Marcos Díaz. / La obra ‘Taxi’ ha llegado a Zaragoza de la mano de Josema Yuste, quien dirige y adapta, junto a Alberto Papa-Fragomén, e interpreta esta comedia de Ray Cooney, cosechando un considerable éxito de público en diferentes escenarios. Estará en el Teatro de las Esquinas hasta el próximo 25 de octubre.
Los actores Félix Álvarez (Felisuco) y Alfredo Cernuda participan en esta obra que muestra las peripecias de un taxista casado con dos mujeres a la vez. Tras un accidente, deberá responder a diversas situaciones para que no se descubra su doble vida.
Hemos hablado con los tres sobre ‘Taxi’, sobre cómo entienden ellos el humor y sobre la valoración que tienen los cómicos en España.
– ¿Cómo ha sido el proceso de adaptar, dirigir e interpretar ‘Taxi’?
– Josema Yuste: Si no fuera por la ayuda de un buen amigo y compañero de profesión, que es Alberto (Alberto Papa-Fragomén), gran guionista de televisión, hubiera sido imposible. Es imposible estar en dos sitios a la vez pero he tenido el gran apoyo de Alberto. Tenía muchas ganas de dirigir y, sobre todo, de hacer lo que me diera la gana, algo con lo que estuviera a gusto. No tener a nadie encima que me dijera “no, mejor haz esto” y tenerle que hacer caso. Está bien que te dirijan también pero ya tenía la edad y la experiencia para poder hacerlo. Es más trabajo, más agotador, teniendo que estar todo el tiempo en los ensayos… es mucho más duro. Sin embargo, es muy reconfortante cuando ves el resultado.
– Y, ¿cómo os encontráis en la obra?
– Alfredo Cernuda: Nos encontramos como en un taxi. Bajamos la bandera, salimos a tumba abierta y nos encontramos muy bien. Tenemos una respuesta del público inmediata. Esta es una función donde la gente se ríe muchísimo y eso nos da una inyección tremenda de adrenalina. Es la comedia que he hecho donde más se ríe la gente. Está muy bien arreglada por Josema y Alberto, trasladada a nuestro humor, resultando muy actual ya que va variando dependiendo de las circunstancias. Es una función que está siempre fresca y eso te lo permite el tener al guionista haciendo un papel. Eso es lo único bueno, el resto es todo malo porque lo tienes ahí al lado (risas) haciendo un papel la hora y cuarenta minutos que dura la función.
– Felisuco: Yo me siento muy bien porque llevo pistola. Eso a mí me relaja bastante ya que me da mucha seguridad y poder. Además, como grito bastante y saco mi parte más animal, ya que hago de inspector súper facha, salgo muy relajado.
– ¿Cómo esperáis que salga el espectador del teatro tras ver ‘Taxi?
– J.Y: Feliz, queremos que se ría, y se logra. Que durante el tiempo que dura la función, que sea feliz y se olvide de todo. Yo defiendo a ultranza dos cosas: la carcajada por encima de la sonrisa y defiendo también a ultranza el humor blanco. Es, pues, un tiempo de diversión, donde no tienes que pensar “qué me están contando, para qué, por qué… qué mensaje, Dios mío”. Es teatro sencillo, comedia, para reírte, que ya es, ¿eh?
– ¿No te ha tentado alguna vez pasarte al drama?
– J.Y: No. Solamente he hecho una vez en mi vida un capítulo de una serie donde interpretaba a un asesino en serie y la verdad es que lo pasé muy mal. Yo quiero pasármelo bien y hacérselo pasar bien a la gente. Mi misión en este mundo es hacer reír a la gente y hacerles un poquito más felices durante ese tiempo. Eso me gusta y me reconforta y , hoy por hoy, no tengo ninguna necesidad de interpretar ‘Otello’ ni nada parecido.
– A vosotros, los cómicos, ¿qué os hace reír?
– J.Y: A mí, lo mismo que al público. Yo no me río con un elefante que se ponga de puntillas, que también, yo me río con lo que al público le hace reír en general. Si tiene calidad y está bien hecha una comedia, me río. No me veo diferente a la gente en ese sentido.
– F: Yo me río bastante poco, he de reconocerlo. Pero me puedo reír desde los Monty Python hasta Chiquito de la Calzada. Hay cosas que me hacen gracia y cosas que no, ya sea humor negro, blanco, o rojo, sin distinción.
– A.C: Yo desde los Hermanos Marx no me he vuelto a reír, salvo con Martes y 13 y porque está él delante.
– Josema, recientemente recibiste el Premio del Teatro Bodevil a la mejor trayectoria humorística como actor y showman, sin embargo ¿pensáis que los cómicos están poco reconocidos?
-J.Y: Rotundamente sí. Lo que hacemos es un trabajo tan digno como un señor que limpia las calles. Yo siempre he dicho que no hay profesiones indignas sino profesionales indignos. Al menos, le pido a la propia profesión nuestra, directores productores… que nos tengan más en cuenta a los cómicos. Parece que los premios se los dan a ellos y a sus amigos y, luego, a obras dramáticas. Algunas por cierto no venden nada. Pido ese reconocimiento y que se dejen de complejos.
– A.C: Es como si lo que tuviera mucho éxito no hubiera que premiarlo, sino a la obra que pasa desapercibida y no ve nadie. Es un complejo que tenemos cultural que no solo pasa en España. En EEUU, si un cómico hace una película seria le dan un Oscar, cuando a lo mejor lleva cuarenta años haciendo reír a la gente y no le hacen ningún caso. Hacer reír es mucho más difícil que hacer llorar y debería estar mejor considerado porque hace a la gente más feliz.
– ¿Qué buena noticia os gustaría contar?
– F: Que por fin se ha inventado una pastilla que te hace no engordar. Que te puedas poner hasta arriba de lo que quieras de comer y con esas pastilla vuelvas a tu peso ideal. El resto me parecen utopías.
– J.Y: Que la palabra guerra no existiera en la faz de la Tierra. Que la gente se entendiera hablando.
– A.C: Que no existieran fronteras.