El Cambio de hora se debe al ajuste del nuevo horario estacional de otoño e invierno cuyo objetivo es aprovechar mejor la luz natural del día y reducir con ello el consumo energético.
A pesar que sea una práctica habitual que no parece tener demasiada trascendencia, lo cierto es que puede ocasionar alteraciones los días siguientes al mismo, no suelen durar más de 3 o 4 días, que es lo que tarda en acostumbrarse el cuerpo a su nuevo ciclo de sueño.
Unos sencillos consejos para adaptarse al nuevo horario;
Procurar evitar la siesta durante unos días:
Aunque la siesta sea una práctica habitual para muchas personas, es conveniente no dormir durante el día hasta que el cuerpo se ajuste.
Desayunar fuerte:
Al dormir una hora más, la noche se alargará, por lo que seguramente el hambre será más fuerte al despertar. El desayuno es la comida más importante del día, por lo que debe ser abundante.
Tratar de evitar el consumo de bebidas que tengan efectos sobre el sueño:
Es conveniente evitar las bebidas que afecten al sueño natural, como las que contienen cafeína, alcohol o infusiones como el té…
Realizar ejercicio físico moderado:
La práctica deportiva es muy útil a la hora de conciliar el sueño, pero nunca debe hacerse en las horas previas a acostarse.
No hacer la cena pesada:
Una comida copiosa antes de dormir es la peor compañera para conciliar el sueño.