AGUSTINA Y PALAFOX
La pareja fue presentada el día 5 de octubre en sociedad. Los padrinos de estas dos figuras fueron los gigantes de Pamplona y de Tarragona. También estuvieron presentes comparsas de todo Aragón, entre las cuales está la Comparsa de Gigantes del barrio zaragozano de La Almozara.
LOS BEARNESES
La pareja de los bearneses forma parte de la comparsa de gigante desde 1964. La figura masculina representa a Gastón de Bearn, que lleva al cinto su característico olifante. Por su parte la figura femenina viste el traje regional del Bearn. Estos nuevos gigantes se construyeron como símbolo de la amistad entre nuestra región y el departamento francés del Bearn, limítrofe con Aragón.
EL DUQUE Y LA DUQUESA
Estos dos personajes tienen un orígen común, El Quijote, la inmortal novela de Cervantes que tiene en Aragón uno de sus escenarios. La imaginiaria Insula Barataria, de la que fue gobernador Sancho Panza, estaría situada a la altura de Alcalá de Ebro. En el origen de estas figuras hay que remontarse al episodio del Quijote en que el ingenioso Hidalgo y su escudero, son alojados por los Duques de Villahermosa al paso de los aventureros por tierras aragonesas camino de Barcelona. El Duque de Villahermosa usa una vestimenta a la moda del Siglo de Oro, por lo que muchas veces ha sido confundido con Don Juan Tenorio. La Duquesa completa el grupo cervantino con su atuendo lleno de elegancia y distinción.
DON QUIJOTE Y DULCINEA
La relación de nuestra tierra con la obra cervantina tiene su fiel reflejo en la Comparsa de Gigantes de Zaragoza. La imaginaria Insula Barataria estaría situada en los alrededores de Alcalá de Ebro, por eso Don Quijote y Dulcinea forman parte del grupo de gigantes de nuestra ciudad.
El Ingenioso Hidalgo, vestido con yelmo y armadura, se hace acompañar de Dulcinea, una bella dama por la que el otrora terrateniente Alonso Quijano decide salir a buscar aventuras por los caminos y batirse en duelo con rufianes, caballeros y gentes de toda clase y condición. La figura del Quijote siempre ha sido de las más difíciles de llevar, de hecho su excesivo peso y altura obliga a sortear entre los porteadores quien va a llevarla. Dulcinea siempre ha causado admiración por sus exhuberantes proporciones.
EL CHINO Y LA NEGRA
Estas figuras representan a dos partes bien diferentes del mundo, África y Asia. El Chino va vestido como un dignatario mandarín; lleva largos bigotes, usa pay-pay, recoge su pelo en una larga coleta y lleva un bonete en la cabeza. La Negra simboliza al continente africano ya finales del siglo XIX, sustituyó a una vieja figura de moro. El Chino no representa a ningún personaje, ni real ni ficticio, y es una pervivencia de la vieja comparsa que representaba las cuatro partes del mundo. Hay quienes creen que es un recuerdo de las Islas Filipinas, de donde eran originarios unos frailes agustinos establecidos en Zaragoza. Su aspecto no ha cambiado mucho a lo largo de los años.
EL REY Y LA REINA
Son las figuras centrales de la comparsas de gigantes. El Rey y la Reina impresionan con su majestuosa presencia y sus regios ademanes. Las figuras del Rey y la Reina representaban antiguamente al monarca aragonés Jaime I el Conquistador y a una de sus esposas. Unos creen que a la segunda, doña Violante de Hungría, y otros piensan que se trata de su tercera mujer, Teresa Gil de Vidaurre. El Rey se caracterizaba por la cimera se su casco, el «Drac Pennat», un adorno que ostentaron los reyes de Aragón durante siglos. En un momento dado pasó a representar al conquistador de Zaragoza, Alfonso I el Batallador. Este cambio se llevó a cabo en 1918 para celebrar el ochocientos aniversario de la conquista de la capital aragonesa. La Reina también se transformó; pasó de ser la esposa de Jaime I a ser la reina Doña Urraca.