Redacción:/ Agustina Raimunda María Saragossa nacida el 4 de marzo de 1786 en Barcelona. Con apenas diecisiete años, Agustina contrajo matrimonio con Juan Roca Vilaseca, joven militar que en esos momentos ejercía como cabo segundo del primer regimiento del Real Cuerpo de Artillería, destinado en Barcelona.
Cuando en 1808 estalló la Guerra de la Independencia contra las tropas francesas de Napoleón dirigidas por el general Murat. Agustina y su hijo, que apenas contaba con cuatro años de edad, acompañaron a su marido por todos los campos de batalla. Pero al final tuvo que trasladarse con su hijo a Zaragoza, donde al parecer vivía una hermana. De esta manera llegaron a Zaragoza.
En el mes de julio de 1808 las tropas francesas iniciaron el sitio de la ciudad, bajo el mando del general Lefebvre. El general Palafox, encargado de la organización de la defensa de la ciudad, rechazó la propuesta de rendición hecha por su homólogo francés. Lefebvre inició entonces los preparativos para conquistar la ciudad. Los planes franceses eran atacar por tres lugares: la puerta del Carmen, la del Portillo y de Santa Engracia. La mañana del día 15 de junio de 1808 el bombardeo francés arreció y la ciudad fue atacada por los cuatro costados. Los propios ciudadanos de la plaza sitiada se pusieron al frente de la resistencia y levantaron barricadas.
El 2 de julio las defensas de la puerta del Portillo empezaron a debilitarse. Dichas defensas fueron encomendadas a Francisco Marco del Pont . En ese momento fue cuando Agustina entró en la Historia y se ganó el apelativo de la Artillera. Agustina se encontraba en el Portillo ayudando a las tropas como tantas otras mujeres, que se encargaban de transportar las municiones y de asistir a los heridos. Cuando las tropas francesas se preparaban para entrar por la brecha abierta en las defensas zaragozanas, Agustina, con tan solo 22 años, se apoderó de una batería española cuyos operarios habían fallecido y la disparó sobre los sorprendidos soldados franceses, los cuales se vieron obligados a retroceder ante el inesperado fuego defensivo. Este retroceso fue vital para obtener el tiempo necesario y que los refuerzos tomasen posiciones y se sellara la brecha.
Una vez rechazado el primer sitio a Zaragoza, Agustina permaneció en la ciudad y tomó parte en la defensa de la misma ante el segundo intento de los franceses, el 20 de diciembre, esta vez dirigido por los generales Moncey y Mortier. Agustina enfermó, posiblemente de peste, y tuvo que retirarse de la línea defensiva. Postrada en cama en el convento de San Agustín, recibió la noticia de la entrada en Zaragoza de las tropas francesas. Fue hecha prisionera al igual que su hijo, el cual falleció poco después víctima de la peste y el hambre. Llevada al depósito de Casablanca, encontró allí a su marido, con el que se fugó en Puente la Reina.
En los momentos finales de la Guerra de la Independencia Agustina fue objeto de numerosos homenajes tanto por el pueblo, que la convirtió en heroína nacional, como por los mandos militares que alabaron su valor.Se trasladó a Sevilla pero su estancia fue corta, pronto mostró su deseo de regresar a Cataluña junto a su marido, ya que en dicha región aún continuaba la guerra contra los franceses.
No es segura, aunque si probable, su participación en la batalla de Vitoria de 1813. Después, Roca fue destinado a América, y Agustina se quedó en España. En agosto de 1814 Agustina llegó de nuevo a Zaragoza. En esta ciudad recibió una carta de Palafox en la que le comunicaba el deseo del rey de conocerla. El 25 de agosto fue recibida en audiencia por Fernando VII, le asignó, una pensión vitalicia de cien reales mensuales, poco después Agustina retornó junto con su esposo a Barcelona. Por estas fechas nació el segundo hijo del matrimonio y, debido a la mala salud del niño, la familia se trasladó a Segovia en la primavera de 1817. Juan Roca falleció el año siguiente.
En marzo de 1824 Agustina contrajo matrimonio con un médico de nombre Juan Cobos Mesperuza, junto al cual fijó su residencia en Valencia. En esta ciudad nació en 1824 su tercera hija, de nombre Carlota. La familia se trasladó a Sevilla donde permaneció hasta 1847, fecha ésta en la que Carlota contrajo matrimonio con un oficial administrativo del Ejército destinado en Ceuta. A esta localidad se trasladó Agustina con la joven pareja, mientras que su marido y su otro hijo se quedaron en Sevilla.En 1857 Agustina falleció en Ceuta, donde se conserva su partida de defunción.
El 14 de junio de 1870 sus restos fueron trasladados a Zaragoza, donde fueron enterrados en la catedral del Pilar para posteriormente ser definitivamente sepultada en la parroquia de Nuestra Señora del Portillo.
Fuentes mcmbiografias