Marcos Díaz. / La tecnología en la educación es una gran aliada que cada vez tiene más peso y desarrollo en las escuelas. Pizarras digitales, tablets y diferentes recursos multimedia permiten al profesorado implementar elementos didácticos novedosos en un alumnado cada vez más familiarizado con el universo digital.
Paul Boutroux (Lorena, Francia) es el fundador de La Pizarra Digital, una empresa afincada en Zaragoza que se dedica al sector tecnológico en la educación, ofreciendo equipamiento y soluciones multimedia para las aulas. Hemos hablado con él sobre su propuesta, sobre la tecnología en la educación y sobre cómo se han ido implementando a lo largo del tiempo estos recursos educativos.
– ¿Cómo ha sido tu periplo hasta llegar a Zaragoza y fundar La Pizarra Digital?
– Estudié Empresariales en Francia y, después de la ‘mili’, comencé a trabajar en el sector multimedia educativo. Estuve un año en Brasil porque me apetecía viajar, ejerciendo de profesor de Francés y, al volver, trabajé para la editorial ENI que publicaba libros, vídeos y cursos interactivos de formación informática. A los cuatro años, la editorial me propuso montar la filial en España. Después de cuatro años en Barcelona, pasé a Edu 4, una empresa que se dedicaba al equipamiento multimedia de las aulas; de hecho, ahí empecé a trabajar con pizarras digitales interactivas. En julio del 2005, la empresa cerró y decidimos venir a Zaragoza, donde mi mujer había estudiado y tenía familia. Decidí empezar por mi cuenta un negocio en el sector donde he trabajado siempre, el sector multimedia educativo. Y ahora se cumplen 10 años con esta actividad…
– ¿Qué es lo que ofrece La Pizarra Digital?
– Es una empresa especializada en servicios multimedia para la educación y busca responder a las necesidades que tienen centros educativos de todo tipo, tanto colegios e institutos, como academias o centros de formación. Vendemos material pero también ofrecemos servicios de instalación y formación.
– ¿Crees que en España se le saca buen partido a la tecnología en la educación o todavía hay margen de mejora?
– Sí, se va utilizando bastante, y especialmente en Aragón, donde hay una larga trayectoria en el uso de pizarras digitales y ordenadores en las aulas. Cuando trabajaba para Edu 4 en Madrid, atendía a centros de toda España… y en Aragón había una pequeña ventaja, tanto en formación del profesorado como en la organización de los centros, donde había un programa educativo que contemplaba un buen equipamiento, con proyectores, ordenadores y tablets. Había entonces experiencia y una buena organización, cosa que no había observado tanto en otras comunidades. Por ejemplo, aquí hace 10 años ya existía la figura del coordinador TIC en cada centro escolar y un programa de formación tanto de los profesores como de estos coordinadores TIC.
– ¿Piensas que las nuevas tecnologías acabarán desbancando a los medios tradicionales o son unas aliadas más a la hora de educar?
– Yo creo que los libros no van a desaparecer y, en la educación en concreto, los medios multimedia no van a desbancar a las otras actividades que se hacen con papel, goma Eva, tijeras o plastilina, por ejemplo. Es una herramienta más que tienen los profesores para enseñar y para preparar a los alumnos para su futura vida. Hay buenas cosas en las nuevas tecnologías pero no creo que haya un profesor 100% tecnológico. No creo que reemplacen a los materiales más tradicionales.
– Los avances tecnológicos actuales, cada vez más sofisticados, ¿crees que tienen potencial en la educación?
– Sí, muchísimo. Es una fuente de información más, que permite interactuar en directo en la clase. Son unas herramientas muy potentes, permiten multitud de opciones. Este año salen numerosos nuevos proyectos con temas de impresión 3D, de robótica o de programación y todo indica que son herramientas interesantes y que aportan una mejora a la enseñanza: motivan mucho y permiten transmitir numerosos conocimientos a los alumnos.
– ¿Permiten mayor libertad, mayores recursos, a los profesores para educar?
– Sí, dan más libertad y potencial para llegar a los alumnos. Por ejemplo, si a una persona le contamos una historia, va a recordar el 12% pero, si le añadimos imágenes, recordará el 15 o 17% de lo que ha visto. Si además hay interacción o participación del alumno, aumentará mucho más la memorización.
– ¿Destacarías algún centro como referente a la hora de implementar la tecnología en las aulas en Aragón?
– Globalmente funciona muy bien. Cuando llegué aquí, me llamó la atención que los programas educativos que implementaban las TICs estaban funcionando bien, me gustó mucho ver eso. Hay muchos centros públicos bien formados y equipados; a nivel de centros concertados vi hace 8-10 años mucho interés por parte de centros como La Salle Gran Vía o el Instituto Salesiano de Zaragoza, muy predispuestos ya entonces para implantar las nuevas tecnologías. Este movimiento se ha confirmado con el tiempo. Como ciudadano y padre, y aunque no hay nada perfecto, me gusta ver cómo se hacen las cosas en Aragón.
– Los recursos tecnológicos en la educación, ¿suponen una ventaja mayor para las nuevas generaciones, los ‘nativos digitales’?
– Sí, claro que sí. Los formatos les llegan más fácilmente de esta manera. No reemplazan de manera definitiva a los medios tradicionales por éstos pero estoy convencido de que los formatos multimedia son muy buenos para ellos. Hay otra ventaja muy clara para los niños, que llevan kilos de papel en sus mochilas. Las tabletas vienen muy bien para el aprendizaje de los alumnos y las pizarras interactivas son herramientas muy potentes para el profesorado.
– Hace poco hablabas en tu blog sobre la tecnología en la educación con mayores, ¿sorprende cómo responden ante una forma de educar con la que quizás no estén tan familiarizados?
– Sí. Es curioso y creo que muy positivo. Cuando trabajaba en Madrid ya vendíamos soluciones para residencias de mayores. Ya podíamos notar que los mayores tienen ganas de utilizar el correo electrónico, las vídeo llamadas, ver las noticias en Internet, usar herramientas comunicativas para mantener el contacto con sus familiares… Hay herramientas cada vez más sencillas para ellos. En aquel artículo aproveché unas informaciones publicadas por una residencia de Alicante a la hora de usar las pizarras interactivas, por lo que se confirma que se están usando cada vez más.
– ¿Cuál es tu relación con La Colaboradora?
– Soy colaborador desde el principio gracias a la invitación de su coordinador, Javier Fernández, que ya me conocía desde mi paso por el Vivero de Zaragoza Activa. Llevo 5 o 6 años trabajando desde una oficina propia pero me gustó la idea. La cuestión es que nos ayudemos entre todos y, para eso, hay muchas maneras de hacerlo. Unos saben de comunicación, otros de fotografía, otros de redes sociales… desde muchos ámbitos nos aportamos mucho los unos a los otros. También entré con la idea de poder ayudar a otros emprendedores más novatos. Y a mí siempre me ha venido bien colaborar con otras empresas y personas. Cuando nació la Colaboradora con este sistema de banco del tiempo entre profesionales, la idea me pareció excelente y me apunté. Y ahí sigo…
– ¿Y qué buena noticia te gustaría compartir?
– El gran problema actual que me preocupa es el de los refugiados de Siria. Es un tema muy complejo pero se acerca el invierno y la buena noticia sería que los refugiados tuvieran una solución en breve, sobre todo por los ancianos y los niños. Entiendo que es una situación muy dura, que nosotros no hemos conocido, pero pienso en ellos ya que el invierno empieza en algo más de un mes y necesitan una solución ya.