Beatriz Sastron./ El pasado día 3, la policía de Zuera recibió un aviso urgente, había una perra atada a un árbol en una zona llena de maleza, sin moverse y en muy malas condiciones, de hecho creían que estaba muerta. Al llegar se dieron cuenta de que estaba viva pero no quería moverse, ni les miraba, no quería levantarse, estaba en una condiciones pésimas, llena de heridas y de miedo, la había dejado allí con el fin de que nadie la encontrase y que muriese.
Finalmente consiguieron rescatarla pero la policía se dio cuenta que en ese estado no podía ir a la perrera por lo que se pusieron en contacto con una vecina del pueblo que rescata animales, Vanesa, pero ella tiene ocho perros y no podía hacerse cargo de uno más, y ahí entró en juego la policía local que le dijo que se quedaba con ellos mientras encontraba algo. Las dependencias policiales de Zuera no tienen espacio para animales pero aun así, la policía se las arregló para buscarle un lugar donde pasar la noche.
Vanesa se puso manos a la obra, “removió Roma con Santiago” y en unas horas había hablado con todos los contactos que tiene en las protectoras, entre ellas Zarpa. Pero nosotros habíamos tenido en el mes de octubre con muchísimos rescates, no teníamos sitio, las casas de acogida estaban a tope, por desgracia no teníamos ni espacio ni dinero. Aun así las compañeras buscaron una casa de acogida y pusieron dinero entre todas, sois maravillosas chicas.
Muchas personas de las distintas protectoras se movilizaron, se hicieron muchísimas llamadas y finalmente Mas Que Perros, una protectora pequeña, que sólo cuenta con voluntarios y mucho amor, como todos los que estamos en esto, pudo hacerse cargo.
A la mañana siguiente fueron a buscarla, tenía pánico (sobre todo a los hombres), la llevaron al Veterinario, estaba llena de heridas, había parido varias veces, llevaba una cadena incrustada en el cuello que fue muy difícil de quitar y de ahí la llevaron a su casa de acogida, donde durmió durante horas por primera vez en su vida.
La casa de acogida la están cuidando con amor y mimo, dándole tiempo para curar sus heridas físicas y las psicológicas, es una perra maravillosa, que necesitará amor y paciencia hasta que se recupere. Han pasado sólo unos días pero nos cuentan que su mirada ha cambiado, que a pesar de todo lo que ha sufrido es todo dulzura.
Desde estas líneas quería dar las GRACIAS a todas las personas que han demostrado honestidad, compromiso, valentía, determinación y amor por los animales; la colaboración entre la policía local, amantes de los animales y protectoras ha conseguido que VIDA salga adelante. GRACIAS a TODOS de parte de ella.
Una nueva VIDA es posible, no mires a otro lado frente al maltrato animal, tiende una mano y busca ayuda, entre todos podemos conseguirlo.
Beatriz Sastron