Marcos Díaz. / La semana que viene, Ocara Producciones presentará su cortometraje ‘Stultitia: Parte 1‘, dirigido por Guilherme Oliveira. La cinta está basada en la obra teatral del mismo nombre creada por el actor Rafael Cadena y la escritora Beatriz Sender. Además, este cortometraje participará en el certamen internacional ‘Doble-Rol‘.
En ‘Stultitia’, un personaje bufonesco presenta a otros dos que, a través de dos escenas, muestran la locura de la sociedad actual y los problemas de índole existencial que genera. ‘Stultitia: Parte 1’ lleva al lenguaje audiovisual una de las dos escenas de la obra teatral.
En Zaragoza Buenas Noticias hemos hablado con Rafael Cadena y Beatriz Sender sobre esta obra, su adaptación al ámbito cinematográfico y sobre cómo ven y viven la escena teatral y audiovisual de la ciudad.
– ¿Cómo ha sido la experiencia de adaptar una obra de teatro al lenguaje audiovisual propio del cortometraje?
– Rafael Cadena: Ha sido Guilherme Oliveira quien ha dirigido el corto y el que propuso presentarlo a este concurso. Conocía la obra de teatro y se le ocurrió adaptarla. La verdad es que ha sido muy interesante. Te lo tienes de imaginar de otra manera y Guille, que ha sido quien ha adaptado el guión, ha metido elementos de este lenguaje como flashbacks, por ejemplo, para darle más dinamismo. Yo, que vengo del teatro y me estoy metiendo en el campo audiovisual, he aprendido un montón.
– Beatriz Sender: No imaginaba que 10 o 15 minutos de una escena teatral pudieran llevar tantísimo trabajo a la hora de adaptarlo al medio audiovisual. El espectador eso no lo sabe y yo, ni siquiera como autora, me imaginaba que pudiera ser tan trabajoso.
– ¿Resulta complicado, como actor, representar a tres personajes en una misma obra?
– R.C: A mí me ha resultado un reto. A nivel actoral ha sido súper interesante, ya que he aprendido en cada actuación, me ha servido como ejercicio actoral. Esta obra la empezamos a escribir cuando todavía estaba en la Escuela de Teatro. La estrenamos a finales de 2012, cuando ya había salido de la escuela y lo que quería era actuar. Me ha resultado difícil pero cuando te gusta algo, pasar las trabas que surgen te cuesta menos. Suelo disfrutar mucho con el personaje que presenta, que es más bufonesco, más físico. Los otros dos son más realistas, por así decirlo. Esos me cuestan un poco más pero lo sigo haciendo con mucho gusto, sarna con gusto no pica.
– ¿Qué ha sido más complicado como actor, representarla sobre el escenario o rodando?
– R.C: Rodando me ha resultado más complicado porque estoy empezando en este lenguaje audiovisual. Sí que tenía la ventaja de tener el personaje bastante trabajado, ya que hemos representado ‘Stultitia’ unas 20 veces. El problema es que, como hay que hacerlo por cortes, tienes que meterte en la situación del personaje en ese momento concreto durante la toma en cuestión. Me ha resultado más difícil que en el teatro, en el que tengo más experiencia; en esto del audiovisual no tengo tanta y por eso digo que he aprendido mucho. Ha sido muy buena experiencia, para un actor es un caramelo y agradezco un montón a mis compañeros y a Guille (por Guilherme Oliveira) que me hayan brindado esta oportunidad.
– ¿Cómo surge la obra?
– B. S: Surge cuando contemplamos a la sociedad, con sus enormes vacíos y la velocidad a la que va. Nace a partir de ahí, de querer hacer una crítica de cómo vemos la sociedad; esas prisas, esos vacíos que genera el consumo, la corrupción, el egoísmo, la violencia… se tocan varios pitos en esta obra que, aunque sea muy cortita, está muy condensada. Cuando contemplamos todas esas cosas nos surgen las ganas de seguir plasmándolas y decir “no nos gusta lo que nos estáis ofreciendo”.
– R. C: Es una crítica a una sociedad excesivamente consumista y a los vacíos que genera. Hacemos alusión al sistema bancario, a las farmacéuticas… La obra la había empezado a esbozar en la escuela. Conocí a Beatriz, que es escritora, y le dije que me echara una mano escribiendo. Aunque viene más de la novela, la persona que tiene la escritura dentro se anima a guión, teatro, novela… Nos pusimos enseguida a escribir juntos.
– ¿Pensasteis la obra para un único actor desde el principio?
– R.F: Sí. Cuando surgió la obra estaba acabando en la escuela, donde me estuve juntando con compañeros tratando de llevar adelante algún proyecto. Sucedía que algunos compañeros ya tenían sus ideas y las cosas que estabas pensando de forma conjunta se dispersaban. Yo quería seguir actuando y empecé a hacer escenas. Por aquellas fechas, y de forma fortuita, cayó en nuestras manos el Elogio de la Locura, donde la locura habla al lector, y a partir de ahí comenzamos a hacer el puzzle que ha sido Stultitia.
– B.S: Para el actor es un caramelo, una currada extra y una experiencia, así como un aprendizaje sobre sí mismo. Te quitas el inconveniente de trabajar con más gente. Eres uno, ahora te buscas la vida, te subes al escenario y te desdoblas en tres. Yo creo que es curioso tanto para el actor como para el escritor.
– ¿Y fue grato escribirla entre los dos?
– R.C: Sí, desde luego. Yo no me había animado a escribir teatro hasta entonces, aparte de pequeñas escenas. En este caso, tratamos de cuidarla, de darle tiempo y dejar que se posara. El personaje guía es una adaptación del Elogio de la Locura de Erasmo de Rotterdam, con el fin de que sirviera para presentar las dos escenas, que hablara un poco de la locura, del ser humano y de cuestiones existenciales que tienen que plasmarse en el teatro, cine y otros soportes. Es nuestra ópera prima y le tenemos un cariño muy grande.
– ¿Cómo ha resultado trabajar con Ocara Producciones?
– B.S: A mí me gustó mucho la forma que tuvo Guillherme, la delicadeza y el tacto de consultarnos, como autores, a la hora de adaptar la obra y de presentarnos su adaptación, que la ha realizado con mucho cariño y mucho respeto. Eso se agradece porque a veces pueden matar la idea del escritor. Ha respetado e incluso ha enriquecido la obra, sumado todo ello a la complejidad de adaptarla a un guión de cortometraje.
– R.C: Bea ha sido colaboradora y yo sí que estoy metido en la productora. Nos hemos juntado un equipo de gente audiovisual y actoral con la intención de generar contenidos en los dos ámbitos. Tratamos de abrirnos paso y darnos a conocer. Lanzamos un crowfounding a partir de octubre y queremos promocionarnos con un trabajo hecho previo y proyectos encima de la mesa.
– ¿Qué otros proyectos barajáis para el futuro?
– B.S: Mi novela de fantasía épica ‘Idia Nusa, la hermandad de Argaso’. Es una idea que viene de cuando tenía 16 años. Entre unos y otros, como Encarnación Ferré o Guillherme, te animan mucho a lanzarte y a querer publicar, a intentarlo. Aunque no es un proyecto en su inicio de Ocara, digamos que tiene su manita suave que te empuja.
– R.C: Estamos con una obra de teatro que se va a llamar ‘Tempo’. Hace un par de meses estrenamos ‘Fanfarria y Joroba’ en Teatro Bicho y, ahora mismo, lo que vamos a hacer es preparar un crowfunding. Además, tenemos 10 o 12 sketchs cómicos que vamos a poner en la red, uno a la semana. Los lanzaremos a partir de septiembre.
– ¿Qué tal veis la escena teatral y audiovisual de Zaragoza?
– R.C: Del ámbito audiovisual puedo hablar menos porque estoy metiéndome ahora. Estoy aprendiendo un montón de cosas pero no conozco mucho su situación. De lo teatral puedo hablar más, ya que llevo cuatro años como profesional, y está difícil, ya que hay pocos espacios. Cuando terminé en la escuela, lo que más echaba en falta era espacios para actuar o, incluso, para ensayar. En cuanto a compañías, hay dos o tres en Zaragoza muy fuertes. Hay mucha gente allí trabajando, que llevan años y se conocen todos, y es más difícil entrar en esos círculos. Sí que vas poco a poco conociendo a gente, como Microteatro Zaragoza, con los que estuve nada más terminar en la escuela y fue una ocasión fantástica para rodarme un poco. Coincidimos con gente como Santiago Meléndez, Pilar Molinero o Antonio Magén. Son personas que llevan 20 o 30 años y te enseñan, te acogen y aprendes un montón.
– B.S: En el aspecto teatral sigo pensando que hay muy buenos actores y muy buenas ideas en esta tierra. Hay compañías que llevan mucho tiempo, que han hecho de todo, y hay gente nueva que está despuntando muy buena. Sin embargo, faltan espacios para poder actuar y espacios para poder ensayar y trabajar. Se debería facilitar un poco este aspecto, no ya solo desde el ayuntamiento, sino también desde casas de juventud, centros cívicos… y que pongan un poquito esa rampa a gente que quiere trabajar. Por otro lado, también sucede algo con el público. Se ha quedado un poco muerta la pasión por el teatro en Zaragoza, no se cuáles serán los factores que han intervenido. Profesionales hay y muy buenos, pero hace falta amor por el teatro por parte del público. Quisiera que se atrevieran a ir. Es como un buen concierto: se disfruta y, si no te gusta el espectáculo, seguro que va a haber otro que te puede gustar.
– R.C: Ahora estamos viviendo una emersión de pequeñas salas como la TeatroBicho, La Suite o Gromeló. Creo que eso es muy bueno y casi hasta necesario, y que haya más y que vaya la gente. Sin público y sin actores no hay teatro.
– ¿Y qué buena noticia os gustaría compartir?
– B.S: Me gustaría que pudiéramos lanzar, desde Ocara Producciones, una webserie, un cortometraje o incluso un largometraje.
– R.C: Que Ocara, que es un proyecto común de mucha gente, pudiera permitirnos vivir de ello, ofrecer buenos espectáculos y buenos trabajos. Es una noticia que nos gustaría poder dar cuanto antes. De hecho, yo creo que estamos empezando a hacer cosas que tienen buena pinta, ya que hemos trabajado fenomenal. Con mis compañeros estoy a muerte porque creo que somos un equipazo.