Redacción:/ Con el aumento de la esperanza de vida, se prevé que para el año 2030 el número de intervenciones por prótesis de cadera se haya duplicado y que este tipo de operaciones sean cada vez más frecuentes en nuestra vida cotidiana. Desde hace cuatro años, un equipo investigador del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) de la Universidad de Zaragoza lidera un proyecto europeo, CAD-BONE, cuyo objetivo es hacer tratamientos personalizados a partir de una radiografía y poder determinar así cómo se va a curar el hueso y qué va a necesitar el paciente.
Los principales resultados de CAD-BONE, a seis meses de finalizar el proyecto, son el desarrollo de tratamientos específicos a medio y largo plazo, la creación de herramientas predictivas de remodelación y regeneración y la reconstrucción en 3D, según explican los investigadores del grupo M2BE, liderado por José Manuel García Aznar.
El trabajo ha sido premiado recientemente en el I Encuentro Triple Hélice como mejor proyecto de colaboración con el mundo de la empresa. Y es que el proyecto CAD-BONE ha integrado ciencia, industria y salud buscando la mejora de la competitividad, el ahorro para los sistemas públicos sanitarios y la mejora de la calidad de vida de los pacientes con fracturas óseas.
El proyecto se ha desarrollado de manera conjunta con la empresa Materialise, líder mundial en impresión 3D y software con aplicaciones clínicas. Pero, además, ha participado la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica) y se ha colaborado con el Servicio de Traumatología del Hospital Clínico Universitario “Lozano Blesa” de Zaragoza.
Los investigadores de la Universidad de Zaragoza involucrados en CAD-BONE han realizado estancias de un mínimo de dos meses en las instalaciones de esta empresa en Bélgica y los investigadores de la empresa Materialise han estado en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza trabajando con los equipos del grupo M2BE.
Para quienes participan en CAD-BONE, el éxito es la aportación a las tecnologías para que sean aplicadas a herramientas clínicas en la recuperación de hueso. Con ello, pretenden que, a través de los datos ofrecidos en la radiografía de un paciente, se pueda obtener un diagnóstico preciso de cuál es el tratamiento necesario en su caso para que la recuperación sea idónea.