
Adrián Luis. / En comunidades vecinas como Navarra –en las Bardenas Reales–, Cataluña –en Gerona o en Canet de Mar– o Comunidad Valenciana –en Peñíscola– se filmará en los próximos meses la serie televisiva de HBO Juego de tronos. Sin embargo, Aragón todavía no ha sido seleccionada como escenario de las historias de George R. R. Martin, a pesar de que en esta tierra se han grabado películas nacionales e internacionales, desde Jamón, jamón de Bigas Luna hasta El reino de los cielos de Ridley Scott. Pero no solo eso, esta comunidad autónoma goza de paisajes extremos como desiertos o la alta montaña y de un patrimonio histórico fruto del asentamiento durante siglos de diferentes pueblos –romanos, judíos, visigodos, musulmanes y cristianos–.
Estos son los diez parajes aragoneses que mejor encajarían en el universo de Juego de tronos:

El castillo de Loarre. Este castillo románico edificado en el siglo XI por el rey Sancho Ramírez I de Aragón está catalogado como Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional. Su posición elevada y su conservación le han catapultado a ser uno de los diez castillos más visitados de España, tal y como indica Turespaña, el organismo nacional de Turismo. Ahí se rodó El reino de los cielos, dirigida por Ridley Scott y protagonizada por Orlando Bloom, Eva Green, Liam Neeson y Jeremy Irons. Resultaría propicio como un escenario del Norte de Poniente. Y no sería nada descabellado que esta fortaleza oscense se identificara, en concreto, con Invernalia.
El monasterio de Veruela. A los pies del Moncayo se encuentra esta abadía del siglo XII donde se hospedó Gustavo Adolfo Bécquer. Sus paredes han visto al cineasta Miloš Forman y a los interpretes Natalie Portman y Javier Bardem en el filme Los fantasmas de Goya. Destaca el claustro que evoca los patios de Altojardín de la Casa Tyrell o los de Desembarco del Rey por donde Cersei Lannister acostumbra a merodear.

El monasterio de San Juan de la Peña. Este monasterio se singulariza por incrustarse bajo una gran roca. Fue reconstruido por Sancho el Mayor en el siglo XI. En su interior, según la leyenda, estuvo el Santo Grial. En definitiva, el arte se mimetiza con la naturaleza para crear un lugar único que sugiere la escenografía de Juego de tronos.
Los Monegros. El desierto de Aragón fue testigo de la irrupción en el panorama cinematográfico de Penélope Cruz y Javier Bardem (Jamón, jamón, 1992) o de cómo sus áridas tierras eran convertidas por King Vidor en el plató del filme Salomón y la reina de Saba. Por tanto, no extrañaría que este páramo imitara al Desierto Rojo, en el continente de Essos, lugar de paso de los guerreros nómadas Dothraki.

El palacio de la Aljafería. Fue el palacio de verano del califa Abú Yafar Áhmad ibn Sulaymán al-Muqtadir Billah. Sus muros o su patio interior se asemejan a los de las residencias de Lanza del Sol del príncipe Doran Martell, en Dorne.
Judería y catedral de Tarazona. Las calles claustrofóbicas y laberínticas, junto con las casas colgadas, inspiran los barrios de algunas de las metrópolis tanto de Poniente como de Essos. Véase: el barrio Ciudad Sedimento en Braavos, el barrio Lecho de Pulgas en Desembarco del Rey, los callejones de la ciudad de Meereen… Si esta urbe se ambientara en Tarazona, los lugareños tendrían la fortuna de ver a Peter Dinklage, el encargado de dar vida a Tyrion Lannister. Tanto el interior como el exterior de la catedral también invitan a grabar.
Albarracín y su sierra. Declarado Conjunto Histórico. La catedral, castillo, murallas y torres son cuatro de los muchos alicientes que posee este pueblo turolense. Por si fuera poco, la localidad se halla rodeada por la sierra en el norte y por los montes Universales en el sur. Albarracín es ya de por sí una carta de presentación para los productores ejecutivos de la serie. Las callejas de las ciudades citadas con anterioridad también se podrían rodar en esta población.

Pirineo aragonés. Picos de más de tres mil metros de altitud –Aneto, Posets, Monte Perdido–, valles –Valle de Ordesa, Canal Roya–, lagos –ibón de Ip, ibón de Baños– y bosques –bosque de La Pardina del Señor–. La diversidad de estos entornos abre un abanico de posibilidades escénicas que se adaptaría, por ejemplo, a los parajes de Invernalia, del Nido de Águilas o de más allá del Muro –aledaños de Casa Austera–. E incluso, las zonas más escarpadas podrían ambientar Rocadragón de la Casa Baratheon, a pesar de la ausencia de mar. Aunque esto no supondría un gran problema para el equipo de efectos especiales de la serie del Trono de Hierro. En suma, naturaleza abrupta al servicio del objetivo de la cámara. Sino que pregunten al cineasta Pedro Almodóvar, que rodó escenas y ambientes en la localidad pirenaica de Fanlo para su nuevo largometraje, Silencio, y opinaba esto de esta obra de arte natural: «El Pirineo tiene una belleza evidente, es más impresionante de lo que me esperaba».
Las Cinco Villas. La zona oeste de esta comarca es limítrofe con el Parque Natural de las Bardenas Reales. Sin embargo, el medio ambiente de las Cinco Villas no tiene nada que envidiar al navarro. Sin duda, es territorio Dothraki. Además, una de las cinco villas que otorgan este nombre a la comarca es Sos del Rey Católico, un pueblo medieval donde Luis García Berlanga dirigió la cinta La vaquilla. Su judería, su castillo y su lonja se amoldarían al mundo gobernado por los Lannister, los Stark, los Targaryen o los Baratheon.

Monasterio de Piedra. Sitio Histórico, Parque Natural y Monumento Nacional son muchas denominaciones para que pase desapercibido para los guionistas de la cadena HBO. Las cascadas, los lagos, las grutas y la flora de este medio recuerdan a los alrededores de Altojardín, descrito en la enciclopedia El mundo de hielo y fuego como: “Forma parte del paisaje hasta tal punto que parce que haya brotado de la tierra en vez de haber sido construido”.
Estos solo son diez del sinfín de rincones con encanto que se encuentran en Aragón: castillo de Peracense, puente de Piedra de Zaragoza, los Mallos de Riglos, ciudadela de Jaca, etcétera. El peso de la comunidad en la historia de España ha levantado tal cantidad de monumentos que abarca toda su geografía. Y en cuanto a la biodiversidad, ya lo decía Ignacio Estaregui, el director de la película Justi&Cia: “Yo creo que Aragón, salvando las distancias, es como un Nueva Zelanda dentro de España”. En resumen, paisajes naturales, edificaciones artísticas y una legión de seguidores de Juego de tronos, dispuestos a presentarse al casting, son los atractivos de esta región. Pero, de momento, Game of thrones is not coming.