Redacción:/ El ser humano dispone de distintos mecanismos para regular la temperatura corporal, conocidos como termorregulación. Cuando el clima alcanza temperaturas muy extremas, tanto por frío como por calor, el mecanismo termorregulador se ve superado y aparecen una serie de signos y síntomas característicos. Esto ocurre fundamentalmente en niños, en ancianos y en personas con alguna patología subyacente.
La gravedad de estos trastornos va desde los leves como los calambres, el agotamiento y el síncope, hasta la forma más grave, que es el golpe de calor. Se caracteriza por reducción o cese de la sudoración, cefalea, mareo, confusión, taquicardia, piel caliente y seca, inconsciencia y convulsiones.
Los farmacéuticos recomiendan las siguientes medidas preventivas:
1. Se debe aumentar la ingesta de líquidos sin esperar a tener sed para mantener una hidratación adecuada. Es útil ingerir soluciones isotónicas, es decir, soluciones de rehidratación oral. Además, hay que evitar bebidas alcohólicas, muy azucaradas o que contengan cafeína, ya que causan una mayor pérdida de líquidos corporales.
2. Otra de las recomendaciones es evitar comidas muy copiosas. Es aconsejable tomar abundantes frutas y verduras, teniendo especial cuidado en su manipulación y limpieza para evitar posibles trastornos digestivos que agravarían el problema.
3. Y por supuesto debemos evitar exponernos al sol en exceso, especialmente en las horas centrales del día, permaneciendo en espacios ventilados o acondicionados.
4. En cuanto a la actividad física, es aconsejable reducirla, y descansar con frecuencia a la sombra.
5. Además, usaremos ropa ligera y holgada, preferentemente de fibras naturales y de colores claros, sombrero, gafas y protectores solares para la piel, que protejan frente a los rayos ultravioleta del tipo A y B y con un factor de protección mínimo de 30.
6. Por último debemos prestar especial atención a personas de riesgo, como son los niños, ancianos y enfermos.
Medicamentos y ola de calor
Si se está en tratamiento con cierto tipo fármacos como algunos antidepresivos, antiparkinsonianos, antihistamínicos, hormonas tiroideas, digoxina…, el farmacéutico le aconsejará, ya que podrían agravar los procesos provocados por el calor. En estos casos conviene extremar las precauciones y consultar al especialista.
Por otra parte, algunas enfermedades pueden causar deshidratación o influir en el centro termorregulador. En este sentido, enfermedades agudas como diarrea, infecciones o quemaduras cutáneas, y crónicas como hipertensión, enfermedades mentales, obesidad…, también requieren unas precauciones especiales a la hora de prevenir el golpe de calor.