Fernando Gracia:/ Avalada por sus premios en Berlín y Sundance nos llega una película brasileña, de cuya directora, Anna Muylaert, no se ha proyectado película alguna en nuestro país. “Una segunda madre” es el título que los exhibidores han adjudicado al original de “¿A qué hora es la vuelta?”, quizá un poco más atinado.
Una señora que trabaja de criada para una familia adinerada de Sao Paulo se reencuentra con su hija tras diez años en los que ha estado con su padre y ex marido. La criada, que mantiene una excelente relación con el hijo de sus jefes, a quien se puede decir que ha criado, no conseguirá conectar de igual forma con su propia hija, cuya irrupción en la lujosa casa donde su madre trabaja, generará una serie de reacciones presentadas de forma bastante sutil.
A veces resulta difícil encuadrar el filme, que trata de asuntos que podrían considerarse dramáticos, aunque su aparente ligereza le acerca más a la comedia. Burla, burlando, la película aborda varios temas interesantes, como la diferencia de clases o la paradójica situación brasileña por la que los humildes abandonan a sus hijos propios para pasar a cuidar de los hijos de los ricos, que en el fondo también han sido abandonados por sus propios padres.
A medida que iba viendo la película me han recordado algunos recovecos de la trama a filmes tan diversos como “Budú salvado de las aguas”, “Un gangster para un milagro” o hasta “Teorema”, no pareciéndose realmente a ninguna de ellas.
Reconozco que el filme puede desconcertar en algún momento al espectador, que puede tener problemas a la hora de enmarcar la película en un género determinado. Como reconozco que en todo momento ha mantenido mi atención, lo que no es cosa desdeñable.
La buena interpretación de Regina Casé y Camila Mardila en los papeles de madre e hija, es una baza importante para el funcionamiento de esta propuesta, que se puede recomendar a aquellos que buscan productos más o menos originales, alejados del cine convencional.
Su aparente ligereza puede ir en contra de la película en algún momento, pero mi opinión es que a la postre acaba por ser una ventaja, al quitarle solemnidad y no desembocar en ningún momento en el melodrama, tentación que la directora sabe esquivar.
Dentro del panorama bastante discreto de los últimos estrenos, pienso que es un título que ofrece cierto interés.
FERNANDO GRACIA