ZBN./ Llega la primavera y, con ella, los relojes se adelantan para dar paso al nuevo ‘horario verano’ que nos permite adaptar nuestra vida cotidiana a un mayor número de horas solares.
Este cambio de hora, que tiene lugar dos veces al año, (el último domingo de octubre y el último de marzo) viene acompañada de un alteración en nuestro ritmo biológico, que a menudo, y según distintos estudios, puede provocar algunos trastornos. El sueño es el más común, aunque distintos estudios aportan datos tan sorprendentes como que el cambio horario eleva el numero de ataques del corazón, aumentan los accidentes laborales, hay más suicidios, empeoran las notas y hasta que el Ibex lo nota.
Qué el cambio de hora afecta a nuestro organismo es una realidad, sin embargo, lejos de los aspectos negativos, el cambio de hora tiene además distintas ventajas en nuestra calidad de vida. La primera de ellas es el ahorro de energía, ya que, al adaptar la actividad a las horas de luz natural, se emplea menos la iluminación artificial, algo que en el caso de España, reduce el consumo eléctrico hasta un 5%.
Por otro lado, el cambio horario repercute también positivamente sobre el medio ambiente al conllevar una menor contaminación gracias al menor consumo de energía. Y no solo eso, sino que la luz solar es además una gran ventaja para los comercios, especialmente relacionados por la restauración y la hostelería debido a que los ciudadanos están más predispuestos a salir de sus casas cuando hay una buena temperatura, y más horas luz. Más horas de luz significan también más tiempo para disfrutar del deporte y las actividades que se realizan al aire libre, como realizar senderismo, acudir a los parques y estar rodeados de naturaleza.
Por último, disponer de más horas de luz disminuye los niveles de estrés y permite aprovechar los efectos beneficiosos de la exposición a los rayos solares, ayudando a producir mayores niveles de vitamina D, un micronutriente fundamental para la absorción del calcio.