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El Armenio tenaz

el padre_0Fernando Gracia:/  Fatih Akin se hizo notar en la década pasada con una serie de películas donde abordaba la vida de ciudadanos de origen turco que viven en Alemania, como él mismo.

A nuestro país llegaron al menos tres de ellas, “Corto y con filo”, “Al otro lado” y por encima de todas “Contra la pared”, que fue considerada la mejor película europea hace justo once años.

Nos llega ahora su producción más ambiciosa, ya que ha contado con un amplio presupuesto para abordar una historia que transcurre en varios países, larga de duración y con vocación de gran espectáculo.
El filme arranca de forma poco sutil, un tanto a brochazo limpio. Pero poco a poco va mejorando y aunque de forma algo dispersa se van alcanzando momentos muy logrados aunque luego vengan otros no tan conseguidos.

En el fondo asistimos a una road movie, aunque no sean carreteras precisamente las que transita nuestro armenio protagonista en busca de los restos de su familia, víctima de la primera guerra mundial y de la dispersión de las gentes de su nacionalidad. Podría pensarse que el filme iba a tratar del denominado “genocidio armenio”, pero no es así. Algo comprensible teniendo en cuenta que el autor es de origen turco y los de su país de origen nunca han reconocido tal cosa.

Lo que se nos cuenta es lisa y llanamente un melodrama francamente entretenido aunque siendo estricto podamos considerarlo como manifiestamente irregular. Estamos muy lejos del cine de autor con el que se hizo un nombre el director; en esta ocasión parece más interesado en llegar al corazón del respetable por vías previsibles pero siempre eficaces obviando reflexiones políticas.

La trama nos lleva desde los desérticos paisajes armenios hasta fríos lugares del medio oeste norteamericano, siendo a mi modo de ver los mejores momentos de la trama cuando el protagonista recala en la Cuba de los años veinte, muy bien plasmada en la pantalla, por cierto.

La película es de la que gustan más al público que a la crítica, quizá un tanto recelosa ante el sesgo del autor, otrora ampliamente alabado. Como se trata de una historia tremenda, con momentos truculentos, con la esperanza de un final que pueda dejar un buen sabor de boca, y que nos enseña paisajes sumamente diversos, el entretenimiento está asegurado, pues soy de las que mantienen que hay ser muy torpe para que no sea distraída una película de carretera y manta.

A pesar de su larga duración, estimo que es una película con valores suficientes para gustar a un amplio sector de público, que podrá ver actores absolutamente desconocidos, aunque los buenos fisonomistas quizá reconozcan al protagonista,Tahar Rahim, como uno de los actores de la exitosa “Un profeta”, que se pudo ver hace unos años en nuestra ciudad. Un actor francés, de origen argelino, que está correcto, pero al que no le hubiera venido mal una mejor caracterización para mostrar el paso del tiempo.

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