Asociación Zarpa:/ Hoy quería aprovechar para contaros la historia de Antonio y Ron, que es la historia de muchas personas que un día deciden sacar la tristeza de su vida y elegir un compañero gatuno para compartirla.
Antonio llevaba tiempo sintiéndose sólo, desde que sus hijos se habían ido y su mujer no estaba, el día se hacia largo. Sentía que todavía tenía mucho que hacer a pesar de ser un jubilado. Ese día después de desayunar sin ganas, recordó lo que un buen amigo le dijo la noche anterior acerca de su tristeza: «No le busques tres pies al gato y sal a pasear».
Salió a comprar el pan y sin saber el motivo entró en la Clínica Veterinaria que estaba cerca de la panadería.
Le gustaba el logo de una huella que veía en el escaparate todos los días al pasar y le llamaba la atención el cartel que había debajo: “NO COMPRES, ADOPTA”.
A los pocos días conoció a RON, un gato de 9 años abandonado por el hijo de su dueña fallecida. Había sido atropellado, a pesar de las lesiones y de que el Veterinario tuvo que amputarle una de sus patas traseras, era un luchador y consiguió sobrevivir.
La chica de la protectora le propuso ser su casa de acogida en el postoperatorio y recuperación, mientras encontraban a alguien que lo adoptará definitivamente. Le pareció muy buena idea y aceptó, al fin y al cabo iba a ser temporal.
Antonio lo cuidó, lo mimó, lo llevaba a sus revisiones y pasó más de una noche en vela pendiente de RON aunque no se quejaba nunca.
RON aprendió a caminar y saltar de nuevo, Antonio estaba sorprendido de lo rápido que recuperaba sus movimientos felinos, a pesar de tener sólo tres patas, de cómo subía al respaldo del sillón para ver el fútbol con él, de cómo le esperaba detrás de la puerta del salón para saludarle, de cómo ronroneaba cuando lo acariciaba…
Así que una mañana decidió adoptarlo ¿Cómo no iba a hacerlo, si era incapaz de concebir sus días sin RON?
Ya ha pasado un año. Ahora toman el sol juntos en la terraza, se quedan dormidos viendo el telediario o el fútbol, y son casa de acogida temporal cuando los necesitan. Juntos forman una curiosa pareja de 5 patas.
Antonio nunca imaginó como un gato podía convertirse en su mejor compañero de viaje y Ron piensa que la tripa blandita de Antonio es el mejor lugar donde dormir cuando no te gusta mucho el fútbol.
Cada vez que lo mira, Antonio piensa que después de todo sí ha conseguido encontrarle los tres pies al gato.