Redacción. / ¿Cuántos datos se generan desde las empresas y desde las administraciones públicas y cómo podrían ser útiles más allá de su almacenamiento en los ordenadores? ¿Se podría hacer algo más con toda esa información?. Son preguntas a las que se trata de dar respuesta a través de lo que hoy se conoce como Big Data, una línea de trabajo que se ha convertido en prioritaria para la Unión Europea.
Actualmente, el volumen de datos que se maneja es tan grande que resulta complejo analizarlos y procesarlos con los métodos tradicionales. Y es que se calcula que en tan solo un minuto se producen más de 4 millones de búsquedas en Internet y se envían más de 200 millones de correos electrónicos.
El Big Data es un reto en el que están involucrados distintos grupos de investigación y empresas, sacar el máximo partido posible a esos datos. “Imaginemos que se pusieran sensores, en distintos puntos de un río, que recogieran datos sobre las condiciones del suelo, temperatura, agua permitiendo anticipar la toma de decisiones ante una riada o en una central eléctrica en la que los sensores dieran información sobre el estado de esa central”, explica José Merseguer, del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) de la Universidad de Zaragoza, que participa en el proyecto europeo DICE (Developing Data-Intensive Cloud Applications with Iterative Quality Enhancements).
“Hoy estamos ante un diluvio de datos, pero qué hacemos con ellos, cómo los manejamos”, señala Merseguer. Hasta ahora, todo se recoge y se almacena, pero sin procesar no es útil, “por eso surge este proyecto, para desarrollar aplicaciones que automaticen y den la posibilidad de convertir ingentes cantidades de datos en información que ayude a la toma de decisiones para ser más eficientes, para crecer en investigación y desarrollo”.
Durante tres años, junto al Imperial College of Science, Technology and Medicine (Reino Unido), la Universidad Politécnica de Milán (Italia) y el Instituto de Investigación de Timisoara (Rumanía) trabajarán para crear herramientas y desarrollar métodos que se puedan poner a disposición de las empresas europeas, de tal forma que puedan incorporarlas en el desarrollo de su software. Para ello, el Proyecto DICE contará con la participación de cinco empresas, Pro-Develop (Valencia-SP), X-Lab (Eslovenia), Flexiant (Reino Unido), Athens Technology Center (Grecia) y Netfective Technology (Francia).
Este proyecto europeo se enmarca en Horizonte 2020, el Programa Marco (2014-2020) de la Comisión Europea para Investigación, Desarrollo e Innovación. Concretamente, DICE se incluye en el Pilar II de Liderazgo Industrial cuyo objetivo principal es desarrollar tecnologías y sus aplicaciones para mejorar la competitividad europea.