Redacción. / Tal día como hoy en 1746 nacía en la pequeña localidad de Fuendetodos un varón. Se trataba del cuarto hijo del maestro dorador zaragozano Joseph Goya y de Gracia Lucientes y Salvador. Al día siguiente de su nacimiento el pequeño fue bautizado en la iglesia parroquial de la localidad con el nombre de Francisco de Goya y Lucientes.
Cuatro años después, Francisco de Goya se trasladó a la capital aragonesa, donde compartió aula en las Escuelas Pías con Martín Zapater.
Fue el 10 de agosto de 1759 cuando entró en contacto con la pintura de la mano del pintor José Luzán Martínez, en cuyo taller se mantuvo como aprendiz durante cuatro años.
Posteriormente Goya comenzó una vida en Madrid, donde en 1764 participó, sin éxito, en el concurso convocado por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid para obtener una pensión de pintura. Su segunda gran caída en el mundo del arte fue dos años después al presentarse al concurso de Premios de Primera clase de Pintura de la Academia de San Fernando, donde no obtuvo ningún voto.
Sin embargo, lejos de rendirse, el joven Goya se trasladó a Italia para estudiar en la Accademia del Disegno de San Luca en Roma. Comenzando con pequeños trabajos en Zaragoza, Francisco de Goya fue evolucionando personal y profesionalmente hasta llegar a convertirse en uno de los autores más reconocidos del panorama nacional e internacional. Un hombre que logró llevar sus obras desde Zaragoza a las salas más deseadas de los grandes museos, y que 269 años después de su nacimiento continúa vivo en la memoria de todos los zaragozanos.