Fernando Gracia. / No son precisamente habituales en nuestras pantallas películas estonias o georgianas. Es más, de las primeras no recuerdo estreno alguno. Pero hete aquí que nos llega una coproducción de ambos países , avalada por su nominación a los Óscar y los Globos de Oro en la modalidad de filme de habla no inglesa.
‘Mandarinas’ es una película modesta, de duración muy ajustada, en la que se narra una historia ambientada en la guerra entre Georgia y la región secesionista de Abjasia, o sea anteayer, como quien dice. Un par de hombres viven en pleno bosque, uno de ellos dedicado a trabajar la madera y el otro a cultivar mandarinas. Son estonios que no han regresado a su país a pesar del estallido de una guerra, que ellos ven como si no les incumbiera. De resultas de una escaramuza bélica acaban acogiendo dos heridos, uno georgiano y el otro un mercenario chechenio que lucha en el bando abjasio.
Una vez planteada la trama, el hábil guión nos envuelve sutilmente presentando las difíciles relaciones de cuatro hombres en un espacio reducido: dos que se quieren matar y otros dos de talante pacifista. Apoyada la trama en la excelente interpretación de unos actores totalmente desconocidos por estos lares y presentando los suficientes giros en la trama como para que no perdamos el interés, Zara Urushadze, que así se llama el director y guionista, nos lleva hasta un final muy bien rematado, que no es sino uno de los muchos a los que podría haber estado abocada la propuesta argumental.
Viendo este notable filme me ha venido a la memoria una vieja cinta italiana, “Vivir en paz”, protagonizada por el gran –en todos lo sentidos, ya que era bastante grueso- Aldo Fabrizi. En ambas, la de finales de los cuarenta que dirigió Luigi Zampa y la actual, se hace patente la dificultad de mantenerse imparcial y la de practicar el sentido común cuando el entorno se ha vuelto loco y solo está pensando en aniquilarse unos a otros.
Puede que algunos piensen que estamos ante una película minoritaria. Nada más lejos de la realidad. Es absolutamente nítida y comprensible, refleja muy bien el ambiente bélico, resuelve con seguridad y eficacia los momentos de acción y por si fuera poco instruye algo sobre uno de los múltiples conflictos que vienen asolando desde hace décadas la zona caucásica.