Alejandro Novella:/ Para algunos ese momento ya ha pasado hace mucho. Para otros es un recuerdo del ayer. También hay grupos que lo ven en la lejanía sin preocuparse por ello. Pero para una generación es el ahora, el decisivo instante de decidir en qué quiero formarme, qué hacer con mi vida, con qué especialidad quiero que vaya acompañado mi nombre. Quebraderos de cabeza para una elección excluyente y dictatorial que en el fondo, es un mero formalismo académico.
Lo que hay que tener claro que esta disyuntiva no va a marcar tu vida en un 100% no te juegas un todo o nada escogiendo una carrera y no otra. Los cambios están a la orden del día, y por gracia o desgracia nunca sabes como acabarás el día de mañana.
Lo poco que sabemos, los ya no tan jóvenes, es que la problemática dubitativa de qué escoger para estudiar sigue estando vigente. Un informe de la consultora Círculo Formación ha recogido que solo un 22% de los zaragozanos tiene claro qué grado quiere estudiar. El 78% restante se la juega al voto del indeciso. Un dilema que perdura y que no hace más que sembrar dudas en una generación de jóvenes que no ven nada claro su futuro.
Sin embargo, que no os amargue esta decisión. Es normal que mucha gente no haya sabido ver cuál es su vocación y qué está dispuesto a hacer por encima de todo. Esta rutina te la da el paso del tiempo, la experiencia. Y con 18 años y en la época que estamos, pocas oportunidades te aporta el mercado. Así que no os desquiciéis, construir poco a poco vuestra persona, y añadir conocimientos. El know-how como lema para adaptarte a cualquier ambiente. Aprende de todo lo máximo, y una vez encuentres lo que crees que te identifica, especialízate en ello. Y eso no llega a estas jóvenes alturas, te lo aseguro.
Además, la juventud está para comerse el mundo, para irse, equivocarse, rectificar, aprender y reaccionar a todo lo que se os ponga por delante. Si os amargáis con una elección, más tarde lo seguiréis haciendo. No perdáis la espontaneidad ni la improvisación, y eso sí, de la ignorancia no os quedéis nada. Con esto no pretendo devaluar estos delicados momentos, pero no les otorguéis mayor importancia de la que se merecen. Elegir bien, escoger con cuidado, pero ni de lejos penséis que esta elección os atará para toda vuestra existencia. El camino está ahí, sí, pero eres tú quien da los pasos en la dirección deseada cada vez.
Y con esto no quiero dar más la paliza contando más batallitas ni ser un adalid del movimiento joven post-selectividad, porque esta no es mi guerra y cada uno tiene sus circunstancias personales. Ahora os queda cambiar de etapa empezar un comienzo nuevo. Lo único claro y seguro es que este verano vuestro futuro cierra por vacaciones hasta próxima apertura…