Marcos Díaz. / La Asociación Socioeducativa Gusantina es todo un referente en Zaragoza en cuanto a entidades dedicadas a la promoción de la infancia. Este proyecto nace de un grupo de voluntarios que colaboraban en una colonia de verano de Cáritas con población gitana en el barrio de la Madalena. Tras esta experiencia, consideraron oportuno dotar al barrio de un recurso que continuara esta labor, surgiendo así Gusantina en el año 1990.
Durante estos primeros 25 años, la asociación lleva trabajando distintos aspectos de la infancia para lograr “mejorar la calidad de vida de los chavales al acompañar los procesos educativos. Intentamos que los niños adquieran las herramientas necesarias para que hagan de su vida algo mejor”, como afirma Arancha Lázaro, coordinadora de Gusantina.
Dentro de las actividades que desarrolla, el punto fundamental es el centro infantil, ubicado en la plaza Ignacio Jordán Asso, apoyado por diversos proyectos que complementan la labor realizada en esta sede.
Los niños son divididos por grupos de edad, adecuando así las actividades a sus necesidades. “Los más pequeños van de 3 a 6 años, los medianos, de 7 a 10 y los mayores de 10 a 14, aunque el último grupo está separado en dos porque los de 10 ni tienen nada que ver con los de 14. Con esos grupos de edad se van haciendo diferentes proyectos a lo largo del año en función de la época”, matiza la miembro de la asociación Ana Gasca.
Dependiendo de la época del año, las actividades también varían. De esta manera, la programación de octubre a abril pertenece a la llamada “temporada de locales”, donde la mayor parte se desarrolla dentro de los dos espacios (la sede en la plaza Asso y La Oreja Verde, en el Centro Joaquín Roncal) que maneja la asociación. También hay juegos en exteriores, como el que el grupo de mayores disfruta en la plaza de San Bruno, donde los propios niños deciden en asamblea los juegos que van a practicar. Sin embargo, y para ofrecer diversas opciones, Gasca sostiene que Gusantina se apoya en los recursos que le ofrece el barrio. Algunas de ellas son “el cuentacuentos en la biblioteca, deportes en el pabellón, los mayores hacen talleres de cocina en el centro joaquín roncal un día a la semana…”. En ese aspecto, la colaboración del entorno es importante, ya que, afortunadamente, la Madalena “es un barrio con un gran tejido asociativo”.
Con la llegada del buen tiempo, durante los meses de mayo, junio y septiembre, desde Gusantina buscan recuperar la calle como espacio de juego. De esta forma, ponen en marcha el programa ‘Divergus’, donde se carga un coche de varios juegos y montan en las plazas distintos espacios de ocio: “Son dos horas de juego en la calle, donde hay juego libre y, durante la segunda hora, una actividad dirigida que tiene el mismo tema cada semana, y donde acuden los chavales que quieren”, explica Gasca.
Pero el plato fuerte llega con las actividades de verano. Cada año se elije una temática de la que emanará la esencia de la programación. Este año es el turno de ‘Al abordaje’, ya que, como dice Gasca, “nuestro emblema es una gusana pirata, tiene ese matiz audaz de buscar nuevas aventuras”. A las 10 de la mañana llegan los niños al centro y deciden por asamblea la actividad que realizarán, como por ejemplo ir a la piscina o conocer otros espacios de la ciudad.
La asociación está perfectamente integrada en el barrio, convirtiéndose en uno de sus referentes educativos: “Están viniendo los hijos de los que participaron hace 25 años”, afirma Gasca. Precisamente, uno de los aspectos que trabaja Gusantina es en la implicación de las familias en las actividades que desarrolla: “Las familias están muy implicadas y queremos que participen de forma activa en el tiempo libre de sus hijos”. Una de estas actividades donde colaboran los padres radica en el comedor, aunque “cada uno lo hace en función de sus posibilidades”, como realizando cuentacuentos a lo largo del año.
La asociación cuenta en sus filas con 12 trabajadores dedicados a desarrollar las tareas programadas, además de un buen número de voluntarios y estudiantes de prácticas. Uno de los proyectos que está llevando a cabo Gusantina con más colaboradores no es otro que el apoyo escolar a través de ‘Aprendemos juntos’, donde cooperan una decena de voluntarios.
Desde la entidad también se trabaja el aspecto emocional con el ‘Banco de emociones’. Allí, los pequeños aprenden a canalizar sus emociones a través del movimiento, aunque también lo hacen por medio de la Radio, con su programa en la emisora Radio Topo, donde se pretende además dotar de mayor visibilidad a la infancia dándole voz en las ondas.
Pero Gusantina no solo trabaja con menores, ya que cuenta con el proyecto ‘Mimbres’, orientado “a chicas mayores de edad que no estudian ni trabajan, donde se les da una formación personal dirigida al cuidado de niños”, tal y como explica Gasca. Actualmente, unas nueve participantes en esta iniciativa prestan sus servicios de cuidadoras a familias del barrio que lo demandan.
Desde Gusantina hacen hincapié en el enfoque a la hora de tratar a los pequeños, entendiendo, como dice Lázaro, que “hay que más fijarse más en las posibilidades que en las carencias de los chavales. Partir de las fortalezas de cada chico para acompañar ese proceso”. Un planteamiento muy positivo para una organización que espera, como afima Gasca, “continuar con los diferentes proyectos que tenemos, con más flexibilidad y capacidad de enganche para que cada vez más las familias y voluntarios se sientan más capacitados para participar. Poder acompañar los procesos educativos de los chavales de la Magdalena desde la libertad. Seguir creciendo y seguir acompañando la infancia.” Esperemos que así sea, como mínimo, otros 25 años.