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Perros y humanos juegan a ritmo de ‘Agility’

Competición de Agility / Foto: Cynthia Marcuello
Cynthia Marcuello entrenando con su perra / Foto: Cynthia Marcuello
Cynthia Marcuello entrenando con su perra / Foto: Cynthia Marcuello

Cristina Pérez. / Los hay pequeños, medianos y grandes; dicen que son el mejor amigo del hombre y lo cierto es que para muchos seres humanos, la lealtad de sus perros es indescriptible. Con ellos se pueden realizar multitud de actividades, entre las que se encuentra una cada vez extendida y catalogada como deporte en sí mismo: el Agility, una disciplina de referencia en Zaragoza, ciudad en la que se disputará en 2016 el Campeonato del Mundo en este deporte.

En esta actividad participan un perro con un humano, que hace de guía, y consiste en hacer un recorrido, en el menor tiempo posible, en el que el guía conduce al perro sin tocarlo en la pista. De esta forma, el perro practica no solo un deporte si no también otras habilidades como la agilidad, la obediencia y la confianza con el dueño. Además, esta actividad sirve también como terapia a los niños con algún tipo de problema intelectual, así como de estímulo y diversión a pequeños completamente sanos.

Eva Vázquez Morales, monitora de Agility del Club Almozara de Zaragoza, uno de los más grandes de España, define este deporte como “una actividad para disfrutar”. Y continúa: “De hecho, nosotros en los cursos siempre lo enfocamos todo en el juego, en el vínculo con el perro y en la forma de crear un binomio, una pareja perfecta entre la persona y el perro”.

Una afirmación con la que está de acuerdo Cynthia Marcuello, psicóloga especializada en terapias con animales y competidora de Agility: “Aparte de que para el perro es como su tiempo de ocio y su deporte, el vínculo que se crea entre el dueño y el perro es increíble, es hacer una actividad de disfrute juntos”.

Perros de diversas razas en un entrenamiento Agility / Foto: Cynthia Marcuello
Perros de diversas razas en un entrenamiento Agility / Foto: Cynthia Marcuello

En cuanto a las razas más aptas para la práctica de este deporte, tanto Cynthia como Eva afirman que son de la opinión de que cualquier raza es apta para practicar Agility aunque, según Eva, quizás cualquier raza de perro pastor esté más preparada, ya que tienen la cabeza y los instintos más desarrollados. La edad óptima para comenzar con pequeños entrenamientos, sencillos y adecuados al crecimiento del animal son los 5 meses, aunque hasta los 18, momento en el que un perro se considera adulto, no está permitido que compitan.

Dentro del Agility hay tres grados: grado 1, iniciación; grado 2, perfeccionamiento y grado 3, competición. Cada grado está dividido por alturas: ‘mini’, ‘midi’ y ‘standard’, en las que participan los caninos según sus medidas. Las pruebas son las mismas en las alturas de cada grado y lo que marca la diferencia son dos factores: el tiempo y la dificultad de la pista, que va aumentando conforme se incrementan los grados. Por ello, los participantes del grado 1 aspiran a subir a grado 2; en grado 2 se aspira a clasificarse para el Campeonato de España y, en grado 3, se aspira a llegar tanto al Campeonato de España como al del Mundo.

Un campeonato que precisamente se celebrará en nuestra ciudad en la edición de 2016: “Es la noticia más importante que tenemos ahora mismo en Zaragoza, ya que aquí van a venir los mejores del planeta en Agility y va a ser todo un lujo acogerles en el Pabellón Príncipe Felipe”, asegura Eva Vázquez. Nuestra ciudad alberga ya a diversos campeones del mundo, uno de los cuales es David Molina, presidente del Club Almozara, que fue campeón individual y por equipos en años consecutivos.

La capital aragonesa ya se había configurado como pionera en esta disciplina a lo largo de los últimos tiempos, en los que la evolución en la práctica del Agility ha ido aumentando a un ritmo muy acelerado. A día de hoy, Zaragoza es una de las ciudades de referencia en este mundo que comparten perros y humanos. “Lo que tienen los clubs de Zaragoza es el nivel, que es muy alto, es de los más altos tanto en guías como en perros”, asegura Eva. José Luis Romero, entrenador y campeón de España en Manga de Agility en 2014, asegura: “Zaragoza es posiblemente una de las ciudades que mas pruebas haga en relación a número de clubes y población”

Competición de Agility / Foto: Cynthia Marcuello
Competición de Agility / Foto: Cynthia Marcuello

Deporte terapéutico

Cynthia Marcuello tiene en marcha la creación de ‘Sonrisas y Huellas’, una Asociación de Intervenciones Asistidas con Animales y otras actividades para el desarrollo personal a través de la interacción humano-animal destinadas a usuarios con y sin discapacidad. Se trata de un centro cuya actividad se desarrollará a nivel nacional y realizará una mezcla terapias con Agility para que el niño trabaje aspectos como la psicomotricidad, al tener que guiar al perro; la memoria, al tener que recordar los recorridos del circuito; la coordinación o la lateralidad, ya que dar una orden con la mano izquierda o la derecha es vital en este deporte.

“Nuestro enfoque es que el niño pueda trabajar con perros ya entrenados. El simple beneficio del contacto del perro con el niño ya es terapéutico, así como el aumento del vínculo con el animal.  Al hacer un deporte con el perro lo positivo es que éste no te juzga, le da igual si te equivocas en una valla o no. No hay reproches, solo vínculos positivos”, explica Cynthia.

Con todo esto, Zaragoza y sus seguidores de Agility esperan ansiosos la cita mundial de 2016 y, entretanto, perros y humanos no dejan de entrenar, jugar y divertirse con este deporte que, como hemos podido comprobar, no se configura únicamente como una actividad física sino también como un gran estímulo y una terapia muy efectiva para pequeños y mayores.

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