Redacción. / La Confederación Hidrográfica del Ebro ha presentado su último informe anual sobre la Red de Control de Plaguicidas. Este estudio recoge el trabajo desarrollado durante 2014 por el Organismo para el control y vigilancia de la contaminación de origen agrícola en las aguas superficiales de la Cuenca del Ebro.
Para ello, se han analizado 24 sustancias diferentes en 23 puntos de muestreo, con una frecuencia de cinco tomas anuales. Los resultados de los 2.485 análisis efectuados indican que se han registrado incumplimientos de las normas de calidad ambiental en tres estaciones. Sin embargo, en 257 de estas analíticas (un 10,2%) se ha comprobado presencia de algún plaguicida, al menos en niveles que pueden ser detectados en laboratorio.
El informe, realizado por noveno año consecutivo, ha sido elaborado por el Área de Calidad de las Aguas de la Confederación Hidrográfica del Ebro y da cumplimiento a la Directiva Marco del Agua que obliga a los Estados miembros a establecer estaciones de vigilancia para el control de la contaminación causada por sustancias peligrosas aguas abajo de sus puntos de emisión. También atiende a las exigencias relativas a las normas de calidad ambiental para sustancias prioritarias y para otros contaminantes, con el objetivo de alcanzar un buen estado químico de las aguas superficiales.
El estudio incluye los 23 puntos de muestreo de la red, la mayoría ubicados en tramos de río que recogen las aguas de retorno de las zonas agrícolas, los resultados más relevantes y la evolución temporal de la concentración total de plaguicidas cuantificada en cada estación de muestreo. También se han analizado los plaguicidas presentes en aguas captadas para la producción de agua potable.
En las conclusiones, el informe alerta de tres puntos de muestreo donde se han detectado incumplimientos en 2014 (dos menos que el año anterior y cuatro menos respecto a 2012). En concreto, se superó la concentración media anual por Clorpirifós en Clamor Amarga en Zaidín y en Segre en Serós y por Metolacloro en Alegría en Matauco. Además, en Clamor Amarga en Zaidín se superó la concentración máxima admisible por Clorpirifós en tres muestreos (junio, julio y septiembre) y en una ocasión en el Segre en Serós (julio)
Las estaciones donde se ha obtenido un mayor nivel de plaguicidas totales son las de barranco de La Violada; Flumen en Sariñena y Clamor Amarga en Zaidín y en menor medida, Arba de Luesia en Tauste; Gállego en la derivación a la acequia Urdana; Alcanadre en Ontiñena y Canal de Serós en embalse de Utxesa.
El análisis de los plaguicidas se ha realizado en el Laboratorio de Calidad de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Ebro. Para ello se han realizado cinco muestreos, en concreto en los meses de febrero, mayo, junio, julio y septiembre y se han analizado un total de 24 sustancias (14 con una frecuencia de cinco análisis al año y 10 una al año).
Los resultados se han interpretado según los criterios de la Directiva 2008/105/CE, por la que se establecen Normas de Calidad Ambiental, una legislación europea transpuesta a nuestro ordenamiento jurídico el 21 de enero de 2011, pero que el Organismo ya utilizaba de referencia. Para ello, se ha realizado un estudio pormenorizado de cada estación con la analítica de todos estos años disponibles.