Marcos Díaz. / El ritmo de vida actual puede resultar demasiado acelerado, con exigencias y estímulos constantes que obligan a realizar múltiples tareas a la vez, impidiendo muchas veces ser consciente de lo que nos rodea. El estrés que acarrean tales circunstancias es un mal para la salud que puede llevar, además, a otras dolencias graves.
Frente a esta situación, la práctica de mindfulness puede ser una gran aliada para ser más conscientes del presente y reducir el nivel de estrés, mejorando con ello la calidad de vida. Sara Royo es instructora de esta práctica, a la que considera algo “innato y no desarrollado”, y que busca la atención plena en el momento presente, sin juicio y con aceptación.
Sus beneficios son múltiples, comenzando por una regulación emocional. Manejar las emociones no resulta sencillo, en un principio, ya que, como afirma Sara, estas “ni se paran ni se ocultan” pero, a través del mindfulness se puede lograr regularlas. Algo que, a la postre, tiene muy buenos beneficios para la salud: “cuando tienes una regulación emocional, hay menos estrés, se rebajan los niveles de cortisol y vienen los beneficios para la salud “.
Otra de las cuestiones clave dentro del mindfulness tiene que ver con la calma mental o dejar de rumiar, de obsesionarse con determinados pensamientos. A través del mindfulness, puede llegarse a manejar esta complicada situación que aumenta el estrés. “Dejar de pensar no vamos a hacerlo, pero esto ayuda a que esos pensamientos se vean desde otra perspectiva”, afirma Sara, que sentencia que “los pensamientos son eso, pensamientos”.
No obstante, el mindfulness no solo se queda en la regulación emocional, sino que puede abarcar otras facetas igualmente beneficiosas. Las actividades que propone Sara se aplican a diversos campos, llevando al mindfulness a múltiples áreas, como la alimentación: “muchas veces se come de una manera emocional”, afirma esta experta, añadiendo que “si estás atento, eres consciente de si vas a comer con ansiedad o vas a comer porque realmente quieres”. El disfrute de la comida también aumenta, ya que “tienes más atención y detectas más todos los sabores porque tienes todos los sentidos más alerta”.
Esta experta en mindfulness y licenciada en Ciencias Químicas se acercó a su práctica a través de las lecturas de Daniel Goleman, donde el psicólogo norteamericano hablaba de los beneficios que conlleva. Pronto pudo observar estos beneficios, por lo que decidió estudiar más acerca de ello, a través de diversos cursos, y actualmente está realizando el master de la Universidad de Zaragoza dedicado a esta práctica, y poseyendo ya el diploma como experta en esta área. “Ví que en poco tiempo se obtenían resultados y quería extenderlo, darlo a conocer”, matiza.
Es por ello que ahora se encuentra con varios talleres y actividades aplicadas a diversas disciplinas, como un grupo de deportistas que quieren aplicar el mindfulness a la práctica del maratón, dueños de perros que buscan implementarlo en la relación con sus mascotas o, como ya se ha comentado antes, su aplicación en el ámbito de la alimentación. Precisamente, ofrecerá durante el mes de octubre un taller sobre comida y mindfulness en el Centro Cívico Rio Ebro. El ámbito laboral también supone un área de actuación, ya que trabajará con una empresa para reducir el estrés en sus trabajadores.
Además, ha fundado, junto a la coach y experta en PNL (Programación Neurolingüística) Priscila Pérez, Neuronear, una empresa que ofrece los servicios de coaching de estas dos profesionales.
Sara se encuentra muy vinculada a Zaragoza Activa y su proyecto La Colaboradora, considerándolo “un centro muy imortante de intercambio de conocimiento”. Las sinergias que propicia este espacio llevan a afirmar que “cada vez que vienes aquí, siempre aprendes algo y te sientes muy cómplice con gente que está en la misma situación que tú”.
Pero esta instructora no solo realiza actividades en Zaragoza, sino que también lleva las lleva a cabo en otros lugares. En Egea, en pleno Pirineo aragonés, imparte talleres eventualmente rodeada de un entorno privilegiado. De esta forma, durante el mes de septiembre tendrá lugar una estancia de iniciación al mindfulness y, en octubre, habrá otra de profundización.
Las diferentes propuestas de Sara suponen, pues, una iniciativa muy recomendable en un contexto donde es difícil luchar contra el estrés y disfrutar de un presente que pasa por delante sin que nos demos cuenta.