Elena Aznar:/ A pocos días del final de la Alta Costura parisina, Valentino presentó su colección en un entorno de excepción, Roma. Piazza Mignanelli, sede del Palazzo Valentino, fue el lugar elegido para celebrar la unión entre la firma y la città eterna. Una colección plagada de transparencias en la que el negro y el rojo fueron los protagonistas.
Los tejidos vaporosos en seda natural , must del desfile, dieron forma a las maravillosas creaciones de la firma. Sandalias gladiadoras, joyas en forma de lobo y coronas de flores doradas transportaron a los asistentes a una época donde las modelos representaron a la perfección su papel de diosas.
Mirabilia Romae fue el título elegido por Pier Paolo Piccioli y Maria Grazia Chiuri para el desfile, un especie de paseo por los rincones más emblemáticos de la capital italiana, punto de referencia y de origen de la maison. Y de este modo, Valentino demostró que no sólo de París vive la Alta Costura.