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Blasco de Grañen, la época dorada del Gótico Aragonés. Maestro de Lanaja

Retablo de la Iglesia de San Salvador, Ejea de los Caballeros
Retablo de la Iglesia de San Salvador, Ejea de los Caballeros

ZBN:/   Fue un seguidor de las normas de Juan de Leví. En 1435, realiza el retablo para la cofradía de Santa María de la Iluminación de Zaragoza, los encargos se suceden, como en el año 1437 para la iglesia de Santa María de Épila, un retablo para el altar de Santiago. En Ejea de los Caballeros, se puede ver dos tablas suyas en el altar mayor, la de la Flagelación y la de Vía Crucis expuestas en la iglesia de San Salvador.

Detalle del retablo
Detalle del retablo

La elevada suma solicitada por Blasco de Grañen para dar cumplimiento al retablo de Ejea (diez mil sueldos) se justifica no sólo por el tamaño de la obra, sino también porque en el precio se incluía la cantidad de dos mil seiscientos sueldos que costaba la labor del trabajo en madera, obra que durante casi 300 años se mantuvo en la iglesia de San Salvador oculto bajo una capa de pintura barroca, con escenas de la vida de la Virgen y de Jesucristo muy al gusto del siglo XVIII, era en realidad una joya gótica pintada en el XV.

No era del todo desconocido este hecho: algunos historiadores habían advertido, ya desde el mismo siglo XVIII, que las pinturas originales de aquel gran retablo asomaban furtivamente en algunos lugares, o se dejaban adivinar por el relieve de los nimbos de los santos, aquellos que los artistas medievales doraban tanto y con tanto cuidado, y que se notaba que seguían estando ahí.

Pero hasta 1986, cuando la Diputación de Zaragoza asumió la restauración de la emblemática iglesia ejeana, no se atrevió nadie a averiguar cuánto de gótico, y de qué calidad, se conservaba bajo el repinte barroco. y, masonería que había encomendado el pintor a los afamados tallistas Domingo y, Mateo de Sariñena que

Virgen con el niño
Virgen con el niño

volverían a colaborar con él en el retablo de San Jaime para la parroquia de Épila (Zaragoza).
En un documento de cobro del retablo de Agullón, realizado por su nieto Martín de Soria, se informa de su muerte ocurrida el año 1459 en Zaragoza.

En el momento de su muerte, octubre de 1459, su viuda, doña Blanca de Tena, junto con don Pedro Oriz, clérigo y rector de la iglesia de Santa Cruz de Zaragoza, parroquia a la que pertenecía el matrimonio Grañén por razones de vecindad, como ejecutores de las últimas voluntades del artista, se hicieron responsables de dar terminación a lo que el pintor había dejado sin concluir, entre otras cosas, el retablo de Épila y el retablo de Ejea de los Caballeros.

Lo más fácil para ellos, dada la gravedad del problema planteado, fue encargar la finalización de las obras a un pintor conocido de profesionalidad comprobada, de ahí que se dirigieran al pintor zaragozano Martín de Soria, sobrino de Grañén, documentado en Zaragoza desde 1449 hasta 1487, año de su fallecimiento.

Los trabajos de masonería continuarían a cargo de los hermanos Sariñena, quienes darían por cumplida su labor a comienzos del mes de abril del año 1464.

Fuente: Retablo de San Salvador. Ejea de los Caballeros, Zaragoza, Diputación de Zaragoza;

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