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Josian Pastor: “Quisiera plasmar un punto de vista intelectual de los desheredados de este país”

El poeta, fotógrafo y cineasta Josian Pastor. / FOTO: Lorenzo Izquierdo.
El poeta, fotógrafo y cineasta Josian Pastor. / FOTO: Lorenzo Izquierdo.

Marcos Díaz. / Josian Pastor ha experimentado con un buen número de formas expresivas como el cine, la fotografía y la poesía, mostrando su obra a un autor polifacético y fértil.

Próximamente, Pastor realizará una columna en Zaragoza Buenas Noticias donde analizará la actualidad, centrándose en la problemática en la que se encuentran las generaciones más castigadas por la crisis.

Hablamos con él sobre cine, poesía, el ámbito cultural y sobre sus colaboraciones en este medio.

– Cine, poesía fotografía… has trabajado muchos modos de expresión, ¿con cuál te sientes más cómodo?

– Cómodo no me siento con ninguno porque todos requieren un gran esfuerzo, lo que pasa que con el cine te muestras al público de una forma más cercana. Todo lo que puedas hacer en el cine lo puede entender el público perfectamente. Aunque el cine arrastra detrás un equipo muy importante de gente y una producción económica y humana que puede ser trascendental. Puedes hacer una buena película o una mala película, si haces una mala película tu esfuerzo no vale para nada; si haces una buena película, entras a competir con otras 3000 buenas películas, por lo que quizás tampoco valga para nada aunque sea buena.

En mi caso empecé con el cine haciendo cortometrajes, me arruiné en un par de ocasiones y, aunque quiero seguir haciendo cine – ya en formato digital- ahora me lo pienso mucho. Siempre he querido hacer mis propias historias y reconozco que, aunque lo tengo apartado, es algo que me sigue haciendo hervir la sangre, soy un gran amante del cine.

– Y con la poesía, ¿qué relación mantienes?

– Respecto a la poesía, es algo que siempre he llevado conmigo y es más barato, solo gastas papel y boli. También es otra especie de vicio, de vicio culto. Es otra forma de expresión, que no es plástica, y pienso que es algo más complicada que la pintura o la escultura porque el ámbito de la interpretación de tus ideas y el de exportarlas para que otros la interpreten es complicado. Yo todavía estoy en el camino, acabo de echarme a andar y, aunque quiero terminar haciendo novela, por alguna razón que desconozco empecé haciendo poesía. Hace muchísimos años mandé un pequeño soneto a un concurso y me dieron el primer premio. Eso me dejó un poco descalabrado porque, realmente, no sabía ni por dónde iba a tirar profesionalmente en mi vida ni que iba a ser de mí. Fue por ello que aposté un poquito por la poesía sin tener muy claro dónde tenía que ir. He llegado hasta aquí, cosa que no quiere decir que sea premeditado y, después de escribir 301 sonetos, que me han llevado diez años de mi vida y que considero parte de una gran locura, voy a tomarme con un poquito de relax la poesía trascendental del soneto. Quiero seguir escribiendo pero voy a meterme ya en la prosa. Estoy macerando ya también unos relatos y quiero acabar en la novela. ¿Cuándo? Ni idea. ¿Llegaré? Tampoco lo se.

– ¿Qué vas a ofrecer en tu columna en Zaragoza Buenas Noticias?

– Quisiera meterme con la actualidad. Quisiera integrarme o referenciar a los jóvenes o no tan jóvenes que estamos en un país que nos han robado, nos han masacrado y arrancado de nuestras manos. Quisiera plasmar un punto de vista intelectual de los desheredados de este país, que también somos de este país, también somos país. Quizás nuestra opinión, aunque algunos no la tengan en cuenta, sea el punto de partida de un futuro de muchos jóvenes que han tenido que emigrar, de muchos jóvenes que se han tenido que buscar la vida porque nadie les ha aportado nada y hacer un poquito de bandera de nuestra existencia.

– ¿Cómo llegas al soneto, por qué elegiste esta composición poética?

– Mi primer libro es un romancero viejo al estilo español. Se presupone que los primeros romances tuvieron lugar en Aragón; son octosílabos, como la jota. Me interesaba mucho, después de leer a Cervantes, Calderón y algún que otro clásico más, aportar mi granito de arena. Me sucede que, cuando leo a algún autor, tomo un poco la personalidad del mismo, como pasa en la película ‘Zelig’ de Woody Allen. Con ese romancero me pasó algo parecido.

Con los sonetos, como buen aragonés, he querido ir más allá. Sabía que era muy difícil, les he dado muchas vueltas, ha habido muchos momentos en los que he desistido pero he vuelto, porque un trabajo a medio hacer me parece que no tiene sentido. La editorial consideró que tantos sonetos en una publicación novel iba a ser algo imposible, por lo que lo partimos en tres. Mi primer libro fueron 100 sonetos, el segundo 101 y el tercero otros 100 sonetos.

– ¿Cómo valoras tu experiencia en el ámbito cinematográfico?

– Me parece enriquecedora. En el mundo que nos movemos, que es audiovisual al 100%, debería ser una asignatura obligatoria de escuela, así como Cocina, Lavandería o saber coser un botón. Me parece algo trascendental, a quien no se supiera hacer la comida diaria básica no lo pasaría de curso, aparte de las matemáticas, la lengua, etc. No creo mucho en el sistema educativo de hoy, ni de este siglo , y mucho menos en el español. Siempre está derivado hacia opciones políticas y no se premia el buen hacer, sino la homogeneidad del grupo, es decir, nos convierten en ovejas. Por eso siempre voy un poco por libre, soy un poco autodidacta y siempre me ha gustado descubrir mis propias metas, también me he dado mis golpes por ello, pero son enriquecedores al final.

'Cien sonetos robados al destino' es la última obra de Josian Pastor.
‘Cien sonetos robados al destino’ es la última obra de Josian Pastor.

– ¿Y crees que el ámbito cultural está lo suficientemente valorado en la actualidad?

– En este país no, rotundamente no. Es una pena y, además parece que cuando un intelectual habla, el peso del universo recae sobre sus hombros y simplemente es una persona más que tiene una opinión. Lo que pasa es que, en este caso, como hace daño al político, y este país está politizado al 100%, pues parece que lleva un pecado encima, soporta él solo la tragedia. El político es muy listo, no pensemos que los políticos son tontos, son listos y nos han llevado a la ruina. Lo trágico de esta sociedad es que con nuestro voto no sepamos quitar solo a los corruptos y darles lecciones duras, porque no olvidemos que el voto es nuestra única arma. ¿Que nos equivocamos con la democracia, como pasa en Grecia? Quién sabe si se ha equivocado o no, eso es loable en una sociedad y del error se aprende.

– ¿Crees que existen, también, ciertos sectores culturales e intelectuales que no quieren ser críticos?

– Por supuesto. Los amancebados, que reciben subvenciones y saben que tienen la vida resuelta, no es que critiquen, es que callan. El que calla otorga y yo tengo mi casa, mi coche y yo no digo ni mu. En este país, ciertamente, ya sea en el ámbito cinematográfico, literario, teatral o musical, hay unos grupos muy cerrados que tienen contactos, no todos, con los ayuntamientos, diputaciones y gobiernos. Es muy difícil entrar en esos grupos, que entre ellos se reparten todo y, a su vez, es muy difícil crear otro grupo y competir con ellos, que te van a comer el pienso. Es muy difícil en todos los aspectos; el que llega arriba apoya al político, que es el que le financia, y vuelta a empezar. En este país, que tiene artistas muy buenos, es muy complicado que se desarrollen. Cuando un gran artista da el paso y es reconocido fuera de este país, entonces se le reconoce aquí. Mientras no se les reconozca fuera, aquí no tienen nada que hacer. Otra cosa muy importante es que España solo se define fuera por el arte. España solo es Picasso, solo es Velazquez, solo es Antonio anderas, Almodóvar o Amenábar. Solo es eso. Si te pones a hablar de política española, todo el mundo piensa que son Alí Babá y los cuarenta ladrones; si te pones a hablar de empresa o de derechos sociales, se piensan que estamos en nigeria, con todos mis respetos a nigeria. A su vez, los políticos están deshaciendo todo el entramado industrial de la cultura, porque todo es industria. Por ejemplo, una televisión bien llevaba debería dar trabajo a actores y actrices de la ciudad sobre todo. Hacer series de la ciudad y para la ciudad y, si puede ser, exportarlas y ganar dinero. No solamente comprar productos hechos de fuera, eso no tiene sentido porque hablamos de una televisión pública. Extrapolo todo esto a todas las demás artes. Es la única forma de generar y convencer a los demás trabajadores de que esto también es una industria, pero que está mal llevada.

– ¿Piensas que, a pesar de las dificultadas, Zaragoza tiene un buen vivero de artistas?

– Estoy muy convencido. Conozco a mucha gente, de todos los ámbitos, que siempre me sorprende. Lo que pasa es que en Zaragoza llegamos a un punto donde ya no podemos avanzar por falta de inversión. Puede suceder que una buena editorial te pague un buen dinero para que puedas vivir de escribir, aunque es dificilísimo. Si eso pasara también en el cine, la pintura o la escultura, eso sería maravilloso para los artistas. Por ejemplo, en el cine uno puede ser muy buen cineasta, ahora bien, no se si sabe la gente que un largometraje vale alrededor de dos millones de euros, el más barato, y todos los trabajadores cobrando. Tenemos la mala costumbre todos de cobrar, ¿verdad?. El del taxi nos cobra, el que nos vende un pollo asado curiosamente nos cobra y hacienda también nos cobra. Los señores que hacen cine también tienen que cobrar por una razón, porque esos señores viven en una casa que tienen que pagar, tienen que pagar la luz, el agua y todas esas cositas banales que la gente no llega a entender si no trabajas en la General Motors, por ejemplo. Señoras y señores, todos los que pertenecen  al mundo del espectáculo son seres humanos que tienen la mala costumbre de comer, cenar y desayunar.

– Además de la novela que has comentado antes, ¿qué otros proyectos futuros tienes?

– Proyectos tengo bastantes pero son idearios sin pies ni cabeza. Estoy centrado en una especie de poesía sin rima, que puede ser como pequeños microcuentos. No se muy bien cómo expresarlo porque estoy en ello, tengo el esqueleto pero le tengo que poner el músculo y el nervio todavía. Son pensamientos sobre la problemática actual, con guiños a cómo poder solucionar las vicisitudes de hoy en día, sobre todo, a personas a las que nos han arrancado el futuro de cuajo. Vamos a llamarles epigramas como los de Marcial.

– ¿Y qué buena noticia te gustaría compartir?

– Que el Poder Judicial fuera realmente independiente, que encarcelara a todo aquel que en un juicio se le hubiera declarado culpable, incluidos políticos. Este país, con que se aplicara la justicia, yo creo que funcionaría. Nos hemos dado cuenta de que el gobierno belga estuvo sin ejercer durante dos años y el pueblo belga ni lo notó. Todo el mundo iba comprar harina y había harina, todo el mundo iba al cine y había películas, todo el mundo iba a trabajar y cobraba su nómina. Y no había gobierno. Todo esto nos lleva a pensar que el gobierno es accesorio. Tenemos una constitución, unas leyes y unos jueces que las hagan cumplir. Cómo no, necesitamos representantes políticos para todos los ámbitos pero nadie debe pensar que son cargos vitalicios. Yo creo que, si hubiera justicia y se aplicara, solo la que tenemos ya, este país estaría en el very best.

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