Redacción:/ Alfajarín, año de gracia de 2015
Esta noble villa aragonesa, tiene a bien organizar las ilustres XV Jornadas Medievales, en recuerdo de nuestro histórico pasado. Para ello los próximos días 26 y 27 de junio se celebrarán, Dios mediante, en el entorno de nuestro Castillo y de la Portaza, distintos eventos y festejos que esperamos os agraden. Pláceme por la presente, invitar a vuestra ilustre persona a dichos festejos si tenéis a bien acompañarnos y sumaros a la celebración.
Representación de la toma del castillo por el rey de Aragón a los musulmanes.
Acción de sanjuanarse con agua y pétalos de rosa, y gran hoguera encendida por los arqueros.
Juegos de tiro con arco, puestos artesanos, reparto de patatas y chorizo.
Un poco de historia.
En la Edad Media era uno de los focos más importantes del reino musulmán de Zaragoza. El castillo musulmán se construiría como uno de los castillos defensivos y de vigilancia que durante el siglo X se construyeron por la ribera del Ebro. El desarrollo del núcleo urbano de Alfajarín se hizo siempre al amparo del castillo, hacia el que siempre miro el pueblo.
Alfajarín y su castillo fueron reconquistados por Alfonso I de Aragón en 1119 después de la conquista de Zaragoza. Si bien el abandono por parte de los cristianos hizo que los musulmanes volvieran a coger el control de Alfajarín hasta la total reconquista en 1131.
El lugar de Alfajarín fue de realengo y tuvo diferentes tenentes dependiendo del rey
En 1293 Jaime II ordena que el castillo, la villa y las aldeas (Candasniellos ya desaparecida) sean entregados a Pedro Cornel, convirtiéndose en un señorío dependiente de la familia de los Cornel.
La familia Cornel fue la encargada de fortificar la villa y de reformar el castillo, construyendo en el interior una residencia para los señores.
En 1437 adquiere la baronía don Juan de Mur, concediéndole Alfonso V de Aragón franquicia perpetua a los derechos reales.
Tras pasar por varias manos, la baronía termina en 1496 en manos de don Ramón de Espés, en cuya familia permanecerá hasta su desaparición en el siglo XIX, tras numerosos pleitos entre el pueblo y la baronia.