Luis González:/ Las temperaturas han subido y para echarse a andar hay que escoger sitios adecuados donde poder refugiarnos de las horas fuertes de calor. Y una de nuestras mejores opciones no podía ser otras que el Pirineo Aragonés, así que vamos a preparar la mochila una vez más y a dejarnos invadir por el frescor de las montañas.
En esta ocasión nos adentraremos en el espacio protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel, eso sí, el monte lo dejaremos para otra ocasión, pues aquí vamos a proponer una sencilla ruta de dificultad muy moderada, que unirá varios puntos de gran interés cultural y dejará al mismo tiempo nuestra vista bien saciada.
Partiendo desde Zaragoza tomaremos con nuestro vehículo la A-23 dirección Huesca, seguida de la N-330 dirección Jaca, una vez nos encontremos a la altura de Jaca, tomaremos la N-240 dirección Pamplona, saliéndonos en el desvío de la A-1603 que nos llevará al inicio de nuestra ruta, la localidad de Santa Cruz de la Serós.
Nuestros primeros pasos serán por este pueblo del Pirineo Central; casas de piedra de estilo románico perfectamente integradas en un entorno de flora y fauna pirenaica. Desde el centro del pueblo encontraremos indicaciones que guiarán nuestros pasos hacia los monasterios.
Puesto que es una ruta de ida y vuelta, proponemos visitar primero el Monasterio Viejo, cubierto por una enorme roca que le da nombre. Su cronología se inicia en el siglo X y en su interior destacan la iglesia prerrománica, las pinturas de San Cosme y San Damián, del siglo XII, el denominado Panteón de Nobles, la capilla gótica de San Victorián y el magnífico claustro románico, obra de dos talleres diferentes.
Volviendo sobre nuestros pasos encontraremos un desvío que anteriormente ya hemos pasado; éste nos conduce hacia el Monasterio Nuevo por un sendero con algo más de desnivel del encontrado hasta ahora y algunas escaleras.
Como consecuencia del terrible incendio del año 1675 se tomó la decisión de construir un nuevo monasterio. Su emplazamiento, el conocido como Llano de San Indalecio. La construcción se inició en el año 1676. De estilo barroco, la traza del edificio constituye uno de los ejemplos más perfectos y evolucionados de la arquitectura monástica en la Edad Moderna.
Como colofón a este itinerario y antes de volver al punto de partida de nuestra ruta, no podemos dejar de ver el impresionante Mirador de los Pirineos, ubicado tan solo a unos 500 metros del Monasterio Nuevo.
En total el recorrido nos dejará unos 10 kilómetros recorridos y un tiempo de duración que no podemos calcular, ya que cada punto nos puede entretener más que el anterior y merece la pena dedicarle tiempo y no dejarnos llevar por prisas innecesarias.
A disfrutar y ¡hacer el cabra!