Redacción./ La directora aragonesa Laura Sipán participará en la XII edición del festival internacional Fisahara con el documental «Soukeina. 4400 días de noche». La cinta, producida por el Observatorio Aragonés para el Sahara Occidental, repasa parte de la vida de una activista saharaui por los derechos humanos, Soukeina Yedehlu. Un caso concreto que refleja el sufrimiento de todo un pueblo, el Saharaui, que vive bajo la ocupación marroquí desde 1976.
El campamento de Dajla, en Tindouf, el más aislado de los cuatro núcleos en los que subsisten los refugiados saharauis, acoge cada año este Festival internacional, proyectando las películas por la noche en cajas de camiones que sirven de pantalla. Fisahara se propone como objetivo empoderar, entretener y dar formación audiovisual a la población refugiada del Sahara Occidental empleando el cine como instrumento para la transformación social.
Asimismo, pretende llamar la atención de la comunidad internacional acerca de la lucha por la justicia y la dignidad del Pueblo Saharaui, así como ofrecer talleres y formación a jóvenes refugiados. En la edición de 2015 participarán reconocidos actores como Viggo Mortensen, Ariadna Gil, Oona Chaplin, Pepe Viyuela y la co-fundadora y Presidenta de las Madres de Plaza de Mayo Nora de Cortiñas.
Laura Sipán, licenciada en Comunicación Audiovisual en la Universidad Autónoma de Barcelona y diplomada en Dirección de Fotografía en la Escuela de Cine de Madrid (ECAM), continuó su formación en la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños, Cuba (EICTV) donde estudió Guión ha escrito y dirigido los documentales El Hombre y la Música (Bastian Films, Laura Sipán, TVE,
Aragón TV – 52’), Sobre la misma tierra (Comité de Solidaridad Internacionalista de Zaragoza – 76’) o Made in Bangladesh (IDEAS – 28’). La cineasta también dirigió su primer cortometraje de ficción en 2007, «El talento de las moscas».
Sinopsis de «Soukeina. 4400 días de noche»
Tras la ocupación militar de Sahara Occidental por parte de Marruecos, en 1976, el gobierno marroquí persiguió y atacó a la población civil saharaui implantando una política de exterminio. Cientos de personas fueron forzadas a “desaparecer” en cárceles clandestinas, condenándolas a una muerte invisible y lenta. Pero algunos, como Soukeina, sobrevivieron. Llevaban más de 10 años desaparecidos, sufriendo torturas, aislados de la vida. Cuando salieron, su mundo se había roto en mil pedazos.