Redacción:/ Este plato es posiblemente uno de esos manjares que además de gustarle a casi todo el mundo permite todo tipo de variantes y complementos, que sin modificar la base de la receta, las patatas y el huevo, cambian de sabor y color según los productos que utilicemos, en este caso con jamón.
Ingredientes:
Patatas: Las mejores las de freír, variedad agria.
Huevos: Si puede ser ecológicos, de esos casi artesanales.
Jamón: Por supuesto, de Teruel
Aceite: De oliva virgen extra, por ejemplo del bajo Aragón.
sal
Consejo , si las patatas no se fríen bien pueden estropear el plato, por lo que yo os cuento como frío yo las patatas para conseguir la textura perfecta, tiernas por dentro y crujientes por fuera. Lo primero que haremos será las patatas, lavarlas y cortarlas en bastoncicos, más o menos del mismo tamaño. Mientras pondremos en una sartén honda una generosa cantidad de aceite de oliva.
Cuando el aceite esté bien caliente añadiremos las patatas, procurando que queden cubiertas totalmente con el aceite. Dejamos a la misma potencia durante una media hora, sin tocarlas mucho (el tiempo depende de la cantidad de patatas, evidentemente). Después de la media hora comprobaremos que las patatas ya están blandas por dentro, ahora sólo falta que nos queden crujientes, y eso lo conseguiremos subiendo un poco la potencia de nuestra vitro y dejándola unos diez minutos o un poco más, hasta que veamos que están en su punto.
Cuando las patatas estén fritas las sacaremos y dejaremos sobre papel absorbente para que suelten el exceso de aceite. Añadimos la sal y mientras sueltan el exceso de aceite freiremos los huevos en el mismo aceite de las patatas. A la hora de servir, ponemos las patatas en el plato, encima los huevos, que romperemos con el mismo tenedor y añadimos el jamón en tiritas.
Listo, pide el acompañamiento que le quieras dar, bien va el vino como la cerveza.
Disfrutar.