Fernándo García Guía./Conocemos al director Laurent Cantet por sus películas de corte social “Recursos humanos”, “El empleo del tiempo” y sobre todo “La clase”, con la que que ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes. Por eso sorprendió un tanto el anterior estreno que llegó a nuestras pantallas, “Foxfire”, y otro tanto puede hacerlo el que ahora se nos ofrece, “Regreso a Itaca”, título literario para hablar de un regreso, sí, pero a Cuba.
En un escenario único, un piso y sobre todo su terraza desde la que se aprecian unas significativas vistas de La Habana, cuatro amigos festejan el regreso de un compatriota “que sí se fue, no como ellos, que han aguantado”. Hay alegría, conversaciones en principio banales, música; quizá el espectador se sienta un tanto desconcertado ante tanta cháchara, pero enseguida las conversaciones van tornándose más densas hasta que poco a poco el hábil guión pasa a tratar de lo que se habla en el país caribeño: de su situación, de la actual y la que vienen soportando desde hace décadas.
Cantet se ha acompañado en la escritura del guión de un auténtico cubano, el escritor Leonardo Padura, a quien no hace mucho tiempo pudimos ver en Zaragoza recogiendo el Premio de Novela Histórica por su novela “Herejes”.
Y se nota la mano del caribeño. Las conversaciones de los personajes acaban por ser un hábil reflejo de las contradicciones del país, con un excelente nivel médico pero en el que ganan poco y tienen que sobrevivir con regalos de los pacientes; con un alto nivel de educación que apenas les sirve para ganar un sueldo aceptable; con el deseo de marcharse de la mayoría y por el contrario la nostalgia de los que se fueron…
La estructura es un tanto teatral, pero se sostiene sin problemas gracias a la excelente labor de los actores, de los que solo conocemos por estas tierras a Jorge Perrugorría. Es tal la naturalidad que destilan que tal parece nos están hablando de vivencias propias. Y en algunos casos no descartaría que hubiera algo de ello.
Me consta que el país cubano es muy querido en nuestro país, de la misma forma que allí se nos tiene en igual estima, y por tanto nos preocupa su situación. Por tal razón, al margen de las propiamente cinematográficas, estimo que es una película que puede interesar a un amplio espectro de espectadores. A veces cuesta entender todas las expresiones de los personajes, dado su aire absolutamente coloquial, pero el esfuerzo merece la pena y la intención de director y guionista queda absolutamente clara.
La Habana/Itaca es la tierra a la que regresa el personaje central de la película. Allí no le espera ninguna Penélope –en los diálogos nos enteraremos por qué- con lo que se podría argumentar, de forma tan literaria como el propio título que es la propia perla del Caribe su Penélope particular.
Una propuesta interesante recomendable para los amantes de los temas sociales, hayan o no estado en la isla, pero que sí hayan seguido por medio de la prensa la deriva del querido país caribeño.