Beatriz y Elena./ Mi mamá me tuvo a mí junto a otros cuatro hermanitos de manera inesperada, su dueño bastante irresponsable no la había esterilizado, y bueno sin que nadie nos buscase de manera intencionada, nacimos mis hermanitos y yo, nos repartieron entre amigos y vecinos, y hay que decir que al menos al principio todos tuvimos una familia.
Cuando me llevaron a mi casa todo era estupendo al principio, sólo escuchaba palabras de cariño, era precioso, una bolita de pelo, parezco un peluche.. en fin…supongo que os hacéis una idea.
Fue pasando el tiempo, y fui creciendo, aún era guapo, pero ya no tan gracioso, ya no era una bolita de algodón, si no que todo el día dejaba el suelo hecho un asco lleno de pelos, y finalmente mi querida familia decidió que yo sobraba.
Una tarde salimos de paseo a un parque muy lejos de casa, me soltaron la correa, empecé a corretear como un loco, y cuando me cansé y quise volver al lado de mis dueños no los encontré, desesperado corriendo en todas las direcciones, asustado, muy triste y muy solo, así empezó otra vida para mí.Poco a poco aprendí a sobrevivir, a buscar entre las basuras algo que comer, a beber en fuentes y en charcos y a buscar los mejores refugios para dormir.
Al cabo de un tiempo me di cuenta que siempre en el mismo lugar venían unos humanos a dejar comida y agua limpia, y que me decían cosas con voz amable y gestos suaves, pero también eran así los humanos que un día me alejaron de su vida, por eso no me fiaba, acudía a por la comida y el agua, pero no dejaba que me acariciasen ni mucho menos que me cogieran.
Un día todo fue diferente, yo estaba esperando a los humanos, su comida y agua fresca cuando aparecieron otros humanos y empezaron a gritarme y a lanzarme cosas, qué miedo pasé, hasta que llegaron los humanos de todos los días, empezaron a discutir con los que me hacían daño y consiguieron que se fueran y me dejasen en paz, ¡ qué dolor sentía en todo mi flacucho cuerpo!.
Cuando ya no sabía lo que iba a pasarme, con una dulzura que nunca había sentido, empezaron a hablarme, me cogieron envolviéndome en una toalla y me llevaron con ellos, ya no tenía miedo, tuve la sensación que mi vida empezaba de nuevo.
Ahora duermo calentito y a cubierto, ya no me importa que llueva porque estoy bajo techo y todos los días me dan de comer, me llevo bien con todos los demás aunque a veces discutimos y nos peleamos como una gran familia, hay mucha gente que no conozco, gente amable que me acaricia, me cepillan y me sacan a pasear.
Ayer llegó una chica con unos ojos muy dulces, me hablaba mientras me acariciaba, estuve paseando con ella y por primera vez en mucho tiempo no me sentí sólo, viene casi todas las semanas a verme y a pasearme. Ayer vino con un chico que me hablaba y me miraba con la misma dulzura, me subieron a un coche, dejé de ver a mis amigos y de pronto sentí miedo….
Llegamos a una casa y me presentaron a mi nuevo hermano, era pequeño, ladrador y muy juguetón, pero simpático; me enseñaron la casa, mi colchón, mi cuenco de comida… durante unos días me sentía extraño, todo era nuevo para mí pero ella no dejaba de besarme y acariciarme…
Ahora duermo en la cama de mi hermano enroscado, salgo por el parque con mi hermano y mis padres, ya no me siento sólo porque somos una verdadera familia, están pendientes de mí, sólo tengo que correr por el parque y jugar con los demás sin miedo a perderles de vista, a que me dejen y se vayan sin mí. Mis padres están pendientes que no me pase nada, me llevan al veterinario, me suben a mi antigua casa donde juego con mis antiguos amigos, y me llenan de amor. ¡¡Ahora soy feliz!!
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