verte miles. Y no sólo a nivel de espectadores, sino que productoras, gente de los cortos, largos, realizadores, productores te ven asiduamente y estas más al alcance de todo el mundo que te puede ofrecer futuros proyectos.
-De toda tu carrera, ¿cuál es el trabajo al que guardas más cariño?
-De lo que más orgullosa me siento y lo que más satisfacciones me ha dado es la obra ‘Comiendo paredes’ de ‘Muac’, la compañía que yo dirigía. Fue el primer proceso más largo al que dedicamos más tiempo, tanto de escritura, improvisaciones como con el director. Le pedimos a Óscar Sanmartín, que es un increíble artista de aquí de Aragón, que nos hiciera el diseño de la escenografía y del vestuario, todo estaba como muy cuidado desde la base. Yo me acuerdo que llevaba el pelo corto y parece que llevo melena, tuvieron que ponerme una peluca especial porque tenían que tirarme de los pelos y arrastrarme, entonces con mi propio pelo era un poco peligroso. Alfonso Pablo, compañero de Oregón, era el director de ‘Comiendo Paredes’ Tuvimos un equipo personal, técnico y artístico que nos arropó en los espectáculos.
-¿Cuál es el secreto del éxito de Oregón TV?
-Uno de los secretos del éxito es que es una cosa muy aragonesa, para los aragoneses y por los aragoneses, con todo el abanico de lo que podría significar ‘aragonés’: desde lo más sencillo a lo más socarrón, elevado o con doble sentido. Tenemos un espectro de público muy grande que nos puede ver. Desde los más pequeños, que se pueden reír con cosas más sencillas como caídas hasta cosas de doble sentido que pueden entender personas de más edad. Ahí creo que cogemos un rango de gente muy amplio y, por eso, tiene tanto éxito entre tantas personas. Intentamos que todo Aragón sienta que el producto es suyo, que Oregón es de los aragoneses.
-Los videoclips de Oregón TV son uno de vuestros productos estrella. ¿Te quedas con alguno de ellos?
-Todos tienen su cosa y muchos de los que he protagonizado me han resultado realmente difíciles. Cuando me dijeron que tenía que hacer de Tina Turner, dije: ‘¿Cómo? (Risas) Pero si Tina Turner es negra, tiene la nariz chatita y yo tengo la nariz grande, es una tía super curvilínea y yo soy flaca, no tiene prácticamente cuello y yo tengo un cuello largo ¡Pero qué hacéis!’ (Risas) Y de repente los que resultan más difíciles te encuentras con que, al final, crees que hasta te pareces en algún punto al personaje.
-Ha sido tal el alcance de Oregón que incluso este año algunos de vosotros habéis dado las campanadas de Nochevieja ¿Qué tal la experiencia?
-Repetiría, es impresionante, como algo un poco irreal. Tienes que estar muy concentrado y no te puedes equivocar. Pendiente de si van anuncios, de que el reloj se tiene que ver, está todo como muy muy medido. Por otro lado, en ese momento estás pensando que es muy fuerte porque normalmente las campanadas las tomas en tu casa o estás de viaje. Es todo muy surrealista pero muy bonito y repetible.
-¿Tenemos Oregón para rato?
-No depende de mí, pero me encantaría. Aunque llevamos muchos años y, a veces, artísticamente puedes llegar a cansarte de un producto, Oregón todos los años mete siempre alguna sección nueva, algo que refresca tanto al espectador como al actor. Con los personajes fijos también te podrías cansar pero como yo vengo del teatro, que es repetir, conseguir un personaje y disfrutarlo, jugar y ver cómo va creciendo, es algo que también me ocurre en Oregón. Vas creciendo con ellos y ellos van creciendo contigo.
-¿Cuál es tu lugar favorito de Zaragoza, tus artistas destacados y tu productos gastronómicos preferidos de la tierra?
El Casco Antiguo me encanta. Con su Pilar, su Seo, sus callejuelas, sus barecitos y su tapeo.
En cuanto a los artistas… ¡Qué compromiso! Todos los actores aragoneses son muy majicos (Risas) Tengo debilidad por Oscar Sanmartín y es esencial que mencione a David Angulo y mis compañeros de Oregón TV ,me parecen artistazos, llevo muchos años trabajando con ellos y sé de lo que hablo. Jorge Usón, Carmen Barrantes, Hernán Romero… Hay tanta tanta gente… Y no solo mis compañeros actores de Oregón sino también todo el equipo de técnicos.
Sobre la gastronomía, me encantan las borrajas y las echo de menos cuando estoy fuera, como el Ternasco de Aragón no hay ninguno igual en otro sitio, el aceite, el jamón…
-Te hemos visto participando en distintos cortos y largos de directores aragoneses, ¿hace falta más apoyo a estas futuras promesas?
-Sí, siempre. Porque yo creo que el arte es una cosa que ni se valora tanto como se debería, ni se entiende lo que significa y lo que aporta al espectador.No te hablo solo de teatro y cine, sino de arte en el sentido de irte a un museo, de escritores, diseñadores… Del arte en general. Hay muchos artistas que apoyan mucho a la sociedad y a las nuevas generaciones. Todo está rodeado de arte. Vas caminando por la ciudad y esas casa tan bonita que ves, la ha hecho un artista; ese libro que tanto te gusta lo ha escrito un artista. Sí que creo que falta apoyo, se debería apoyar más el arte en general y en particular en Aragón, porque en nuestra comunidad está siendo una mala época para los artistas, muy mala.
-¿En qué proyectos estás metida?
-Siempre estoy en mil historias porque soy un poco culo inquieto. Ahora vivo entre Zaragoza y Madrid y allí tengo varios proyectos porque en Zaragoza estoy bastante ocupada con el Oregón. En Madrid estoy con mis compañeros de ‘9 de 9’ con los que hice ‘Al Dente’ hace ya tiempo. Estamos preparando nuevas cosas que nos e pueden contar de momento. A partir de finales de marzo estaremos con ‘Gato Negro’, que el director es Alberto Castrillo-Ferrer, en el pequeño Gran Vía con una obra que se llama ‘Crímenes de Andar por Casa’. Será todos los sábados por la noche, cada sábado hay uno de los crímenes y es muy divertido.
-¿Compartes con nuestros lectores una buena noticia?
-Este año se van a estrenar varias películas aragonesas. Yo estoy en dos de ellas: ‘Bendita Calamidad’ y ‘La Novia’. No es poco, porque en Aragón no suelen estrenarse largos.