Marcos Díaz. / Alimentarse bien no resulta una cuestión fácil en la actualidad, a pesar del torrente de información que circula al respecto. Dietas milagro, multitud de enfoques diversos referidos a la nutrición y hábitos de consumo poco saludables llevan a confusión con facilidad.
Recuperar una relación más natural con la comida es lo que propone Asun Armas desde Espacio Ágape, donde ejerce la labor de Coach nutricional, ofreciendo diversas propuestas para adquirir un estilo de vida saludable y sostenible.
La ética a la hora de adquirir los alimentos y consumirlos, el enfoque dirigido a las emociones y su vínculo con la alimentación y poner atención en cómo comemos son tres áreas que se trabajan desde Espacio Ágape para lograr ese objetivo y, además, aprender a disfrutar más de la comida.
– ¿Cómo definirías de manera sencilla el método Ágape?
– Mucha gente sabe lo que tiene que comer pero no lo llega a hacer. Pensé que hacía falta tocar la parte emocional y las creencias, como que tenemos que comernos todo lo que hay en el plato. Estas creencias, que hemos oído en la familia y están presentes en la sociedad, a veces nos impiden conseguir el objetivo. La idea me vino ya hace años y la palabra engloba comer de forma saludable y disfrutar de la comida. Es un entrenamiento y acompañamiento para ayudar a las personas a comer bien, de forma sana pero también a través del disfrute de la comida.
– La nutrición y la alimentación, ¿Hay que entenderla integrada con otra serie de conceptos?
– Exacto. Yo trabajo lo que denomino la nutrición física, que son los nutrientes que necesitamos como vitaminas o proteínas, y nutrición afectiva. También nos nutren unas buenas relaciones, una buena autoestima, tener sueños, ser creativos… todo eso también nos alimenta. Si echamos un vistazo al tema de la alimentación, vemos que información hay mucha, todos sabemos lo que tendríamos que comer; ¿por qué a veces acudo a la comida cuando estoy triste? Lo englobo todo. No solo somos lo que comemos, somos más que eso; somos lo que vivimos, lo que pensamos… No solamente hay que enfocarse en los nutrientes, pienso que es algo que cojea un poco.
– ¿Nos preocupamos poco, entonces, por cómo comemos?
– Eso es. Es muy importante el ‘cómo como’. Puedo comer muy sano pero, si estoy comiendo delante del ordenador, con estrés, la comida no se metaboliza igual. Cuando comemos con estrés, está comprobado que esa comida tiene más facilidades a la hora de transformarse en grasa; si comemos más tranquilos, esa comida se metaboliza de forma diferente.
Yo les comento a mis clientes lo que relata el libro ‘Las mujeres francesas no engordan’, que explica la llamada paradoja francesa: no engordan y disfrutan comiendo. A lo mejor no se preocupan tanto de si comen esto o lo otro, de hecho comen mucho queso, pero comen en menor cantidad y lo disfrutan.
– La ética, ¿Debe ir también de la mano de la alimentación?
– Sí. Ahora está muy de moda la Alimentación Consciente, que cada uno interpreta un poco a su manera. Para mí, el significado de la Alimentación Consciente es poner conciencia en todo, desde decidir dónde comprar hasta a la hora de cocinar, que es una parte de la alimentación que hemos dejado de lado, mientras que a la vez hay un montón de programas de cocina. No se cocina tanto, realmente, y está comprobado que cuando se cocina también se come menos.
No solo somos lo que comemos, somos más que eso; somos lo que vivimos, lo que pensamos…
– ¿Qué puede ofrecer el Espacio Ágape para iniciar ese camino?
– Servicios individuales, sesiones de coaching nutricional, talleres grupales y también servicios para empresas, ya que un trabajador que come bien, rinde más y es más feliz.
He detectado que existe confusión nutricional; hay tanta información que la gente está confusa. El método ágape es volverlo más fácil todo, más natural. Volver a la simplicidad de nuestras abuelas a la hora de comer. Es algo que tenemos que hacer todos los días, vamos a disfrutarlo. Cuando empiezas a comer bien, el cuerpo te empieza a pedir cosas que te sientan bien, por lo que también hay que recuperar esa sabiduría del cuerpo que hemos perdido.
– ¿Qué desayuno le recomendarías a nuestros lectores?
– Un desayuno completo, con un equilibrio de nutrientes. Ha de tener algo que les aporte hidratación, como un café o agua; un alimento que aporte proteína, como queso, leche, un yogur o bebidas vegetales; algo que aporte hidratos de carbono, como un pan de buena calidad, avena o muesli; y una fruta.
– ¿Y qué buena noticia te gustaría compartir?
– Yo creo que, cuantas más personas tengamos una buena relación con la comida, más se extenderá esa tendencia y cada vez habrá más gente que coma bien.