Redacción. / Varias ONGD con presencia en Aragón se preparan para atender las necesidades humanitarias de la población nepalí afectada por el devastador terremoto del sábado 25 de abril
El terremoto y sus consecuencias dramáticas para la población nepalí
El 25 de abril, un devastador terremoto de magnitud 7,9 en la escala de Ritcher golpeó Nepal. Se estima que hay más de 8 millones de personas afectadas. La cifra de víctimas mortales, que actualmente asciende a 5.500 personas, sigue aumentando a medida que llegan nuevas informaciones desde las áreas de más difícil acceso.
El Gobierno de Nepal ha declarado el estado de emergencia en los 35 distritos afectados y ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que envíe ayuda humanitaria.
Esta emergencia ocurre en un país en el que la situación previa de los niños ya era crítica: la mitad de los 28 millones de habitantes de Nepal no tenía acceso a saneamiento y vivía por debajo del umbral de la pobreza, una de cada tres personas en condiciones de pobreza severa, el 41% de los niños nepalíes sufrían desnutrición crónica y las tasas de trata y otras formas de violencia contra los niños eran elevadas. Todas estas condiciones pueden verse agravadas por la catástrofe.
El débil sistema sanitario del país está desbordado y gran parte de sus infraestructuras están absolutamente destruidas. ONG que trabajan en la zona han reforzado sus equipos y están apoyando las labores urgentes de rescate y atención a las necesidades de la población: agua potable, saneamiento, refugio, medicamentos y alimentos de emergencia.
Actuar rápidamente es crucial. Y una vez pasada la primera fase de emergencia, la ayuda humanitaria seguirá siendo necesaria.
La respuesta desde Aragón
Las primeras agencias de Naciones unidas y ONGD ya han acudido a Nepal para prestar la primera ayuda de emergencia. Otras ONGD radicadas en Aragón, que desarrollan y apoyan proyectos de cooperación al desarrollo en Nepal desde hace año, están esperando a colaborar en una segunda fase de ayuda a la población afectada, que durante un tiempo seguirá dependiendo para lo más básico de la ayuda humanitaria internacional, y para la reconstrucción de las infraestructuras necesarias.