Fernando Gracia./ Este “Truman” del título es un perro, como creo que todo el mundo sabe. Un perro ya viejo, al que su dueño le quiere buscar un hogar de acogida para cuando falte. Y sabe que va a faltar más pronto que tarde, ya que una cruel enfermedad así lo hace presentir.
No va la película de mascotas, ni mucho menos; más bien pienso que la presencia del animal viene a ser una suerte de metáfora, de símbolo, o si se quiere de un “macguffin”, como decía el bueno de Don Alfredo.
La amistad, las relaciones con las personas cercanas, la vida que ha pasado y que en el momento final le viene a uno a la mente, pequeños detalles humanistas, que en la piel y en el buen hacer de Ricardo Darín y Javier Cámara cobran vida hasta atraparnos de forma sutil y siempre creciente a medida que transcurre la película.
Filme de apariencia sencilla, de argumento que se puede contar en cuatro palabras, pero más complejo de lo que parece. Rodado con la exquisitez y buen gusto habitual del director, de forma parsimoniosa pero nunca lenta, abundante de detalles y sobre todo contenido, huyendo de la lágrima fácil y del aspaviento.
En medio de un argumento claramente dramático sabe introducir pequeños toques de sutil humor, relajando en todo momento el ambiente, hasta llegar a un logrado desenlace donde se mantiene el tono contenido y alejado de cualquier forma de tremendismo.
Decir que Darin está bien es casi una redundancia, porque raras veces no lo está. Su interpretación está llena de matices y le permite volver a demostrar que se trata de uno de los mejores actores cinematográficos en nuestra lengua. No le va a la zaga el riojano Cámara, en un rol quizá hasta más complicado que el del argentino. Consciente el actor de estar ante un bombón y del hecho de hacer pareja con una figura, se lanza a fondo para conseguir una de las mejores interpretaciones de su carrera, si no la mejor.
La actriz es Dolores Tonzi, a quien pronto veremos seguramente en “Paulina”, un filme que también tuvo reconocimiento en San Sebastián, y que viene muy bien avalado. Es una joven muy famosa en su país, y que aquí da la réplica muy acertadamente a los protagonistas.
Una serie de importantes actores, algunos de ellos vinculados a la carrera del director, aparecen en breves personajes, dando empaque a la producción. Es el caso de Eduard Fernández, Alex Brendhemul, Elvira Minguez, Francesc Orella o Silvia Abascal.
Una película, pues, francamente interesante, posiblemente una de las propuestas más logradas de nuestro cine en este año, y que seguramente optará a varios premios en la próxima edición de los goyas.
Recomendable para los seguidores de Darín, que me consta son abundantes, y para los amantes de filmes con alta carga humanista. Quien busque acción, ruido y furia, mejor lo haga en otros lugares de la cartelera.
FERNANDO GRACIA