Cristina Pérez. / En seis años, cinco novelas. Éste es el recorrido aplastante del escritor zaragozano Joaquín Berges, que ha cogido carrerilla y no puede soltar su pluma para ofrecer a sus lectores las historias que le rondan por la cabeza. La comedia es el estilo donde se encuentra más cómodo, aunque le propio Berges admite que el drama llama a las puertas de su imaginación de vez en cuando y que le gutsaría ser como Edyardo Mendoza y poder ofrecer ambas caras en la literatura.
El último libro del escritor zaragozano es ‘Nadie es perfecto’, una parodia de las novelas inglesas de ambiente exclusivo y misterio. Una historia «para morirse de risa», como el propio berges la define, que cuenta con unos personajes tan peculiares como divertidos.
Zaragoza Buenas Noticias ha entrevistado a Joaquín Berges para conocer más sobre esta novela y sobre algunos aspectos de su trayectoria profesional, tanto pasada como futura:
-Te encuentras en plena presentación de tu nueva novela, ‘Nadie es perfecto’, ¿Cómo la defines?
-Es una comedia y, concretamente, es una comedia paródica. Es decir, una novela que parodia las novelas de misterio de Agatha Christie y de otros autores que sitúan sus novelas en mansiones inglesas en las que hay unos señores aristocráticos, un mayordomo impertérrito y esas cosas… Yo hago una parodia de esas novelas. En mi novela también hay una mansión, un Lord, una Lady, un mayordomo, un misterio, unos personajes muy disparatados y aquí lo que pasa es que en lugar de investigar un asesinato, que suele ser lo común, como yo no he querido que hubiera ningún muerto, sino que era como una excusa literaria, lo que hago es que el misterio que tienen que resolver es quién es el heredero de la familia. Lady Whirlpool tiene tres hijos pero no sabe cuál de ellos es de verdad el hijo de su marido porque es una señora que ha vivido mucho. Entonces, contrata al detective para que desentrañe este misterio y sepa quién es el heredero de la familia.
-¿Por qué debería leer el público esta novela?
-Solamente tienen que leerla los lectores que se quieran reír. El que no se quiera reír, no hace falta que lo lea. Porque esto es una novela que está hecha a petición popular. Yo tengo dos comedias escritas, ‘Vive como puedas’ y ‘Un estado del malestar’ que han tenido mucho éxito. La gente en los clubs de lectura y a través de las redes sociales me pide humor, una novela para morirse de la risa. Así que a petición popular yo escribo ‘Nadie es perfecto’. Las primeras impresiones de mis lectores son muy positivas, parece que la gente se ha reído mucho.
-¿Esta petición popular de novelas cómicas para ‘morirse de la risa’ está relacionada con la situación actual que vive nuestro país?
-Seguro que sí porque realmente el mundo que hemos construido es un mundo que a mí cada vez me aburre más. El día a día de la mayoría de la gente me parece aburrido, tedioso. Por eso creo que ésta es una novela para ‘marcharse de vacaciones’ literariamente hablando. No hace falta leerla en vacaciones, aunque sería ideal, estar de vacaciones y, además, leer ‘Nadie es perfecto’ (Risas). Pero cuando menos, yo prometo que voy a llevar la mente del lector de vacaciones durante el tiempo que esté leyendo. ‘De vacaciones’ entendiendo por tal evadirse de esta realidad tan aburrida, monótona y decepcionante que estamos viviendo.
-¿Cuáles son los temas principales de esta novela?
-Aquí sobre todo son las relaciones entre los personajes. Lo que hace divertido a ‘Nadie es perfecto’ son sus personajes. Digamos que cada personaje tiene una peculiaridad. Un profesor, un científico, que dice que quiere ponerle bacterias a los yogures (la novela transcurre en los años 40), dice que es un pionero, y ya ves que juega con ventaja porque los yogures con bacterias triunfan. Hay otro señor que es un administrador de las fincas de Lord Whirlpool pero en realidad a él lo que le gusta es la historia de los pueblos godos. Hay un militar retirado que cada vez que se encuentra con el detective lleva las manos manchadas de sangre y dice que él no ha sido. La novela va de esto, de estos personajes tan disparatados y de cómo se encuentran, cuatro o cinco días, que es el tiempo en el que transcurre la novela, en una mansión inglesa para desentrañar este misterio.
-Los personajes de ‘Nadie es perfecto’ son un tanto peculiares…
-Sí, todos ellos tienen nombres de electrodomésticos. Como esta novela es un juego de palabras constante, he sido muy travieso con las palabras, que son los medios que yo utilizo para trabajar, quería que los nombres de los personajes fueran graciosos, así que les he puesto nombres de electrodomésticos y de marcas conocidas. Entonces Lord y Lady Whirlpool están enemistados con Lord y Lady Wodehouse, está el señor General Motors, el mayordomo que se llama Harrods… Además, en los nombres propios también he tenido mucho cuidado de que fueran marcas y aquí me lo he tenido que currar porque Lord Whirlpool se llama Philips, Lady Thompson se llama Rowenta, el profesor se llama Liebherr, y me parece fantástico. Todos los nombres que hay en la novela son nombres comerciales y todo ello forma parte del juego de palabras que utiliza en la misma.
-¿La comedia es el registro en el que te sientes más cómodo?
-Sí. En realidad yo aspiraría a tener dos voces, como otros muchos autores las han tenido. El ejemplo que más fácil reconoce la gente es el de Eduardo Mendoza, que tiene dos voces, una más dramática y otra más cómica y yo aspiro a tener estas dos voces también. A veces me parece que son necesarias porque son un poco las dos caras que tenemos todos. Cuando escribes una comedia, llegado un momento lo que te pide el cuerpo es cambiar el registro y escribir algo más serio pero cuando escribes algo más serio vuelves a necesitar escribir una comedia. Aunque me siento cómodo en la comedia necesito esa alternancia entre comedia y drama. De hecho, en todos mis dramas hay un poco de comedia y en alguna comedia también hay un poco de drama aunque, en este caso, no.
-El escenario de uno de tus libros son las montañas de Aragón, ¿te animarías a escribir un libro cuyo escenario fuera tu Zaragoza natal?
-Sí, como zaragozano seguro, porque de hecho ‘La línea invisible del horizonte’, que es esta novela del Pirineo, es la primera que ubico en un sitio específico. Las tres anteriores podían transcurrir en cualquier sitio, no hay referencias. Hay calles, autobuses, metro… Pero no se sabe si estoy hablando de Madrid, Barcelona, Valencia o Zaragoza o Londres, no especifico. Entonces la primera novela que yo he ubicado, que es mi cuarta novela, la anterior, la ubico en el Pirineo porque es mi particular homenaje a esas montañas pirenaicas de las estoy completamente enamorado. Además la pongo en el valle que más me ha seducido que es el Sobrarbe, así que aparece Barbastro, Aínsa, el valle de Plan… El pueblo donde transcurre la acción me lo he inventado, es completamente literario. Sería muy bonito hacer una ubicada en Zaragoza porque como zaragozano que he viajado lo que muchas otras personas pueden haber viajado, reconozco que esta ciudad tiene una virtudes muy grandes a nivel, sobre todo, de tamaño. Estamos en el tamaño justo para no ser ni una gran ciudad ni una ciudad sin vida. Es una ciudad muy cómoda que solo tiene una desventaja que todos conocemos: el viento (Risas).
-¿Hay algún tema que te inspira especialmente a la hora de escribir?
-Cada vez estoy más pendiente de lo que me piden mis lectores. Es curioso porque antes no había ninguna relación, o muy poca, entre lector y autor. Yo antes, como lector, alguna vez se me había ocurrido escribir a mis autores favoritos y el medio de contacto era enviar un escrito a la editorial o, como mucho, ir a verles a la Feria del Libro. Pero claro, ahora con entrar en su perfil de las redes sociales puedes escribirles y contactar con ellos. Yo para escribir me fijo mucho en lo que me dicen mis lectores. No tengo ningún tema que me conduzca, escribo muy visceralmente, lo que significa que escribo lo que me pide el cuerpo. Nunca escribiría algo que no me saliera de dentro, quiero decir, como por encargo y tal, no me veo yo escribiendo. Necesito que surja de dentro.
-Como escritor zaragozano, ¿cómo valoras el panorama cultural literario de nuestra ciudad?
-Sin conocer todos los panoramas de todas las ciudades de España, yo creo que es de los más altos que tenemos, haciendo una especie de relación entre número de escritores por habitante o algo así (risas). Yo creo que es una de las ciudades que más suerte tiene en el tema literario porque considero que hay unos grandes profesionales de la literatura aquí. Y no sólo de la literatura, sino también del cuento, tanto para adultos como para niños y también de literatura infantil y juvenil, que esto es un género muy importante porque los niños y los jóvenes tienen que leer. Aquí tenemos de todo.
-¿Eres de los que está favor o en contra del libro electrónico?
-Yo estoy a favor. No se puede ir contra el mundo. No se puede ir contra la realidad que tú vives. Estamos viviendo en la Era Digital. El futuro nos lo habían pintado con naves espaciales, y robots y, al final, resulta que en el futuro que imaginábamos, que puede ser perfectamente este año 2015, vemos que no hay naves espaciales y que el medio de transporte más común sigue siendo el tren, como en la conquista del Oeste. Pero sí que hay una gran diferencia, y es que estamos todos interconectados a través de Internet y a través de los dispositivos que todos tenemos. Esto es una realidad a la que no se le puede dar la espalda. Los lectores del futuro van a leer en e-book seguro y no se puede hacer nada contra eso más que regular el mercado para que todo sea legal, nada más. A mí el e-book no me molesta en absoluto. Reconozco que cambia las reglas del mercado y que hay unos grandes perjudicados, que son las librerías físicas, los libreros, las imprentas y los distribuidores, esta parte sí que puede estar perjudicada. Pero bueno, también habrá librerías online y otro tipo de servicios que podrán suplir estos puestos de trabajo.
-¿Cuáles son tus próximas metas como escritor?
-Yo voy una novela detrás de otra, no hay más objetivo que ése. Mi siguiente reto, en el que estoy pensando ya, es escribir mi sexta novela. Tengo que decidir qué es lo que me apetece escribir. Seguramente, lo que me está apeteciendo escribir es una novela que transcurra en una residencia de ancianos, que me parece un sitio muy peculiar para nuestra sociedad. Es curioso cómo a los niños y a los ancianos los recluimos en unos centros y, mientras tanto, nosotros somos los que organizamos la vida. Me parece muy curioso ese retiro de las residencias de ancianos donde la gente parece que siempre está esperando algo. Aunque solo sea la hora de cenar, la hora de merendar, la hora de la película, o la hora de que vengan a verle sus hijos… Siempre están esperando algo. Me interesa mucho este tema y creo que voy a escribir sobre él.
-Además llevas buen ritmo de publicaciones de libros, casi uno por año.
-Sí, la verdad es que esto casi se pasa. Es verdad que en 6 años he publicado 5 libros. No se puede mantener este ritmo, mi próxima novela no puedo plantearme que salga antes de 2017. Voy demasiado rápido.
-¿Compartes con nuestros lectores una buena noticia?
-He leído que se quería hacer que el tranvía de Zaragoza tuviera una conexión al salir de la ciudad y se convirtiera en un tipo de tren de cercanías. Me parece una forma de vertebrar muy bien Zaragoza y sus alrededores. Hay mucha gente, entre los que me incluyo, que vivimos en pueblos cercanos a Zaragoza y echamos en falta una conexión con la ciudad y, como a mí me gusta mucho ese contraste entre vivir en el campo y trabajar y vivir la ciudad, me interesan mucho las noticias que nos hacen accesible esta vida.