Redacción./ Esta edición ha recaudado fondos para la Escuela de Segunda Oportunidad y el programa de viviendas de cesión gratuita para familias sin recursos. Dato final al cierre de este edición: 644.086 euros recaudados para programas de ayuda para familias sin recursos y jóvenes en riesgo de exclusión. Un 12 por ciento más que el año pasado y la cifra más alta recaudada a lo largo de las 29 ediciones.
Los delantales rojos del Rastrillo Aragón volverán a guardarse esta noche hasta el año que viene. A lo largo de todo el día de hoy los puestos se irán vaciando con maratón de ofertas solidarias para recaudar fondos para importantes proyectos sociales que ayudan a miles de personas. Y una vez más, el Rastrillo de la Fundación Federico Ozanam se despedirá habiendo superado con éxito sus objetivos sociales, porque el respaldo ciudadano ha sido multitudinario durante los once días de esta edición. Al cierre de esta edición, la cifra final de recaudación ha sido 644.086 euros,cifra record, ya que es la más alta obtenida en la historia del rastrillo.
El balance no puede ser más positivo y por ello, en nombre de la fundación, su presidente Fernando Galdámez, quiere transmitir «nuestro más sincero agradecimiento a todas y cada una de las más de 100.000 personas se han acercado durante estos días a colaborar con nosotros». Asimismo, destaca que «todo este apoyo recibido hará posible ayudar a muchas más personas a través de la Escuela de Segunda Oportunidad para jóvenes en riesgo de exclusión y a través del programa Viviendas de cesión gratuita para familias sin recursos», los dos programas sociales de la fundación a los que se destinarán los fondos recaudados en esta edición del rastrillo.
Asimismo, la fundación quiere destacar y agradecer especialmente la importancia fundamental que tiene en la consecución de estos objetivos sociales el trabajo de los voluntarios y profesionales de Ozanam, así como la colaboración de empresas, instituciones, deportistas, artistas, escritores y otras personas populares que han mostrado su apoyo y solidaridad, al igual que los medios de comunicación que una vez más han dado voz y visibilidad a esta gran evento solidario.
Trabajando por las personas
Como ejemplo del trabajo que realiza la fundación en el ámbito de los objetivos sociales a los que se ha dedicado esta edición del rastrillo, en materia de vivienda, la Fundación gestiona 300 pisos de alquiler social, a lo que se suma el programa de viviendas de cesión gratuita y temporal que atiende a familias que carecen totalmente de recursos y están dentro de un proceso de inserción. Actualmente son 13 las viviendas destinadas a este objetivo. El plazo máximo de estancia es de 1 año y los Trabajadores Sociales de la Fundación realizan un seguimiento permanente de las familias acogidas. En 2015 se van a alojar en las viviendas 75 personas. Con los beneficios del Rastrillo se podrá incrementar este servicio de apoyo para familias sin recursos.
En materia de formación y empleo para jóvenes en riesgo de exclusión, la Escuela de Segunda Oportunidad es un proceso tutelado, de al menos un año de duración, en el que se trabajan tanto las actitudes personales y sociales, como las habilidades profesionales con el objetivo de alcanzar la inserción laboral y social de aquellos jóvenes que están fuera del sistema educativo, sin cualificación y sin empleo. Para este proyecto, la Fundación cuenta con las instalaciones y equipos de dos Centros Socio-Laborales, así como con un equipo de 20 profesionales, altamente cualificados formado por instructores de oficios, maestros, educadores, orientadores laborales, psicólogos, psicopedagogos y trabajadores sociales. En 2015 y gracias a la aportación del Rastrillo, la entidad ayudará a través de este programa a 150 jóvenes.
Una cadena solidaria que no para
A partir de mañana, tras el Rastrillo 2015, que ha sido la vigésimo novena edición de este evento con causa, la cadena solidaria volverá a ponerse a pleno rendimiento para convertirse en oportunidades para quienes más lo necesitan. De parte de la Fundación Federico Ozanam y de los casi 900 voluntarios y voluntarias que hacen posible el Rastrillo Aragón